Le quitan la cerradura al contenedor marrón de la calle Alcalde Luis Pascual. El domingo de madrugada forzaban la persiana metálica de un garaje en "La Villa".

 

A los dos días de haber colocado el contenedor marron en la calle Alcalde  Luís Pascual, enfrente del Banco Santander (antes Banco Popular) le quitaban la cerradura. En la imágen inferior pueden ver ustedes la tapadera del contanedor sin carradura.

    En las  otras dos imágenes se aprecia el contenedor  marrón que esta enfrente del Bar "La Torre" intacto, con su cerradura protegida por una carcasa de plastico duro de color rojo. 

Me consta que hay muchas voces que no acaban de estar de acuerdo con lo de  la llave para abrir el contenedor. Pero, no creo que los contrarios a la cerradura las arranquen por las bravas. 

     Me inclino más por una gamberrada posiblemente de gente joven..... También podrían ser sus autores los amigos de lo ajeno y aquellos a lo que no les gusta ver a los coches con retrovisores.

     Esta noticia....no tiene un alcance largo ni le va a quitar el sueño a nadie. Salvo al concejal de Servicios que habrá dicho.... "¡mal empezamos! Apañados vamos como se aficione el personal a dejar sin cerraduras a los nuevos contenedores".

 

     Lo que tiene que tener en cuenta el Concejal de Sarvicios es la forma de amarrarlos al pavimento para que no se muevan.

     El domindo de madrugada forzaban la persiana metálica  enrrollable de un garaje en "La Villa", la zona del casco antiguo. Afortunadamente, no ocasionaron ningún daño en el  interior. Esta vez el dueño ha tenido suerte. El aire era muy fuerte y producia mucho ruido esa noche.

Pero, esta vez el delito es doble. A partir de las diez de la noche tenemos el toque de queda: no se puede salir a la calle si no es para realizar algo que pueda justificarse como necesario y urgente. "Forzar una puerta metálica con una pata de cabra" ....no estaría justificado.

Por lo tanto, la sanción será doble: una por no respetar la propiedad ajena y la otra por infringier el toque de queda. 

         Ayer aparecía el "poyo" que hay a la derecha de la puerta del Albergue para los Peregrinos en la Plaza de Santa Ana impracticable: habían tirado una lata de aceite por encima. Gamberrada de baja o media intensidad. Pensé que debido a la pandemia, toques de queda, restricciones, confinamientos, covid-19.... este tipo de actividades incívicas también se verían reducidas o aminorados.

           Pero no. ¡Craso error!. Estos chicos no han bajado su actividad delictiva y continúan en la brecha realizando maldades e intentando acceder a propiedades ajenas. ¿Qué estamos haciendo para evitar este tipo de actos en nuestro querido pueblo?.... Lo más preocupante es que ocurren casi a dirario.