Los hechos que aqui se ñarran ocurrieron hace 88 años tal día como hoy en el "Ventorrillo" a escasos 8 kms de Caudete. Los restos de esta edificación (una venta pequeña donde no se pernoctaba muy cerca de la Venta “La Encina” en el límite entre Villena y Almansa) todavía están presentes al lado de la A-31 como pavimentos, muros, restos cerámicos, tejas...mudos testigos de una masacre.
A nivel Nacional,
la Patrona de los funcionarios de la Administración Local es Santa
Rita, festividad que se celebra el 22 de
mayo. Pero los trabajadores del Ayuntamiento de mi pueblo se rigen por la
festividad de San Miguel por lo que las oficinas Municipales
hoy permanecen cerradas al público al no trabajar ningún funcionario o
laboral. Al ser hoy domingo es muy posible que la festividad se traslade a mañana.
No hace mucho se celebraba una misa y algún que otro acto para homenajear al Santo. costumbres ancestrales que que se han ido quedando por el camino.
En el actual Salón
de Plenos (Casa de la Cultura), justo detrás de donde se sienta el Alcalde,
está el Arcángel San Miguel intentando eliminar
al diablo con su espada en alto, óleo de Pedro Torres
Cotarelo y que estuvo siempre expuesto en la escalera del Ayuntamiento
a la altura de la segunda planta como presidiendo la Corporación caudetana.
Hoy, 29 de septiembre, día de
San Miguel, Caudete tiene una enorme deuda con Aurelio Ruiz Alcázar y trece caudetanos más: 7 hombres y 7
mujeres cuyos nombres vienen recogidos más adelante en esta crónica
Esta tragedia
ocurrió hace 88 años en unas condiciones que nunca debieron
darse. El año 1936 las milicias de izquierdas (comunistas,
socialistas y anarquistas) se dedicaron a quemar las iglesias de
Caudete: la de El Carmen, San Francisco, Ermita Virgen de Gracia y Santa Catalina y
a asesinar a personas inocentes sin juicio previo. El 5 de agosto matan en
el término de Fuente La Higuera a
los frailes de la Orden Los Agustinos que tenían la residencia en El Palacio.
Mes y medio después, el día 29, ya atardecido,
sacan de las celdas del claustro de la Iglesia del Carmen a catorce
personas (7 hombres y 7 mujeres) y por la carretera de Ocaña-Alicante (hoy A-31) los llevan a un bancal entre el Ventorrillo
y Venta La Encina (término
municipal del Almansa lindando con Caudete) donde horas más tarde los
matan sin ningún tipo de contemplaciones.
Restos del Ventorrillo, situado enfrente de La Encina y junto a la A-31, como pavimento, tejas, restos de cántaros, botijos....
En
las celdas del Claustro de la Iglesia del Carmen había más caudetanos presos.
Eligen a estos catorce por ser personas relevantes y prominentes de
Caudete y practicar la religión católica. También hubo presos en el Sindicato
Católico Agrícola “El Progreso”, hoy Casa de la Cultura.
Iban cantando "Adiós
Virgen de Gracia". Sospechaban que ya no la volverían a ver por cómo
se iban desarrollando los acontecimientos de una Guerra Civil donde había
desaparecido el sentido común y el respeto al vecino que pensara de forma diferente. Un absurdo enfrentamiento que duró tres
años.
Violaron, vejaron y mutilaron a
las mujeres en una orgía de alcohol, desenfreno, odio y sed de venganza. Es en
la madrugada del día 30 de septiembre (a
las 2:30 horas) cuando después de la orgía criminal asesinan a los catorce caudetanos dejándolos
tirados por el suelo entre el
“Ventorrillo” y Venta “La Encina”. Un muchacho
de 16 años de edad, Gabriel, fue
testigo de aquella tragedia.
El villenero José Vicente Arnedo Lázaro
y Juan Arráez Cerdá, autores del libro "Defensa
pasiva y Aeródromo militar de Caudete: 1936-1939", entrevistaron
a una docena de caudetanos para escribir el libro. Uno de ellos, hermano menor
de Gabriel que fue testigo, le contó a Vicente datos y
anécdotas de lo ocurrido en el Ventorrillo
que las plasma en la página 144. Les recomiendo su lectura.
Desde el lugar del crimen y ya amaneciendo
estos desalmados se bajan al pueblo y celebran la gesta
bebiendo en "La Cervecería" (Plaza del Carmen).
Algunos, a modo de trofeo, enseñaban ropa interior de las mujeres a las que habían violado antes de matarlas, como
las ligas que llevaba Cecilia Serrano.
Uno de los asesinados era
sobrino del General Vicente Rojo, Rafael Berenguer, de
profesión fotógrafo al que antes de matarlo lo dejan ciego porque, ante las
terribles escenas que está presenciando les dice a sus asesinos que “no
podía ver lo que estaban haciendo con las mujeres”. No está documentado,
pero este militar, el más laureado de la “II República”, denunció
aquel triste episodio de la Guerra Civil
llamando a capítulo a los autores de tan execrable crimen.
Que te maten a tu sobrino en
semejantes condiciones le llevó a amenazar a los milicianos de Caudete si no cambiaban de
actitud. Lo cierto es que a partir de esa fecha todo indica que los ajustes de
cuentas se redujeron.
Ninguno se merecía esta horrible muerte. Aurelio, como Cecilia, estaba en Caudete para enseñar a leer y a escribir a los caudetanos. Eran buenos maestros y muy queridos. Esta crónica la volveré a recordar al año que viene y hasta donde la salud me alcance para rememorar un trágico episodio que nunca debió ocurrir.
Siempre me impactó la personalidad, la trayectoria literaria y poética y, sobre todo, el buen hacer de Aurelio en defensa de la enseñanza pública. Fue Director del Colegio desde 1934 hasta su muerte.
Este es un episodio de verdadera memoria histórica y no la falsa memoria que quiere vendernos el PSOE negándonos y ocultándonos el conocimiento de la verdad a la que como ciudadanos tenemos derecho ateniéndonos a los hechos históricos. ¿Un claro ejemplo de ocultacion de la historia? Haberle cambiado el nombre hace 22 años. Pasó de llamarse Colegio"Aurelio Alcazar y Serrano" a "Gloria Fuertes".
Una sibilina manera de diluir la historia y despistar al personal para que no recuerde lo ocurrido hace 88 años ni cómo se proyecta, nace y crece este edificio destinado a Colegio Público en la II República ni la biografía de Aurelio Ruiz Alcazar que, para más inrri, !era un hombre de izquierdas!.
Pavimento de ladrillos cerámicos de El Ventorrillo junto a la A-31
Los últimos días de Aurelio en Caudete.
Terminado el Curso escolar del año 1936, el Alcalde de Caudete, José Camarasa Varela, le pide a Aurelio que no abandone el pueblo. Vivia en una casa alquilada pero al reclamarsela el propietario Aurelio se va a vivir a casa de su amigo Manuel Molina Olivares, en San Antón, con su mujer e hijos. Manuel y Aurelio coincidían en el Casino y entre ellos se había forjado una sólida amistad.
El 28 de septiembre, la vispera de la tragedía, Manuel estaba en Alicante vendiendo vino.Tenia al lado de su casa una bodega. Aprovechando que Manuel estaba ausente llegan dos milicianos para llevarse a Aurelio diciéndole "tenemos que hablar contigo". Dolores Molina, la hija de Manuel y abuela de Pedro Jorge Molla, esta presente. Tenía 8 años y recuerda perfectamemnte la escena de como sacan a Aurelio de su casa.
Al día siguiente, 29 de septiembre, llega Manuel de Alicante y se entera de la muerte de su amigo. El dolor es inmenso. Ya no puede hacer nada por devolverle la vida. Pedro me contaba que no le cabe la menor duda que de haber estado su bisabuelo en Caudete.... "a Aurelio no se lo habrían llevado".
Era un hombre decidido, valiente.... Me contaba su nieto una anécdota que lo pone de manifiesto. Dice que tenía un "aparato de radio" y una noche que Manuel estaba en Villena llegan a su casa y se la requisan con el consabido argumento "para la causa".
Cuando llega de Villena y le cuentan lo ocurrido, sube inmediatamente al Sindicato (hoy Casa de la Cultura) y tras localizar la radio la coge, se la echa bajo el brazo y se la trae a su casa "....me hace falta para mi causa", les dijo. Se quedaron con dos palmos de narices ante la valiente y decidida actitud de Manuel Molina Olivares.
Siempre que escribo sobre Aurelio me asalta la misma pregunta: ¿por qué un señor tan laureado y condecorado por la República, un señor de izquierdas.... muere en manos de los que supuestamente defendían la República?
Y aún entiendo menos cómo no se aprovechó la excelente “Exposición Fotográfica" que se celebró, con motivo del "75 Aniversario” del Colegio, para haber ensalzado la insigne figura de su primer Director D. Aurelio Ruiz Alcázar por las circunstancias excepcionales que le tocó vivir.... ¡en contra de su voluntad!.
Aurelio nace en Albacete el 6 de septiembre 1887 y muere con 49 años en la cuneta de la carretera de Almansa, la madrugada del 29 de septiembre, día de San Miguel, de 1936 junto a la también profesora Cecilia Serrano Díaz, con 36 años, más otras doce personas, cuyos nombres pueden ustedes leerlos más abajo..
Dos meses antes había dado comienzo en España un absurdo enfrentamiento que se saldó con la lamentable pérdida de muchas personas inocentes de los dos bandos en litigio como consecuencia, la mayoría de las veces, del rencor, el odio, la envidia... más que por cuestiones ideológicas.
También fue Presidente de la “Confederación Nacional de Maestros” en 1931 y reelegido en 1933, institución creada para defender al maestro, la escuela y al alumno.
Todavía es mayor contradicción que, acabada la guerra, este Colegio se conozca como “Ruíz Alcazar y Serrano” y que una vez consolidada la democracia sean maestros de “izquierdas” los que le cambien el nombre por el de “Gloria Fuertes” a quien, dicho sea de paso, le tengo todo el respeto que se merece.
No se trata de si Aurelio era de derechas o de izquierdas: era una persona honrada que realizaba de forma excelente su trabajo en Caudete, al margen de sus ideas políticas, y esto son razones más que suficientes para haberlo rescatado del olvido.
Una izquierda prepotente y una derecha ¡con ciertos complejos! nos lleva a situaciones de este tipo: condenar al olvido a un extraordinario Director de un Colegio público que nunca debió perder su vida en una cuneta.
La envidia, ustedes lo saben, es muy mala. Y no les cuento como te catalogan cuando no escribes al dictado de quien manda.
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(El nombre de Aurelio Ruiz Alcazar aparece en la Causa General como Director del Colegio de Hellín antes de trasladarse a Caudete. Del fusilamiento, y posibles vejaciones de Cecilia Serrano, queda recordado solamente en algunas páginas de la Diócesis de Albacete. Es triste que se hable tanto de la memoria histórica y se oculten estos vergonzosos sucesos.)
Hoy, 29 de septiembre, es una fecha de triste recuerdo para Caudete. Afortunadamente, el tiempo pasa, y los malos recuerdos se diluyen, pero no está de más recordar de vez en cuando hechos de nuestra historia como pueblo, aún cuando sean terribles, como es el caso.
Un día como hoy de hace 88 años, el 29 de septiembre de 1936, 7 mujeres y 7 hombres de Caudete fueron conducidos hasta cerca de La Encina, y allí fueron torturados, violadas ellas, y finalmente asesinados todos. Fue uno de los días más sangrientos de la historia de nuestro pueblo…
Después del fallido golpe de Estado en España, se produjeron distintas manifestaciones de violencia en todo el país. Tras quedar clara la división geográfica entre sublevados y los leales a la República, ambos bandos ejercieron la represión para asegurarse la fidelidad de su retaguardia.
La sublevada ciudad de Albacete fue reducida militarmente para la República el día 22, y el 23 empiezan las detenciones arbitrarias de caudetanos bajo la excusa de haberse adherido al golpe militar, a pesar de que en Caudete nadie se sublevó. También se organizaron sistemáticos saqueos e incendios de edificios y objetos religiosos.
El mismo día 23, un fraile agustino residente en Caudete es asesinado, y el resto de su Comunidad apresada. Como los detenidos excedían de la capacidad de las vacías instalaciones de la Guardia Civil, entonces situadas en la planta baja del Convento de San José, se ocuparon otras dependencias en el mismo edificio.
Las detenciones y muertes se suceden. Y muchos salvan la vida marchándose de Caudete o escondiéndose. Toda esta violencia es ejercida sobre personas de profesión religiosa católica, simpatizantes de los partidos políticos de la CEDA o Falange, o simplemente catequistas o maestros.
Estas detenciones fueron completamente ilegales, pues jamás se puso a disposición de la autoridad judicial o militar a los detenidos. No hubo juicios, ni el menor intento por dar una solución legal a las muchas detenciones arbitrarias.
La primera gran matanza en Caudete se produce el 5 de agosto de 1936, cuando los 15 religiosos agustinos que se encontraban bajo custodia municipal fueron entregados para su asesinato en Fuente La Higuera a un grupo de milicianos republicanos.
El 24 de agosto siguiente, son otros 9 caudetanos los que son asesinados, esta vez en Los Alhorines, término municipal de Villena. Y la última ocurrió el 29 de septiembre, donde fueron 14 los asesinados: 7 mujeres y 7 hombres.
La prensa extranjera había informado de las muchas ejecuciones ilegales y las autoridades republicanas, necesitadas de apoyo y reconocimiento Internacional, ordenaron una mayor discreción.
Hasta abril de 1937 se siguió asesinando en Caudete, pero ya de manera menos manifiesta: sólo uno en cada ocasión. De Caudete se tienen localizados más de 60 asesinados entre el 21 de julio de 1936 y 6 de abril de 1937, aunque se estima que hubo más.
A partir de esa fecha, otros 71 nacidos o residentes en Caudete sufrieron extorsión económica y chantaje. Fueron “declarados enemigos del régimen [republicano] y comprendidos en el grupo de insurrectos” entre 1937 y 1938, y se les expropiaron todos sus bienes. No importó que más de la mitad hubieran sido asesinados en 1936.
Pero volviendo a la fatídica fecha que nos ocupa, esa última gran matanza en Caudete tuvo un gran impacto en la población, pues mujeres y hombres, jóvenes y mayores, fueron torturados hasta su muerte.
Los 14 asesinados el 29 de septiembre de 1936, por orden alfabético, fueron:
1.-Dolores Albalat Golf, nacida el 2 de junio de 1896, hija de Emigdio Albalat Navajas y Dolores Golf Fernández. Era la hermana pequeña de Teresa. Según relatos orales, en un principio a Dolores no la iban a detener, pero ella quiso voluntariamente acompañar a su hermana. Tenía 46 años y estaba soltera.
Tras recibir aviso, se personaron el agente judicial y un médico forense del Juzgado de Instrucción de Almansa para el levantamiento de los cuerpos. Siete cadáveres, todos varones, estaban en el lado derecho de la carretera, sentido Almansa, en diversas posiciones. A unos 25 metros, y en el mismo lugar, se encontraron los cadáveres de siete mujeres.
Todos los cadáveres presentaban varias heridas sangrantes de bala, de pistola y fusil, además de perdigones de escopeta en órganos no vitales, lo que sugiere que no se buscaba una muerte inmediata, antes de una o varias mortales. También en algunos se apreciaban contusiones por golpes producidos varios días anteriores a su muerte.
En su momento fueron reconocidos Aurelio Ruiz y Juan Martínez, por lo que las autoridades pensaron que el resto de fallecidos podrían ser también de Caudete, recabando auxilio a sus autoridades para la identificación, averiguación de los hechos y captura de los asesinos.
Se pudieron identificar todos los cadáveres salvo seis: Carmen y Dolores Pedrós, Antonio Puche y Salvador Sánchez lo fueron el 20 de noviembre, pero Cecilia y Emerenciana tuvieron que esperar hasta 1939, pero no se averiguó nada de los asesinos.
El 9 de octubre de 1936 el juez Antonio Peral García ordenaba la inscripción de estas muertes en el Registro Civil de Almansa. Todos aparecen como “fallecido en el km. 335, hect. 2 de la carretera Ocaña-Alicante el día 29 de septiembre [de 1936] a las 2,30 horas a consecuencia de disparos de armas de fuego”.
En 1939, tras el fin de la guerra, el Ejército franquista investigó estos hechos y varios caudetanos fueron acusados de ser los autores. En varios Consejos de Guerra, manifiestamente faltos de garantías, fueron fusilados por esta y otras causas en Almansa y Albacete.
En la confesión de los aprehendidos se expone que varios cómplices pudieron salir de España. Uno de los autores también confesó que los cadáveres de algunas mujeres fueron profanados.
El fin de la Guerra Civil dio paso a las represalias franquistas. Se tienen localizados un total de 216 nacidos o residentes en Caudete que pasaron por las cárceles franquistas.
De ellos, el número de ejecutados en cumplimiento de sentencia fue muy elevado en Caudete, llegando a las 54 víctimas. Entre ellas se encontraban dos Alcaldes del Partido Socialista Obrero Español (PSOE): Miguel Camarasa Valera y José Camarasa Valera. Cumpliendo condena en prisión murieron otras diez personas. Casi todos murieron en Almansa o Albacete.
(El recuerdo de nuestra historia, pese a lo terrible que a veces sea, debe servir para aprender de nuestros errores, y evitar que nada parecido vuelva a suceder jamás).
DATOS DEL MINISTERIO DE EDUCACIÓN
La Escuela Nacional Graduada de Niños nº 2 fue inaugurada el 13 de noviembre de 1932. Se le dio el nombre de "Lorenzo Luzuriaga". Los primeros Directores fueron:
24-oct-1932 Director interino Faustino Antonio Maeso Sánchez.
-17-abril-1933 Director accidental Antonio Cano Más.
Respecto a los datos de Aurelio Ruiz Alcazar:
en las ACTAS DEL CONSEJO LOCAL DE PRIMERA ENSEÑANZA, con signatura de archivo L.244, figuran los siguientes datos:
*ACTA Nº37 Ordinaria, de 10 de febrero de 1934
Nombramiento según Orden Ministerial de 02/01/1934 Posesión Director Propietario de la Escuela Graduada “Lorenzo Luzuriaga” a D. Aurelio Ruiz Alcazar.
*ACTA Nº39 Ordinaria, de 23 de marzo de 1934. ENG nº1 Paracuellos de la Vega.
El Director del Colegio “Lorenzo Luzurriaga” solicita permiso urgente para traslado de familia y muebles de domicilio
*ACTA Nº48 Extraordinaria, de 24 de enero de 1935.
Posesión de los nuevos vocales del Consejo Local:
José Martí Herrero, Presidente, representante del Ayuntamiento.
Francisco Díaz Gil, Vicepresidente, padre de familia.
Aurelio Ruiz Alcázar, Secretario, maestro nacional.
Isabel Mª Golf Gil, Vicesecretaria, maestra nacional.
Manuel Carpena Esteve, Vocal, delegado Municipal de Sanidad.
Este Colegio pasó a denominarse "Grupo Escolar Ruíz Alcazar" en 1943, según consta en el acta de la JUNTA LOCAL DE PRIMERA ENSEÑANZA de 28 de enero de 1943. Mas tarde se añadiría "y Serrano".
(Datos facilitados por la Archivera Municipal Virtudes Navarro)
No tengo nada contra Gloria Fuertes. Todo lo contrario. Ella sería la primera que, de conocer la biografía de Aurelio, admitiría que fue un error cambiar de nombre el Colegio.
EL GENERAL VICENTE ROJO ESTUVO EN CAUDETE A PEDIR CALMA EN LAS IZQUIERDAS TRAS LA MUERTE DE SU SOBRINO RAFAEL BERENGUER, FOTÓGRAFO DE PROFESIÓN, AURELIO Y DOCE PERSONAS MAS.