Del Reinado de los Bailes de "El Niño" de Ramón Gisbert y Silvia Amorós en 1992. Tuvo el visto bueno de aquel excelente Obispo que fue D. Victorio Oliver Domingo.

A Ramón Gisbert  lo propuso ser Rey de los Bailes del Niño el entonces Secretario de la Cofradía de "El Dulce Nombre de Jesús" D. Miguel Requena Solera, más conocido por "el Sorel".

 El Presidente de la Cofradía era D. Juan Huesca "el de la casita de papel" y el Tesorero D. José Mª Bañón "el Peri". El Concejal de Fiestas era el médico D. Juan Solera "el Torero".

Ramón aceptó la oferta encantado. Era, y sigue siendo, un entusiasta de esta tradición que tantos adeptos tiene en Caudete. La Reina fue Silvia Amorós Ángel, hija de José Mª Amorós Mira y de Candelaria, "Cande la Facorra".

  El otro Reinado lo  ostentaron Miguel Benito Jimenez y su hermana Mª Dolores, que murió hace unos años, hijos de Josefa "la Quinza" y de Tomás que durante muchos años regentaron el "Bar Avenida". Del Reinado Infantil fueron Ana Mª Carpena Navarro (su padre Luis, muy aficionado a los bailes, murió hace unas pocas semanas) y Alejandro Ferriz Palau.

      La anécdota de aquel Reinado  fue que a algunos cófrades y feligreses no les acababa de encajar que un cura fuera Rey de los "Bailes del Niño"....¡cosas de los pueblos pequeños! 

   Afortunadamente, la provincia de Albacete tenía entonces un Obispo inteligente, humanista y conciliador que no le puso impedimento alguno a que Ramón ostentara el Reinado. Me refiero al turolense (Mezquita de Jarque)  D. Victorio Oliver Domingo (1929-2005). Su último destino fue el Obispado de Orihuela. 

    "Un hombre con muchas  tablas, muy atento, servicial y siempre preocupado por los más pobres y desprotegidos. Irradiaba alegría. En muchas de sus homilías  se hacía eco de los que malvivían en Las Cuevas", así lo recuerda Antonio Conejero Rodríguez, Presidente de la Asociación Amigos de la Historia Caudetana.

      Ramón tenía entonces 42 años. Me ha dejado fotografíar el albúm que le  hizo "Fotos Juan" en su día. Entonces... ¡no había móviles!. Hoy vivimos en la era de la imagen al haberse popularizado y abaratado la fotografía  gracias al teléfono móvil.  Observen ustedes la cara de el Rey y verán como los años "no pasan en balde".