Hace unas cuantas semanas publiqué un artículo sobre la toponimia de Caudete escrito por Antonio Conejero Rodriguez, Presidente de la Asociación Amigos de la Historia Caudetana. El pasado domingo por la mañana me llegaba un comunicado de Valentín García Valledor, que fue profesor de Literatura en el Instituto Pintor Rafael Requena. El escrito era escueto: "Chimo: infórmate que yo ya escribí sobre la toponimia de Caudete". Lo localicé en su página. Este es el trabajo realizado por Valentín hace 10 años desde un ángulo distinto al de Antonio pero con un mismo objetivo: la toponimia de Caudete. Les recomiendo su lectura.
CAUDETE
Un nombre, dos historias, tres caminos.
"Un pueblo sin el conocimiento de su historia pasada, su origen y su cultura es como un árbol sin raíces" (Marcus Garvey)
El año 1916 fue ciertamente conflictivo. En Europa, a pesar de los intentos del papa Benedicto XV, alemanes y aliados combatían sin cuartel en la Primera Guerra Mundial. Gallipoli, Verdún, Somme, Petain, Hindenburg eran nombres que ocupaban las páginas de los diarios de la época. Y en pleno conflicto, en la fría y lejana Rusia, eran asesinados Rasputín o el zar Nicolás II y comenzaba la Revolución soviética.
Sin embargo, como contrapunto a tanta barbarie y destrucción, genios como el sicólogo Sigmund Freud y el científico Albert Einstein sacaban a la luz, obras insignes como ‘Introducción al psicoanálisis’ y ‘Teoría general de la relatividad’.
Y en España, durante ese mismo año, alternaban los conflictos sociales ante el encarecimiento de la vida bajo el reinado de Alfonso XIII, con un total de 237 huelgas propiciadas tras la alianza de la CNT y la UGT, y los éxitos literarios de Gabriel Miró, de Carlos Arniches o de un Blasco Ibáñez, que en su célebre novela ‘Los cuatro jinetes del Apocalipsis’ dio título apropiado al triste panorama bélico europeo.
Pero también 1916 es un año trascendental para Caudete y muchas localidades españolas. ¿Por qué? ¿Qué otra historia ajena a la historia bélica general ocurrió en nuestro país que tanto afectó a nuestro pueblo? Quizás nada nos digan todavía La Gaceta de Madrid o la Real Sociedad Geográfica, de la que fueron socios insignes Cánovas, Joaquín Costa, Gregorio Marañón, Echegaray o Giner de los Ríos.
Y esta es ya la segunda historia, porque fue 1916 el año escogido para realizar la reforma definitiva de todos los nombres geográficos de España. En aquella fecha, cuando más de medio millar de municipios españoles compartían idéntica toponimia, se decidió poner orden a tal desorden. En la Gaceta de Madrid, precedente del actual B.O.E., y por Real Decreto de 2 de Julio, se ordenó tal empresa. Y la Real Sociedad Geográfica, con trayectoria contrastada desde 1876, se puso manos a la obra.
Meses después, cuando los geógrafos llegaron a la sílaba inicial CAU-, hallaron tres poblaciones que lo compartían todo. Eran los Caudete de Albacete, de Teruel y de Valencia. Había, además, otras dos poblaciones cercanas en su grafía, pero con el artículo árabe al- delante: la villa toledana de Alcaudete de la Jara y la jienense de Alcaudete.
Al final, como la normativa señalaba que variarían sus nombres “aquellas entidades de población cuyo número de vecinos fuese menor que sus homónimos”, nuestro Caudete quedó como Caudete, mientras los otros dos se rebautizaron como Caudé (Teruel) y Caudete de las Fuentes (Valencia).
Ya saben los caudetanos de a pie el porqué de la preeminencia del nombre de su pueblo. Una historia más, un dato más para la memoria personal y colectiva. Pero surge ahora otro dilema, una singular pregunta que todavía no ha hallado respuesta. Todos sabemos que las cosas existen por el hecho de ser, pero que esas mismas cosas no adquieren una realidad hasta que se les adjudica un nombre. Dicho de otro modo: ¿Por qué se eligió el nombre específico de Caudete para estas localidades? ¿De dónde procede y qué significado tiene tal topónimo?
Tal cuestión, ya sea en documentos bibliográficos o multimedia, nos conduce invariablemente a una encrucijada con tres caminos. Quizá este sea el motivo para que este dato singular haya sido olvidado o postergado en todos los planos-guía o prospectos municipales publicados hasta la fecha. Ya conocen ustedes el refrán de “ojos que no ven, corazón que no siente”. Aunque tal vez algunos corazones puede que sí sientan un poco de curiosidad ahora.
Al respecto del triple dilema planteado en este ensayo, cabe recordar aquí otro criterio clave que la Real Sociedad Geográfica mencionaba: “al elegir el calificativo poblacional tendrá especial predilección la palabra que exprese nombre de corriente de agua, de montaña, de territorio o de particularidad geográfica”. Dato informativo del pensamiento y del saber decimonónico que nos sirve de antecedente semántico a nuestra consiguiente explicación etimológica.
1.- PRIMER CAMINO: nombre relacionado con alguna corriente o afluente de agua.
Al decir de una gran autoridad filológica como Joan Corominas, en su obra ‘Tópica hespérica. Estudios sobre los antiguos dialectos, el substrato y la toponimia romance’ (1972), es un vocablo formado con las dos palabras latinas caput aquae, ‘nacimiento del agua, fuente, manantial’; después, tras la influencia musulmana, la evolución fonética romance será una adaptación del árabe al-qabdaq.
Al decir de una gran autoridad filológica como Joan Corominas, en su obra ‘Tópica hespérica. Estudios sobre los antiguos dialectos, el substrato y la toponimia romance’ (1972), es un vocablo formado con las dos palabras latinas caput aquae, ‘nacimiento del agua, fuente, manantial’; después, tras la influencia musulmana, la evolución fonética romance será una adaptación del árabe al-qabdaq.
De esta primera aproximación provienen dos apuntes recogidos en sendos diccionarios geográfico-estadísticos. Aludiendo al significado, Pascual Madoz (1847) indica que hay frecuencia de fuentes y manantiales en Alcaudete y en los otros tres Caudete; concretamente, certifica que en nuestro Caudete había “varios manantiales que, desprendiéndose de la sierra de Santa Bárbara e inmediaciones del convento de Capuchinos, se reúnen formando un arroyo considerable”. Aludiendo exclusivamente a la fuente léxica, Sebastián de Miñano (1826) señala que “el nombre de esta villa es de origen arábigo”.
2.- SEGUNDO CAMINO: nombre relacionado con depresión montañosa o desnivel orográfico.
Según ciertos historiadores, como Desamparados Cabanes, Ramón Ferrer o Abelardo Herrero, en su ‘Documentos y datos para un estudio toponímico’ (1981), proviene de la etimología latina capitetum, derivada de caput, ‘cabeza, montículo o cerro’. Las leyes fonéticas harán que, tras la pérdida de la m final, sobre la base capitetu se produzcan las eliminaciones de u final e i intervocálica y, posteriormente, la transformación del grupo consonántico pt en bd. O dicho de un modo más sencillo y comprensible: capitetu > capitet > captet > cabdet; posteriormente, este último término recibirá el sufijo mozárabe –ete.
Según ciertos historiadores, como Desamparados Cabanes, Ramón Ferrer o Abelardo Herrero, en su ‘Documentos y datos para un estudio toponímico’ (1981), proviene de la etimología latina capitetum, derivada de caput, ‘cabeza, montículo o cerro’. Las leyes fonéticas harán que, tras la pérdida de la m final, sobre la base capitetu se produzcan las eliminaciones de u final e i intervocálica y, posteriormente, la transformación del grupo consonántico pt en bd. O dicho de un modo más sencillo y comprensible: capitetu > capitet > captet > cabdet; posteriormente, este último término recibirá el sufijo mozárabe –ete.
En esta línea argumental, me atrevo a transcribir el artículo de Mark Aguirre que leí en su día en Crónica, suplemento de El Mundo: “Muchos de los nombres de pueblos de nuestra geografía tienen su origen, no ya en el árabe, sino en el sabaeno, la lengua que se hablaba en la árida tierra yemení. [...] AL-KAUB. Colina. En nuestra geografía: Cauda, Caudete, Alcaudete, Alcaudique”.
3.- TERCER CAMINO: nombre relativo a particularidad territorial o diferenciación fronteriza.
bbOtras fuentes, al hablar del escudo de la Real y Muy Noble Villa, destacan la existencia de dos letras acrónimas que podrían constituir un indicio de la procedencia original del nombre. Así, Jesús Sánchez Díaz, en su ‘Historia de Caudete y su Virgen de Gracia’ (1956), señala que “las C y D bajo las alas son las iniciales de su nombre de origen: Caput Deitanorum o Capdetum y Capdete, hoy Caudete”.
bbOtras fuentes, al hablar del escudo de la Real y Muy Noble Villa, destacan la existencia de dos letras acrónimas que podrían constituir un indicio de la procedencia original del nombre. Así, Jesús Sánchez Díaz, en su ‘Historia de Caudete y su Virgen de Gracia’ (1956), señala que “las C y D bajo las alas son las iniciales de su nombre de origen: Caput Deitanorum o Capdetum y Capdete, hoy Caudete”.
La denominación Capdetum deitanorum, ‘capital de los deitanos’, haría referencia al antiguo pueblo ibérico que se estableció preferentemente, junto a los íberos contestanos, en la actual provincia de Murcia.
Así mismo, buscando información sobre los pueblos íberos prerromanos, nos hallamos ante la existencia de bastetanos, oretanos, mastienos y deitanos ocupando zonas geográficas que van desde las proximidades de Cádiz hasta el sur del Levante. De este modo, no es aventurado pensar que ciertos grupos o tribus deitanas podrían haberse asentado en tierras turolenses, levantinas o jienenses, precisamente lugares donde el término ‘caudete’ dejó huella.
Al final, tras lo dicho, nos queda la seguridad de tres villas homónimas y su pactada variación toponímica en 1916 y, también, una encrucijada etimológica de caminos. Pero no hay que agobiarse ni pensar que jamás saldaremos este dilema. Más bien, habrá que convenir, con Alonso Quijano, que “para sacar una verdad en limpio, menester son muchas pruebas y repruebas”. Y al fin y al cabo, mientras nos llega esa verdad, podemos elegir cualquiera de las tres posibilidades que nos abre el antiguo, enigmático y mágico nombre de Caudete.
Al final, tras lo dicho, nos queda la seguridad de tres villas homónimas y su pactada variación toponímica en 1916 y, también, una encrucijada etimológica de caminos. Pero no hay que agobiarse ni pensar que jamás saldaremos este dilema. Más bien, habrá que convenir, con Alonso Quijano, que “para sacar una verdad en limpio, menester son muchas pruebas y repruebas”. Y al fin y al cabo, mientras nos llega esa verdad, podemos elegir cualquiera de las tres posibilidades que nos abre el antiguo, enigmático y mágico nombre de Caudete.
Bibliografía mínima :
· Aguirre, Mark: Benidorm, Noria... Vienen del Yemén, 15 de Febrero de 2004, Crónica,
suplemento nº 435 de El Mundo. [Origen sabaeno del vocablo Caudete]
· Bleiberg, Germán y Julián Marías: Diccionario de literatura española, Ediciones
Revista de Occidente, Madrid, 1972. [Cronología histórico-cultural de 1916]
· Estades Rodríguez, Damián: El tesoro mágico de Don Quijote de la Mancha,
Ornigraf, Madrid, 1976. [Cita del ‘Quijote’, IIª parte, capítulo XXVI]
· García de Fuentes, Luis y Luis García Ejarque: Caudete de las Fuentes ayer y hoy,
Ayto. de Caudete de las Fuentes, Valencia, 1993. [‘Tópica hespérica’, de Joan
Corominas, Gredos, Madrid, 1972, y ‘Documentos y datos para un estudio
toponímico’, de Cabanes, Ferrer y Herrero, Ed. Ferrando, Valencia, 1981]
· García-Saúco, Luis Guillermo: Heráldica municipal de la provincia de Albacete,
Instituto de Estudios albacentenses, Albacete, 1991. [‘Hª de Caudete y su
Virgen de Gracia’, de Jesús Sánchez, Ayto. de Caudete, Albacete, 1956]
· Junta de Comunidades de Castilla la Mancha: Madoz 1845-1850. Castilla-La Mancha,
facsímil, Ámbito, Valladolid, 1987. [Diccionario de Pascual Madoz, tomo VI]
· Miñano, Sebastián: Diccionario geográfico-estadístico, Impr. Pierart, Madrid, 1826
Muy interesante el artículo de Valentín García. Añado un apunte histórico. La relación entre el topónimo Caudete y el término Caput Deitanorum yo la encuentro por primera vez en la obra de don Jesús Sánchez Díaz, “Historia de Caudete y su Virgen de Gracia “, publicada en 1956, dice el cronista:
ResponderEliminar“El nombre CAUDETE parece derivarse de CAPDETUM, contracción que debieron hacer los romanos de Caput Deitanorum o Cabeza de los Deitanos, tribu ibérica del sureste español, y no por ser la principal población deitana, sino por estar a mayor altura.”
Hay que señalar que el autor no aporta ninguna referencia a tal suposición, de lo que cabe interpretar que estamos ante una elucubración de Sánchez Díaz. Una suposición que quizás desde el punto de vista de la etimología sea verosímil pero que desde un punto de vista histórico y a falta de fuentes antiguas que la respalden, carece de todo rigor.
La primera vez que aparece el topónimo Caudete en las fuentes medievales es en la Crónica de Jaume I. La Crónica de Jaume I o Llibre dels fets del Rei En Jaume, es un texto que recoge las andanzas del rey aragonés, entre ellas la conquista de nuestro territorio, y que se escribió en torno a los años sesenta o setenta del siglo XIII, en todo caso antes de 1274 o 1275, dado que Jaime I murió en 1276.
En esta crónica se nos narra que la Orden de Calatrava que ya había tomado la población de Villena se dispone a conquistar los términos de Caudete y Bogarra:
“ Un frare de Calatrava que tenia Villena, que ell nos rendria Villena e Saix e haguem dels moros los Capdets e Bugarra.”
A falta de otras fuentes históricas, es esta la primera referencia conocida a nuestro topónimo. Aparece en catalán, idioma en el que se redactó la crónica y curiosamente en plural: los Capdets.
Unos pocos años después, en 1305, en la Carta Puebla de Caudete, redactada en Villena y en idioma castellano, el topónimo vuelve a aparecer de dos formas: Caudete y Alcaudete.
Atendiendo a la falta de fuentes históricas que respalden la suposición de Jesús Sánchez Díaz y su Caput Deitanorum, yo buscaría la etimología de Caudete por el primero o el segundo de los caminos planteados por Valentín. El tercero de estos caminos quizás resulte más glorioso pero carece de toda fundamentación histórica: no hay ninguna fuente que los respalde. Y la historia, sin fuentes, es historieta o cuento.
Buen apunte histórico, Vicent. "Els valencians sempre al costat", en el buen sentido. Salu2
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