En las próximas líneas quisiera relatarles cómo se llevaban a
cabo los ERTES en bastantes empresas, medianas y pequeñas, en los años 80; de
modo concreto, en una en que a un servidor tuvieron el placer de explotarlo.
Esta mencionada empresa tenía su sede central en Madrid y contaba con una plantilla de 125 empleados; además de estos, por distintas provincias tenía en nómina a otros 100 más o menos.
Yo era plantilla de esta empresa en una provincia,
conmigo éramos unos 25, mayoritariamente mujeres; nos dividíamos en dos turnos:
mañana y noche; de día, casi todas mujeres.
Una abrasante
mañana de estío murciano se desplazó desde Madrid el jefe de personal, hoy
Recursos Humanos, (que eufemismo tan despreciable) a la sazón abogado. Le firmó
un cheque al Director de la sucursal por una elevada suma con el fin de hacerlo efectivo, y cuando tenía
en sus manos el dinero nos reunió a todos, hombres y mujeres al frescor del
aire climatizado del despacho del señor Director.
De primeras,
nos abrumó con elogios por lo productiva que era esa sucursal y por la
demostrada fidelidad de sus empleados. Prosiguió anunciándonos sustanciosas
inversiones y proyectos ilusionantes para el futuro. Argumentaba, que para que
todos siguiéramos siendo tanto o más felices, por complicadas e inalcanzables
fórmulas administrativas, todas muy legales, había que hacer una maniobra
administrativa PROVISIONAL que consistía en dar de baja en la empresa de
modo PROVISIONAL por tres meses al menos, al turno de mañana al completo
(12 trabajadores).
Insistió de manera muy especial que para lograr esa ventajosa treta administrativa PROVISIONAL era ineludible efectuar el papeleo en ese mismo momento; para ello traía preparado no los finiquitos, sino las liquidaciones de nóminas correspondientes a ese mes más la parte proporcional de las vacaciones no disfrutadas.
Junto a
esta “honrada” oferta agregó de manera pomposa que todos estos
trabajadores dados de baja de manera PROVISIONAL, la empresa les acogería al Seguro de
Desempleo Nacional por ese corto espacio de tiempo (todo un detalle).
La operación de este “ERTE” tan singularmente canalla prosiguió poniendo debajo de la mano de cada trabajador dicho documento junto con un bolígrafo y el dinero a percibir, e invitando a firmarlo para zanjar esta operación PROVISIONAL, dando por sentado que todos habían comprendido este “inocente y beneficioso” trámite.
Hubo, como era de esperar, alguno/a que adujo la necesidad de pensarlo y
consultarlo con familiares o amigos. Con un atisbo profesional de ingenuidad
replicó que antes que transcurriera el día de hoy tenía que presentar los
documentos firmados en la Delegación de Trabajo de la capital; si le faltaba
alguno por firmar no se podría hacer responsable de su próxima admisión. Lo
firmaron todos.
Todos estos trabajadores despedidos de manera furtiva y vergonzosa, a los que la empresa les había robado el dinero de su finiquito y su reglamentaria total liquidación, tenían una antigüedad superior a los diez años.
Queda por descontado, benditos
lectores, que ninguno/a de ellos fue readmitido ni pudo interponer denuncia o
reclamación alguna debido a que el documento PROVISIONAL que habían
firmado no era ilegal.
Quisiera
señalarles con esta historia real y bastante habitual en aquellos años, que,
para conseguir erradicar a estos forajidos patronales y sus sórdidas y malvadas
maniobras para humillar y aterrorizar a la clase obrera, mucha, ¡qué digo!
demasiada gente ha tenido que pelear contra malvados gigantes, dejándose para
ello: abundancia de lágrimas, largas noches de insomnio, compañeros que
creíamos entrañables y un despilfarro de coraje y dignidad.
Así que les escribo a aquellas personas que están sufriendo este tipo o similar de azote patronal. Qué, para superarlo como hicieron en aquellos años, permanezcan unidos, que se respeten entre ellos y que se hagan respetar; que, sin duda, lo importante y antes que nada hay que sobrevivir, pero procuren para ello desprenderse de la mínima dignidad.
Del mismo modo, les escribo a aquellos que por su posición social o laboral entiendan con cierta candidez que se encuentran a salvo de estas maldades de los señores de los despachos palaciegos.
Si asoman de vez en cuando la cabeza por la ventana y consiguen que alguien les cuente no las noticias sino la verdad, comprobarán con estupor que cada día que pasa los obreros pierden derechos humanos, laborales y fundamentales, y que si nos obligan a regresar al siglo XX van a tener la maldita obligación de volver a repetir nuevamente la desagradable historia.
Para incidir
un poco más en el tema de hoy, les dejo con unas palabras atribuidas
erróneamente a Bertolt Brecht, cuando en realidad pertenecen al pastor
protestante alemán Martin Niemöller.
Cuando los nazis vinieron a buscar a los comunistas,
guardé silencio,
porque yo no era comunista,
Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
guardé silencio,
porque yo no era socialdemócrata
Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté,
porque yo no era sindicalista,
Cuando vinieron a buscar a los judíos,
no pronuncié palabra,
porque yo no era judío,
Cuando finalmente vinieron a buscarme a mí,
no había nadie más que pudiera protestar.”
A ver, una cosa es cierta. Estas cosas pasan, y si el que te engaña, se ha pasado la ley por el forro, que tú luego lo busques y le dejes la cara como un mapamundi, también es ilegal, pero te deja un buen cuerpo. Y digo esto, porque si algún empresario está pensando en hacerme eso a mí, quiero que sepa que no hay lugar del mundo donde se esconda. Y que cuando lo encuentre, va a lamentar haber nacido. Pues con el dinero de mis hijos no se juega. Y si, es una amenaza. Mejor no intentarlo.
ResponderEliminarSi todos hiciéramos eso, no habría piratas de ese tipo. No se trata de no conocer leyes ni derechos, sino de que sepan que si te la juegan, peligra su vida.
Piratas habrá siempre , pero nos tenemos que hacer respetar, si no es posible por las buenas, por las malas. Y hoy día por 500 euros, al más chulo lo dejan como un espolsador. Por si alguien está pensando en hacer así, eh?
pues más fuerte hizo una empresa local de curtidos hace 2 años, puteo a los trabajadores, dejando de pagar varias mensualidades, dejando con el culo al aire a muchos de ellos y gracias a fogasa que pudieron cobrar, que luego hicieron la fiesta de una comparsa muy querida por el pueblo y la virgen, y bien que le reímos las gracias
EliminarNo te andes con rodeos, ni acertijos y escribe, CURTIDOS REQUENA.
EliminarSoy Arturo Pérez Reverte
Rogamos difusión máxima de este canal. Su información es vital.
ResponderEliminarhttps://www.twitch.tv/laquintacolumna
Gracias por el apoyo.
Pues y qué hicieron los propietarios de la fábrica de conservas de Caudete???
ResponderEliminarEso fue un robo a mano armada. Mientras no vivíamos en Democracia, pues la excusa fue el "todo vale" para los empresarios. Pero esta fábrica siguió funcionando más allá de los años 90, y con "sindicatos" de trabajadores además, se permitió el abuso y anulación de los derechos laborales ya existentes. Y no regularizar y hacer contratos.
Resultado: de las muchísimas empleadas, (porque creo que todo el que fuera hombre sí tenía los "papeles" en regla), sólo estaban legalmente contratadas "cuatro", que eran quienes tenían algún cargo, o quienes estaban en la oficina.
Y esto se sabía en los diversos gobiernos municipales, diputación y hasta en el ministerio correspondiente.
Hicieron un "buen trabajo" en Caudete. Pero el chantaje era total, se necesitaba el dinero,que te lo dieran en un sobre cualquiera , sin nómina a pesar de llevar más de 20 años trabajando, fue producto de la ignorancia y miedo de los más débiles y de la prepotencia y caciquismo de los ganadores de siempre.
Dejaron a muchísimas mujeres sin derecho a ninguna pensión.
No sé a quién pertenece el solar donde se ubicó esa maldita fábrica, pero no se debería construir nada nunca allí, salvo un parque con un monumento a las empleadas engañadas, que se dejaron la piel y la espalda por un mísero sueldo y ningún derecho a pensión, ni siquiera "no contributiva".
Pero la historia siempre se repite, o no?
Eso que comentas de cientos de trabajadoras sin asegurar, es algo inherente a éste pueblo. Imagino que no es el único. Yo estuve trabajando en una empresa familiar de Caudete durante 5 años. "La jefa" (porque allí el bacalao lo partía -y aun lo partirá- la matriarca echaba pestes, críticas, caras largas y reproches sobre lo caro que yo le salía, con tal de no asegurarme. Recuerdo aun como me pagaba la nómina: tirándome el dinero encima de la mesa como aun perro (lo hacía con tan mala baba que a veces caía algún billete al suelo).
EliminarConseguí cotizar (creo recordar) los dos últimos años de mi estancia allí, no sin escuchar todos los días lo ruinosa que era mi contratación...
Esa fue la peor... pero no la única experiencia.
Hubo mas empresas así. Y algunas que te tenían 10 horas diarias con un contrato de 4 horas.
Resultado: si quieres trabajar te callas ó no trabajas. Si exiges antes de que te contraten, no lo hacen. Si exiges después de contratado que te aseguren te hacen el camino difícil.
Resultado a la larga: una trampa. Te plantas en puertas de la jubilación y te faltan años cotizados por todas partes.
Lo bueno es cuando pides tu vida profesional y descubres que la empresa en la que trabajaste hace años y creías que había cotizado, resulta que no.
EliminarSi hubiera unos sindicatos que no se hubieran vendido y denunciaramos TODOS a estos "empresarios" estas cosas no pasarían, tendíamos que ser capaces de decir ¡NO! Pero ...
Tiene problemas con las grandes multinacionales, ya nos podemos hacer un juicio de valor de estas pequeñas empresas.
EliminarSoy Arturo Pérez Reverte
Las empresas extranjeras grandes cumplen normalmente la legislación del país en el que están.
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