Llegó al molino de Terencio, por ese nombre se conocía el molino, a compar pienso para alimentar a una docena de cerdos que tenía. Terencio le dice a Antonio que su hijo no quiere seguir el oficio.
Antonio le propone que si es a rento, al día siguiente se hacía cargo del molino. Llegan a un acuerdo y desde 1959 hasta que se jubiló, en 1994, Antonio ejerce con mucha profesionalidad el oficio de molinero. Hasta entonces, era agricultor.
Al enterarse su padre, le dice que "si acaso sabía de molinero", a lo que Antonio le contesta; "padre, nadie nace enseñado en esta vida". Era un emprendedor ...
Antonio estuvo dos años pagando el rento a razón 1.000 pts al mes. A los dos años le compraba molino a Terencio. Me dijo que le ayudó mucho su buen amigo José Martinez, más conocido por Pepe el Molinero, dueño del molino del Puente el Molino, o de San Antón, como tambien se le conoce.
De Pepe dice "que era la mejor persona del mundo". Yo le hice una crónica el año que se jubiló: 1992. Era el último molinero en activo que quedaba en Caudete.
Las piedras eran del tipo catalanas y Antonio las cambió, por indicación de su amigo, por unas de esmeril. También cambió el eje que estaba en tres partes por otro más grueso de una sola pieza que era más efectivo a la hora de la molienda.
Pepe también le enseño a picar las piedras, operación que había que realizar periodicamente ya que del roze se iban desgastando. Las piedras de esmeril las compró en Villena a un tal Joaquin por la cantidad de 12.000 pesetas.
Cuando se hace cargo del molino, solo podía moler 8 horas al día por la mañana con el agua que venía, en tandas, de la Balsa del Moto hasta su molino y los otros dos que estaban más abajo: el de Álvaro y el de Francisco Muñóz.
Como la actividad iba creciendo se planteó electrificar el molino para poder moler día y noche en vez de las ocho horas de agua que le llegaban. Tenía buena clientela. Muchos eran de Villena.
En el proceso de electrificación le asesoró José Enrique, el hijo del Veterinario. Fueron a la Hidro en Albacete y un perito le dijo que le costaría la fiesta unas 20.000 pts, cantidad desorbitada para aquellos entonces de las que solo pagó el primer plazo siguiendo las instrucciones de José Enrique.
Antonio no molía por el procedimiento de maquila, es decir, a cambio de un porcentaje en peso del grano sino que los kilos de cebada o panizo que molía los empezó cobrando a 10 céntimos el kilo. No se podía encantar ya que el rento que pagaba era muy elevado.
A primeros de los años 70, mi padre rehabilitó las dependencias del molino. Conocí a la mujer de Antonio, Carmen Díaz Quilez, con la que siempre tuve una buena relación: era una mujer muy trabajadora.
Esta es la historia de cómo Antonio se hizo molinero sin pretenderlo y de cómo salió adelante poniendo en valor el dicho "hace más el que quiere que el que puede". Me agrada decir que soy amigo de Antonio desde hace más de 50 años.
Esta crónica se la dedico a Antonio y todas las personas que como él lucharon para sacar adelante a su familia en una época difícil y complicada donde todo estaba por hacer.
Ahora.... ¡todo ha cambiado!. Se nos olvida "de donde venimos y lo que se ha peleado para llegar donde hemos llegado".
Precioso artículo.
ResponderEliminarEstá muy claro que Antonio se ha ganado la vida con mucha dignidad. Nuestros gobernantes del castillo se deberían sonrojar y hacérselo mirar, sobre todo cómo esquilman el dinero que es de todos.
Entonces se ganaban la vida honradamente como es el caso d Antonio, hay q agradecer mucho a esas generaciones q fueron los verdaderos luchadores q levantaron esta España q hoy la están reventando nuestra clase política.
EliminarSeñor Medina como le agradesco todos los comentarios que reproduce en su blog, pues me trae a la memoria muchos recuerdos de mi infancia como el molino de Terencio, la balsa del Moto donde tantas veces me e dado mas de un chapuzon , cracias por recordarme tantas cosas de mi Pueblo , siga comentando en su blog. UN SALUDO .Angel
ResponderEliminarGracias Chimo por el reportaje, uno de los molinos más antiguos de Caudete paso a manos de una familia villenera como botín de guerra tras la batalla de Almansa.
ResponderEliminarPrecios cacho de la historia viva de Caudete y sus gentes.
ResponderEliminarPor enésima vez gracias Chimo por recopilar tanta historia. Deberías ser el Cronista Oficial de la Villa.
Me parto y me troncho con lo último me borró y desapunto del pueblo
EliminarA ver si es verdad. En la meseta castellana hay espacio de sobra. Ánimo paisano!!!
EliminarChimo gracias por hacernos llegar estas historia tan extrañables.
ResponderEliminarLes sale urticaria a los amos del castillo con solo plantear esta auténtica y merecida idea. Voto por ella.
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