Subí al Cementerio hace unos días y me encontré con el singular y original epitafio que nos dejó Juan Requena Vinader, más conocido por Goyo: "Vive y deja vivir". Es sin duda uno de los mejores epitafios, sino el mejor, de nuestro Cementerio.
En tan solo cuatro palabras encierra toda una filosofía de vida que hemos olvidado y que, de practicarla más a menudo como él hacía,....el mundo iría mejor.
Yo conocí a Juan en Francia cuando tenía 12 años. Mi padre, el Plancha, Manolo Caerols, mi tío Joaquin, el Lito, Juan Goyo y otros caudetanos estuvieron reformando el Hotel Lac San Point situado muy cerca de Pontarlier, en el Departamento de Doubs a escasos tres kms de Suiza.
Juan era un tipo polifacético. Lo recuerdo salir al escenario en Cine del Patronato (hoy Casa de la Cultura) con motivo de un Festival organizado por los quintos y decirle al auditorio: "les voy a tocar el pénjamo por narices".
Se sacó la armónica del bolsillo y deleitó al auditorio interpretando una canción mexicana que estaba de moda y que cantaba Pedro Infante, "Pénjamo", haciendo sonar la armónica con la nariz. Los Goyos siempre han tenido una marcada vena artística.
Años más tarde, volví a tener relación con él cuando regentaba el Bar "Los Mirenos" que se hizo famoso por la bolera que Juan instaló en el sótano. También lo recuerdo cuando durante las Fiestas Patronales abría la caseta anexa al Mercado Municipal para vender cerveza y marisco.
Créanme que me llevé alegría al ver tan original epitafio que recoge con mucha fidelidad como era este hombre: "vivía y dejaba vivir"..... ¡que no es poco!
Una persona muy peculiar y con su epitafio ya lo comenta cómo es, ah y felicidades a su familia por hacer cumplir sus deseos.
ResponderEliminarSoy Diego Martín 😍🤩🤩🤩
Así fue mi padre... La leyenda de su lápida describe su filosofía de vida.
ResponderEliminarGracias Joaquín por éste entrañable homenaje!!