Estas imágenes tienen 32 años. Los técnicos del Obispado y Cultura y Patrimonio de Albacete decidieron picar el enfoscado de mortero de cemento dejando vista la piedra en la Torre y fachadas de Santa Catalina. Cambiamos un acabado y textura de costumbre valencianista por otra más castellano-manchega.
No. No me consta que se sometiera el cambio a la opinión pública ....ni que nadie manifestara sus quejas por tan importante cambio de aspecto. Lo cierto es que el resultado fue asumido rápidamente por todos.
Hubo una actuación que no tenía mucha defensa: el cambio de las jambas y el dintel de la puerta que originariamente eran de mármol rojo Alicante por una piedra caliza. No cabe duda que el Templo perdió calidad con este cambio. La verdad: no entendí aquella sustitución.
Los trabajos los realizó una empresa de Madrid. Las imágenes dejan de manifiesto las escasas medidas de Seguridad con que se ejecutaron las obras.
Un andamio de escalerillas metálicas a medio arriostrar y unos tablones de madera sujetando la piedra de mármol que lleva esculpida la "tiara Pontificia y las dos llaves de San Pedro" para que no cayera al suelo mientras se realizaba el cambio de la piedra del dintel.
No me cabe la menor duda de que Santa Catalina, y algún que otro santo, estuvieron intercediendo, día y noche, por la seguridad de los albañiles todo el tiempo que duraron las obras. Las medidas de seguridad habrían sido hoy totalmente distintas.
Pero, hace algo más de 32 años....no estaba tan desarrolla la seguridad. No existía la figura del Coordinador de Seguridad y Salud, ni el Estudio de Seguridad ....ni el Plan de Seguridad. Tampoco la Inspección de Trabajo de Albacete se personaba en las obras a controlarla.
La sociedad, como el virus, muta y cambia. Si en otras épocas las quemamos, ahora toca mantenerlas, repararlas, adecentarlas, iluminarlas... ¿Mañana?...¡ni dios lo sabe!. Por cierto: el reloj de la Torre se paró a las siete menos veinticinco de no sabemos que día, mes y año. ¿Piensan ustedes ponerlo en marcha?
Chimo, poco a poco, nos van amanchegando. Pero la realidad a día de hoy, es que ni somos valencianos y mucho menos manchegos y muy poco de murcianos y algo queda de baturro. En resumen, de todos un poco y dicen, que eso enriquece. Pues que así sea.
ResponderEliminarHay un cartel que pone prohibido pasar sin casco y resulta que los obreros van sin ellos, como han cambiado las normas de seguridad para bien.
ResponderEliminarSoy Diego Martín 😍😍😍😍