Comenzaré sintetizando los principios de la derecha con un chascarrillo que, siendo gracioso, parece ser cierto por desgracia; el copyright lo posee mi admirado Groucho Marx, y dice así: “Señora, estos son mis principios, si no le gustan, tengo otros”. Añadiré otro más que el propietario de este acogedor blog maneja: “La derecha no tiene manual, solo intereses”.
Quienes se cobijan en la derecha esperan obtener algún egoísta beneficio temporal o futuro de la política. Tienen algo más que miedo a cualquier cambio que perturbe su status y, por tanto, lo aplacan con represión. El orden y la autoridad siempre han sido más importantes para ellos que la justicia social; sostienen que la competitividad (maldita palabra) es el baremo de la justicia social.
Ese miedo no implica tumbar el sistema, sino que quieren, con marcada ansiedad, ser ellos los que lo administren. Aunque parezca un poco extraño, se postulan para ser líderes del descontento popular con argumentos que, aun faltando a la verdad, parezcan convincentes.
Ansían gestionar lo que existe, no transformarlo. Desde
su posición política consideran inferiores a los demás que se hayan en
categoría más baja. Son los mismos que,
paradójicamente, siempre han estado en contra del Estado social y que hoy
quieren desmantelarlo y recortarlo para conservar lo conseguido.
Es curioso hacer notar, que toleran con cierta dificultad al colectivo homosexual conservador, pero se muestran complacientes cuando este grupo de personas mercantiliza ese espacio. La derecha tiene como meta la obtención de beneficios a través del mercado; cualquier método para lograrlo les sirve.
En el capitalismo no hay
mercado que no haya sido regulado por el poder político. Ellos, lo tienen más
fácil que la izquierda, pues solo gestionan lo que es palpable, lo que existe;
mientras la izquierda quiere transformar lo existente.
El
capitalismo lo analizó Carlos Marx: “Como una fuente de progreso, pero
cobrándose un precio muy alto”. El progreso de la derecha nos exige más y
más cada vez, para poder “vivir mejor” a costa de consumir más (según ellos),
pero viviendo vidas miserables. Estos grupos conservadores (que ironía…
conservadores) contemplan con absoluta normalidad volver a situaciones antiguas
que costaron mucho esfuerzo y demasiadas vidas para que desaparecieran.
Son sublimes
maestros en sembrar el miedo entre la población: miedo a otro dios que no sea
el suyo, miedo a los distintos colores de la piel, miedo al extranjero, a los
diferentes, a los que piensan por su cuenta y alzan la voz cuestionándose el
orden existente.
En el
capítulo de la Educación, son partidarios del auge de las Universidades y Colegios privados, lo consideran una herramienta ideal, privilegiada para su status
económico.
En estos últimos tiempos, los señores del castillo tratan de modelar a la gente a su gusto y semejanza contando con la inestimable ayuda de las redes sociales, con tipos como Trump, además de con ética y moralidad asiática y con la inmoralidad de Putin.
Cuando por fin lo
logren, aunque los políticos sean ladrones, corruptos o de cualquier ultrasitio,
los votarán de manera ciega los ciudadanos. Si hemos leído un par de libros de
historia, comprobaremos que sucedió lo mismo en los malditos tiempos del
fascismo.
Si observan ustedes, benditos lectores, la historia reciente (disculpen la insistencia), la derecha con sus modos de gobernar hace a las clases trabajadoras, solo durante un tiempo, propietarios; para más tarde, cuando llegue el obligado ajuste de austeridad capitalista, una parte de esos “elevados”, descenderán más peldaños de los que han subido, y se ahogarán con las hipotecas, inversiones y caprichos adquiridos.
Esta situación se repite invariablemente y parece como que se nos
olvida de modo inexplicable. Las crisis económicas benefician, sin duda, más a
la derecha que a la izquierda.
Para un
servidor resulta incomprensible, casi un secreto, el voto femenino de las
mujeres jóvenes y trabajadoras a los partidos de derechas. Aquí lo dejo…
El poeta oriolano Miguel Hernández se refería a las fechas celebradas por la derecha como:” Cagan y donde cagan colocan una fecha”. Finalizaré con un aserto de quien no recuerdo su autoría: “Ser de derechas no es una cuestión meramente electoral. Se puede votar a la derecha y ser una persona decente. No es tan sencillo ser una persona de derechas de verdad y ser decente”. Por otra parte, sin duda, ser de derechas es fácil porque es profundamente humano.
Víctor Jara. Nacido en Chile y asesinado con 51 años por
orden del dictador Pinochet, nos pone hoy su poema titulado “Te recuerdo
Amanda”. Lo compuso en 1969 incluido en el disco “El derecho a vivir en paz”
Seguro, seguro, que este tal Óscar utiliza el papel higiénico con la mano derecha, para todo lo demás la izquierda.
ResponderEliminarSí, pero no conozco a ningún político actual español q sea de izquierdas, que lo aparenten muchos.
ResponderEliminareste tio deberia donar su cerebro a la ciencia por el bien de la humanidad !.que cacao mental tiene!
ResponderEliminarDe nuevo estamos con un artículo tan sutilmente definido como es habitual. Lo primero es preguntarse qué es eso de ser de derechas aunque lo que parece es que derechas es lo que no es de izquierdas y por lo tanto el ámbito social queda determinado por dos zonas: la izquierda, los buenos, y la derecha, los malos. Eso es lo que se deduce del artículo. Pero, no me voy a poner a defender a las derechas sino sólo a puntualizar algunas afirmaciones del artículo:
ResponderEliminarDe entrada eso de que tienen otros principios si es necesario. Pero el artículo no para de atribuir a ese bando un principio: ganar dinero a ser posible robándoselo a los otros. ¿Tienen un principio o no? ¿O está confundiendo principios con estrategias? Y pone un ejemplo, o se le olvida, los otros se aplican el mismo baremo retributibo, o mayor, para los puestos similares de los otros. No he visto a ningún ejemplar del grupo A que se merme la pasta al ocupar una canonjía.
Me imagino que la izquierda tiene también intereses. Describirlos nos llevaría a la triste cuestión de que uno de sus intereses es aumentar el déficit y el paro, ah! los números, así como a hacer felices a los estudiantes.
Parte 2
ResponderEliminarAfirmar que el grupo ínfimo equipara la justicia social con la competitividad es como comparar un capullo con una piedra. No tienen nada que ver conceptualmente. La competitividad obligaría a ser mas sutil y discriminador de ideas cuando se escribe y si eso me llevara a la justicia social sería a la libertad de expresión como cuando se postulan las historias por ley.
Maldecir de la competitividad me lleva a pensar que el autor no usa para su vida diaria a la rueda por ser mas competitiva que arrastrar la maleta.
Implícitamente está afirmando que sólo los ínfimos quieren administrar. Lo que implica que los a no quieren administrar o, benévolamente, quieren administrar para que no administren los otros lo que implica una tautología de principio. Los a y los ínfimos.
Lo del estado social de los a y de los ínfimos nos llevaría a muchas páginas. Va a resultar que los ínfimos, como un solo grupo definido totalitariamente en el artículo, ni quiere sanidad, ni educación ni pensiones. Se podría entrar a debatir si un grupúsculo de los ínfimos es insolidario total pero eso no se menciona y parece que se descarta. Estemos atentos a una disertación sociológica de los variados integrantes de los ínfimos.
Por descontado si no quieren transformar nada sino sólo conservar lo conseguido está afirmando que no quieren entrar en nada nuevo, ni estatal ni privado. Lo que nos llevaría a afirmar tajantemente que no van a invertir un duro en nada lo que nos llevaría a otro asunto extensísimo.
Parte 3
ResponderEliminarPasa lo mismo cuando afirma literalmente: "La derecha tiene como meta la obtención de beneficios a través del mercado; cualquier método para lograrlo les sirve." Eso nos lleva a varios asuntos. Uno la incógnita de no citar otros medios aparte del mercado. Estamos atentos porque nos va a saltarse el mercado y regalarnos algo. Es posible que cuando compre pague el doble por las peras para no obedecer al mercado. Claro, todo eso le obligaría a escribir sobre el mercado y descubrir que hay varios tipos de mercado y de planificación económica. Con lo que llegaríamos al plan quinquenal.
Les pongo otra afirmación rotunda: "En el capitalismo no hay mercado que no haya sido regulado por el poder político. Ellos, lo tienen más fácil que la izquierda, pues solo gestionan lo que es palpable, lo que existe; mientras la izquierda quiere transformar lo existente."
Fíjense que aparte de verdad revelada es contradictorio. Por una parte dice que los ínfimos regulan el mercado. (Eso es matizable y ya lo sugerí antes) Por otra parte los ínfimos sólo regulan los mas palpables. ¿Manipulan o palpan?
Pero hay otro asunto. Eso de qie los a transforman. Es muy bonito para la misma cosa, la política económica, disciplina aneja a la economía positiva, llamarla regular, los ínfimos, o transformar, los a.
Parte 4
ResponderEliminarSobre el asunto económico le recomiendo que lea a Marx, que sabía lo suficiente de economía para transformarla a su gusto y haciéndola ininteligible para que nadie le discutiera los detalles. Lo que nos llevaría a la evolución de las economías según se guíen por principios marxistas o de mercados.
No hablo de miedos que para eso ya está el dóberman.
Cuando menciona la educación omite, no quiero pensar que voluntariamente, a la concertada. Eso nos llevaría a otro asunto gordo, empezando por quién tiene la responsabilidad de educar a los hijos y elegir el sitio donde quiere que les enseñen. Bueno, Celáa ya nos enseñó el camino. Los hijos son del estado. Menos mal que el estado aún no puede ayuntarse ni con los a ni con los ínfimos.
No entro en lo de la crisis porque eso nos llevaría a muchas páginas. Pero siendo eso un problema principal, las economías planificadas no entran en crisis sino que viven en ella, pero merecería la pena que los a piensen en la relación entre ellos y la crisis.
Personalmente hay mucho que hacer para mejorar la vida de los ciudadanos y evitar las injusticias. El asunto no pasa por un clivaje social de partir la sociedad en dos mitades. Se necesita mucho mas atención a los detalles.
No se puede resumir la situación en " le dieron muchas cuchilladas pero sólo la última fué mortal"
Cada cuchillada cuenta.
Perdón por la extensión.
Bruno ahora mismo estoy en duda, si felicitar o que vuelvas a explicarlo el curro que te has marcado.
EliminarPero tu sabrás o el que lo lea lo entenderá, como te habrás dado cuenta, no soy muy inteligente, pero esto no todo el mundo lo sabe digerir.
Excelente y detallada contraposición al panfleto del Sr. Oscar de Caso. Un placer leer los escritos de éste hombre que hacen una furiosa apología de la izquierda, no por los mismos, sino por la esperada respuesta del Sr. Bruno, que en muchas ocasiones pone palabras a los pensamientos de muchos.
EliminarEa... que comparto esa larga, aunque didáctica y entretenida reflexión.
Planteese colaborar en el Blog con algún artículo aun cuando sea mensual o bimensual...
La crisis económica, la gestión de la pandemia, un país de okupas, la inmigración ilegal masiva que conlleva a un aumento de la delincuencia, el precio de todo, el nazismo de género, la política exterior, los impuestos abusivos, un gobierno con mil vicepresidentes y 7 millones de asesores, estas cosas también influyen si
ResponderEliminarCreo que han estado tres veces en el poder, y tres veces que no han llevado a la ruina, cosa que no es mentira, yo quisiera saber como cojones se lo apaña, pero lo peor que no solucionan nada, al contrario lo sueldos mas bajos y los productos mas caros, ah y la crispación que tenemos y la bajada de pantalones que tiene este tipejo con los etarras o el brazo político de estos asesinos y como no con los separatistas, pero es lo que la gente ha elegido.
EliminarLo de "retibutibo" no tiene pase aunque espero que me aprueben, naturalmente, en ortografía.
ResponderEliminarEstoy con Diego. No vayamos a olvidar, que la izquierda, mal llamada socialista, desde hace mas de cien años, se ha dedicado al robo, asesinato y al intento de destruccion de este pais. Solo por nombrar algo de esto, tenemos el robo del oro del banco de España, que se encargaron de saquear y repartirse los gobernantes, durante la guerra civil, asesinatos como los de paracuellos, durante la guerra, o antes de la guerra, y el saqueo sistematico de todas las instituciones, hasta hoy dia, que han vuelto a repetir todo. Han saqueado España hasta el punto de que está quebrada economicamente y se esta trabajando en un rescate, y se han quitado de enmedio a quien les ha estorbado.(expediente royuela)
ResponderEliminarNo olvidemos que solo un juez, les ha podido demostrar que han robado 680 millones del dinero de los impuestos, pero la lista de saqueo que llevan es interminable, y no tienen mas condenas, gracias a la ayuda de jueces tan sectarios como ellos.
Y ojo, que estan preparando un nuevo asalto, con el tema de indra, correos y las elecciones futuras. Estamos a un paso del pucherazo mas sonado del siglo XXl.
Como una manzana podrida, estan contaminando la judicatura, el ejercito, la guardia civil, y bajando por todas las instituciones. Si nadie hace nada, cuando queramos reaccionar, sera muy tarde.
Pero para ellos y mucha gente, solo ha robado los del PP, es lo que saben vender y por cierto muy bien.
EliminarEl español piensa tarde y a mi me ha pasado ahora.
EliminarLa madre de una concejala del socialismo Caudetano, en una publicación de facebook, puso que lo del PP, era peor que lo de Andalucía, ya que ellos se repartían sobres con dinero, buena teoría por parte de ella, para justificar un robo, lo comparaba con otra cosa y esta mujer creo que no es muy tonta o si, ya no lo se porque carrera tiene, pero puede ser que no le valga para nada. jajajajajajajajaj
Les agradezco su atención.
ResponderEliminarAl releer el asunto caigo en la cuenta de que el autor igual relaciona justicia social con competitividad porque de ésta se desprende una guía de la retribución al trabajo. La izquierda digiere mal, pero la practica en cuanto puede, que la retribución al trabajo sea proporcional al valor añadido de éste. Una forma de ver esto es imaginarse que todos, inexorablemente, estamos encuadrados en un gigantesco organigrama con dos dimensiones: la jerarquía, los de arriba y hacia abajo, y la especialización, todas las muchas especializaciones que se necesitan para crear valor añadido en bienes y servicios.
Lo que lleva a que casi no hay personas con trabajos y niveles iguales. Lo que es completamente opuesto a la palabra igualdad que se usa como comodín del tahúr. Todos iguales.... cobrando lo mismo... pero sin hacer lo mismo. Incluso cobrando sin aportar nada a los que trabajan en cosas útiles a la sociedad.
Hablar de ese asunto, comparando los modelos real y el progresista, aplicable por los a para los otros, es muy ilustrativo de lo que diferencia a la derecha o a la izquierda, dicho mas precisamente un modelo colectivista societario totalitario o un modelo liberal. Y no olvidemos que, en un principio, el sistema socialdemócrata consistía en división de poderes, respeto y cumplimiento de la ley, todos iguales ANTE LA LEY, un funcionamiento económico de mercado en libre competencia y un gobierno que supla, con prudencia y sabiduría, las desigualdades de los ciudadanos y cubra, directa o indirectamente, los servicios que los ciudadanos se promuevan. Ese delicado equilibrio de poderes que los partidos, sus secuaces y muchos ciudadanos procuran usar en su beneficio.
Y concluyo. Las ideas progresistas no necesitan ser defendidas por razonamientos espesos.
Cierto el último párrafo. La espesura, la pastosidad y la densidad de los razonamientos para inocular una idea de izquierdas a los "benditos lectores", no es necesaria si se defiende desde la lógica, el sentido común en las políticas, el progresismo real (no la progresía amancebada que nos gobierna). Así que lamentablemente para el autor del artículo, la "la inoculación de la vacuna" en forma de sus publicaciones periódicas, no le produce los réditos deseados... antes bien, acelera la reproducción de lo que el considera "el virus" de la "derechona endemoniada"....
EliminarAl final, se demoniza a todo aquél que no comparta la radicalidad de las políticas más extremas de izquierda.
Al ciudadano normal, trabajador, al autónomo, al pequeño empresario, al funcionario de base, etc..., se les tacha inmediatamente de radicales de derechas, fachas, etc., si se les ocurre arrojar un poco de lucidez y sentido común y discernir entre los artículos ideologizados y sibilinamente extremistas de izquierda y la realidad de lo que de verdad hace la izquierda radical y rabiosa cuando se le da la oportunidad de gobernar. Tanto ocurriría con la extrema derecha. Por eso los españoles no quieren líos... quieren acuerdos, quieren centralidad, quieren transversalidad.
Sr. Bruno... cuanto más relea, más le va a picar la palma de la mano para seguir escribiendo... porque una vez más el autor no decepciona ni sorprende ya con sus habituales aportaciones panfletarias, facilonas y para sesos secos.
RUINA Y MISERIA es lo único que sabéis traer a cualquier lugar en el que tocáis poder socialistas y comunistas. Sobre todo a la clase trabajadora, esa a la que tanto decís "defender" mientras os hacéis ricos arruinando y destrozando todo el tejido productivo de un país. Criminales, hipócritas, manipuladores y miserables son adjetivos que se quedan cortos a la hora de definiros Óscar De Caso.
ResponderEliminarQué fácil es ser socialista y comunista en un país capitalista!!!!!
Qué fácil es ser socialista y comunista viviendo del dinero público!!!!
Muy de su cuerdo con Vd. Necesitamos ser más críticos con nuestro gobierno el Dr nuestro país España, ese que al PSOE de Sánchez tanto le pica. Cambiemos estos izquierdistas.
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