He parafraseado el título del escrito de hoy con el probable
lema de la campaña del Partido Popular en las próximas elecciones a la
Comunidad de Madrid: “Comunismo o libertad”. También podrían haber utilizado este
otro: “Capital contra la vida”, que hubiera sido mucho más real y honesto. Al
parecer como carecen de argumentos plausibles, tiran de eslogan.
Es paradójico, y muy cabreante, que todo el arco político desde la derecha “camuflada”, la
derecha “a ratos”, la derechita “cobarde” hasta la derecha de la ultraderecha
utilicen y manoseen la palabra “libertad”, cuando casi todos ellos ni han
luchado por ella, y han procurado desde siempre restringirla en todos sus
aspectos.
En un
principio pensé titularlo: “Libertad o capitalismo”, pero como ocurre que el
capitalismo está desfasado y antiguo y los neoliberales se han merendado a los
capitalistas, o bien, estos han mutado en aquellos, y porque cuando el
capitalismo solo sirve al capitalismo inevitablemente degenera en
neoliberalismo, me he visto obligado por las palmarias circunstancias a
modificar dicho título por el de: “Libertad o neoliberalismo”.
El neoliberalismo nos hace vivir en permanente estado de ansiedad, en un estado mental caracterizado por la pérdida del sentimiento de la propia identidad, finalizando en la autoexplotación de uno mismo al no poder distinguir al opresor.
El caso más evidente, se escenifica en lo que los neoliberales, en un derroche de ciego optimismo cínico, han bautizado como “emprendedores”; que no es ni más ni menos que los millares de personas que se han visto abocados al desempleo tras la abominable reforma laboral con la que el gobierno del Partido Popular castigó a los trabajadores y premió a las empresas y Bancos, responsables directos de esta crisis.
En tiempos de autoexplotación neoliberal,
su sueño más hermoso es que todos seamos autónomos, verdaderos autónomos o
falsos autónomos. Siendo así: ¿quién iba a enfadarse con los explotadores?
Con el torpe y burdo engaño de que el neoliberalismo nos iba a proporcionar la máxima seguridad y bienestar social, a cambio de ceder por parte de la ciudadanía derechos constitucionales y reducciones económicas y sociales de manera constante y perpetua.
Todas estas
artimañas las han cocinado a fuego lento las empresas periodísticas afines y
los fondos de inversión, logrando con ello una autocensura equiparable a los
oprobiosos años franquistas; y en el campo laboral hacernos tragar las severas
injusticias con la maldita y manoseada frase: ¡ESTO ES LO QUE HAY!
Me estremezco e intento borrar de mi mente la figuración de lo terrible y despiadada que hubiese sido aún más esta pandemia que estamos padeciendo en España si al frente del gobierno hubiesen estado M punto Rajoy o la niña Ayuso, cuando abandonaron a su mala suerte a sus gobernados, favoreciendo de manera plena y descarada a sus adláteres, los banqueros.
La
lista para el ordenamiento de las vacunaciones hubiese sido preferente para
aquellos con cuantiosas cuentas corrientes en paraísos fiscales, políticos
afines a estos tipos, seculares de iglesia rancia, banqueros “preferentes”,
militares con ansias de fusilamientos masivos, y demás forajidos.
Vamos a ver
si logramos obtener algunas conclusiones: estos tipos quieren una ciudadanía
acobardada y cargada de miedo; que esa misma ciudadanía muestre cada vez más
indiferencia a los asuntos colectivos; también ansían que los ricos sean cada
vez más y más y más ricos para que los pobres se hundan más y más y más en su
miseria; y como último deseo, se sentirían premiados con que la política
delegara en su totalidad en el homo economicus.
En este punto
del escrito quisiera hacerles entender, benditos lectores, la importante
diferencia que existe entre el liberalismo clásico y el neoliberalismo. El
primero pretendía que el Estado interviniese lo mínimo para mejorar la
economía; por el contrario, el neoliberalismo está empeñado en que el Estado no
solo suprima su intervención en la economía, sino más bien subordinar este a
las necesidades del mercado competitivo. En una de sus macabras y explosivas
declaraciones la Thatcher vomitó:” ¡No
hay ninguna otra alternativa!”.
Joaquín Estefanía los retrata certeramente cuando escribe: “Los neoconservadores (él los titula así) veneran el tótem del mercado; las intervenciones del Estado solo deben servir para apuntalar los sectores financieros; la protección social la consideran como limitadora de la eficacia del sistema y como estímulo a la pereza, los impuestos son desincentivadores de la actividad productiva de los ciudadanos y de las empresas más dinámicas y audaces”.
Apunto también la consideración que don Antonio Gala tiene de ellos: “Los neoliberales no adoran al becerro de oro, sino al oro del becerro”. Para toda esta gente no tiene ningún valor: la amistad, el compañerismo, la solidaridad y demás virtudes que deben de adornar al género humano, sus relaciones sociales tan solo se basan en la competencia, como mucho en comprar y en vender.
Para liberar de culpas su sucia conciencia, dejan a esta en manos del “mercado” que es el que se asegura, según ellos, de que todos reciban lo que se merecen; con este concepto de la vida, para ellos la sociedad se divide en dos grupos: los triunfadores que vienen a ser los ricos, y lo son gracias a que son eficaces y eficientes caiga quien caiga; el otro grupo lo forman los perdedores o pobres, que lo son tan solo por su incompetencia; obviando los ricos la fundamental y natural premisa de que no todos hemos empezado la carrera de la vida desde el mismo punto de partida.
Hace doce años don Mario Benedetti escribió este poema y lo
tituló “A un hombre humilde”, incluyéndolo en el libro “Testigo de uno mismo”.
En él felicita y se felicita de haber encontrado personas con conciencia mansa,
honesta y tranquila, sin odios ni rencores; todo un lujo envidiable en estos
tiempos.
Para una mejor
comprensión, los signos de puntuación los ha colocado un servidor, don Mario
casi nunca se servía de ellos.
Qué bueno que no seas
un criminal, qué bueno
que puedas dialogar con tu conciencia
y en tu vida reserves más espacio
para el amor que para el odio.
Cuando el parné quiso tentarte
dijiste no con la cabeza,
con tus miradas, con tu sombra,
con tus silencios y clamores,
en el amanecer y en el crepúsculo.
No importa que allá lejos y aquí cerca
mueran y resuciten furiosos
de la mano de un dios en cada pugna
y firmen una paz para estar libres
de iniciar otra guerra a vuelta de hoja.
yo sé que a veces te amilanas
y que te duele el mundo tan letal,
pero me gusta ver que te repones
y que sigues y sigues como siempre.
Qué bueno que no seas
un cobarde, qué bueno
que tengas el valor de ser distinto
y no sucumbas al poder unánime.
No está reñido el neoliberalismo con un sistema social... De hecho en España hasta hace muy poco tuvimos ese sistema, otra cosa es que los políticos de unos colores y otros hayan desgastado este y lo hayan llevado a la ruina llenandose los bolsillos... El plan A de un país no puede ser el dar ayudas sociales, sino dar trabajo y como plan B establecer un sistema de ayudas para quiénes no puedan acceder a este tengan ese respaldo temporal, pero de ayudas no se puede mantener un país ni puede vivir la gente...
ResponderEliminarOs olvidáis de la banca y todo lo que ella representa. Que tomadura de pelo . Bancos intervenidos con dinero público, rescatados por los ciudadanos de "a pie" y que nos siguen sangrando y robando a manos llenas.
ResponderEliminarTrabajadores de banca con sueldos de ministros (no poner el grito en el cielo que sois iguales que vuestro dueños, cumplir objetivos y sangrar al inocente, así ganáis el sobresueldo. Cuando le ponéis la cartilla al día a un pobre anciano, os eleváis a la altura de Teresa de Calcuta ) y el pobre asalariado que no llega a mileurista despreciado y cargado de comisiones que lo expoliáis continuamente.
Somos marionetas que nos dejamos manejar por estos vampiros del dinero. Así nos va. SOMOS BORREGOS.
Tal vez, usted olvida que lo más importante del rescate no era preservar el sueldo de ministro de los banqueros, sino los ahorros del pobre anciano que usted menciona. Quién se habría hecho cargo de eso y de los ahorros de sus padres o sus abuelos, o sus tíos y sus hermanos?
EliminarAnónimo 6,44 creo que no has escrito una verdad como está en tu vida. Jajajaja jajajaja jajajaja
EliminarSoy Diego Martín 😍😻😂😂😻😂
Y, ¿Cuándo van a devolver el dinero que se ha invertido en ello?. ¿Han respetado dichos banqueros a esos pobres ancianos, parados y demás inocentes , no culpables de una crisis donde los bancos han sido culpables directos?, la respuesta es NO, todo lo contrario, han desahuciado, quitado, robado, expoliado a todo tipo de persona anteriormente mencionado. Ofreciendo préstamos que ellos mismos sabían que eran imposibles de pagar, sobrevalorando las propiedades, inflando los precios...etc. Ahora vuelven a las andadas, poniéndose sueldos meteóricos, inimaginables para esos pobres desahuciados y blindándose, cobrando cuotas de todo. Ahora que los hemos ayudado en su mala gestión, nos lo devuelven con mas pagos y mas vinculaciones. Les falta pedir que les dones algún órgano. Si tanto se ha tenido que rescatar, el gobierno debería regular sus sueldos y el trato al cliente que directamente ha pagado su rescate, en muchos casos. Y espero te quede claro, EL QUE HA PAGADO EL AHORRO DE ESOS ANCIANOS Y FAMILIA HEMOS SIDO TODOS, NO EL BANCO. Ve viendo las noticias un poco al día que vas años atrasado, y se me olvidaba, durante la crisis, los banqueros no han ajustado su sueldo ni un céntimo, todo lo contrario. Los que se han prejubilado, pregúntales , de que manera, menudos convenios millonarios.
EliminarPero si los ahorros de los ancianos se han ido a pagar la hipoteca de sus propios hijos o nietos, porque ese banco iba a embargarles. Madre mía que cabeza. ¿A que no sabes quien a ganado con el rescate?. Mira bien los dividendos de los bancos y su rápida recuperación. Una vez hecho lo primero mira la cartilla de los que has mencionado a ver si proporcionalmente han ganado lo mismo.Tremendo.
EliminarEste tío vive en la luna. Los bancos han devuelto la clausula suelo, por poner solo un ejemplo, como monjitas de la caridad.
Eliminar12,43 tú le echas la culpa a los bancos que la gente no supiera que tenía que pagar un dineral por un piso, casa o lo que fuera, resulta que para ti la culpa era de los empleados de los bancos, perfecto con tu pensamiento así le ha ido a mucha gente. Pero la culpa es de terceras personas que yo fuera tonto y más en un pueblo donde la mayoría son albañiles. Yo estoy en una fábrica y solicite una hipoteca a mi medida y no al contrario.
EliminarY los bancos como todas empresas están para ganar dinero, excepto las cajas de ahorros que la gestionaban una clase política que el dinero no era suyo y tuvieron que invertase las preferentes para salir de la ruina donde cayeron todas las cajas.
Y es verdad todos los bancos y sus propietarios o accionistas son unos usureros, pero con el beneplácito del gobierno de turno.
Soy Arturo Pérez Reverte
Ganaron el tuyo y lo que robaron a tu país. Están tranquilamente en sus mansiones, celebrándolo. País de pandereta.
EliminarDiego. ¿A que tú no tenías el problema de la hipoteca?. Claro los funcionarios a bajo interés, subvencionado por el Estado y sin riesgo a que se termine el contrato. Otro mundo.
Eliminar6:44 Si el relato "oficial" que comentas fuera cierto las cajas intervenidas hubiéran pasado a propiedad del estado y sus administradores a la cárcel. Como todos sabemos no fue así, tras el rescate más caro de la historia se "regalaron" y se pagaron favores, el último de hace unos días.
ResponderEliminarEfectivamente somos corderos gobernados por lobos que nos prometieron haberse hecho veganos.
Mas claro imposible. Te daban mucho mas de lo que necesitabas, valorando tus bienes por encima del mercado para hipotecarte hasta los ojos. Muchas pobres personas, confiaban en su director de banco, donde sus ahorros permanecían desde siempre y no sabían que estaban tratando con su propio verdugo. Hubo abusos y muchos. Esperamos aún que como los embargados paguen los que robaron y gestionaron indebidamente . Los demás ya pagaron.
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