"Diario de un Estado de Alarma. Día 72", por Claudia Conejero. "El Ayuntamiento de Madrid presenta el acuerdo para la reconstrucción con todos los grupos municipales".

Iniciamos una nueva semana, la duodécima semana de Estado de Alarma, con Caudete en fase 1, al igual que la gran parte del territorio español, mientras que otros afortunados, entre ellos nuestros vecinos y vecinas de Yecla, se encuentran disfrutando de las libertades que la fase 2 albergan.

Lo que sí que podemos hacer los amantes de la literatura, en nuestro municipio, es volver a entrar en los, como leí un día en no recuerdo bien que sitio, “los parques de atracciones del intelecto”, las Bibliotecas, porque recuerden que los parques infantiles siguen todavía cerrados.

El día que los vuelvan abrir, los infantiles digo, yo tengo visita obligada a todos ellos, porque Julen está deseando que el bicho se vaya del parque y su mamá le ha prometido que el día que ya no esté en ellos iremos a todos los parques del pueblo.

La Biblioteca Municipal “Ana María Matute”, después de tener que cerrar las puertas por la llegada de la COVID-19, vuelve abrirlas, el próximo miércoles, 27 de mayo. El horario será, de lunes a viernes, de 09:00 a 13:30 horas, reservando como horario preferente para mayores de 65 años, de 09:00 a 11:00 horas, aunque será necesario cita previa, vía telefónica o vía correo electrónico. Y al igual que ocurrirá con la ropa, después de probarla en el cambiador y no elegirla para llevárnosla a casa, los libros devueltos también permanecerán en cuarentena. Los libros 14 días, la ropa durante 48 horas.

La vida nos ha cambiado en todos los sentidos. Hoy lo comentaba en la calle cuando nos hemos cruzado con una amiga, tras un paseo casi en solitario por el camino de la Virgen la familia de tres que somos. ¡Cómo se agradecen estos paseos en familia! Tanto nos ha cambiado la vida, que hemos cambiado la barra de pintalabios que siempre andaban pululando dentro de nuestro bolso, por un bote de gel hidroalcohólico.

Las mascarillas son el nuevo complemento de moda de este año y la distancia física la mejor muestra de cariño que podamos demostrar al resto de seres humanos. Aunque hay ejemplos erróneos de cómo no se debe de hacer, estoy convencida que somos muchos los que nos hemos convertido en vacunas andantes que siguen las recomendaciones de las autoridades sanitarias y que se han marcado entre sus objetivos a cumplir, en este 2020, ayudar a frenar al bicho.

Ayer me iba a la cama algo preocupada, y eso que había sido un domingo especial, de reencuentros entre medidas de seguridad y distanciamiento, pero un recuentro familiar, de esos que había muchas ganas de que fueran realidad. Pero mi preocupación vino al realizar un último repaso a la prensa. Soy de esas personas que no le gusta irse a la cama sin ser consciente de la actualidad informativa, será por eso de la deformación profesional, pero ese conocimiento de la actualidad provoca que haya días, como el de ayer, en los que me vaya a la cama con un gran dolor de barriga.

“Aumentan los nuevos casos de contagio por COVID-19 este domingo en Albacete” (“La Cope”). Según la noticia “13 nuevos positivos que hacen un total de 5.031 contagiados en Albacete”, siendo la provincia de Castilla La Mancha donde más nuevos casos se habían detectado. Cierto que no es una cantidad muy elevada si tenemos en cuenta las cifras de otro momento de la crisis sanitaria, pero a mi esos 13 nuevos positivos me provocaron un gran dolor de barriga y asaltaron en mi mente la duda de ¿lo estaremos haciendo, a nivel individual, todo lo bien que debemos hacerlo en la desescalada?

Quizás me ocurra con el tema de las cifras de contagios lo mismo que cuando comenzamos de nuevo a salir a la calle y me cruzaba con alguien. En aquel momento, y aunque, a veces mantenía más de dos metros de distanciamiento físico, no podía evitar que sintiera que al aire le costaba circular por mi garganta.

Ahora, todavía tengo una sensación algo extraña cuando me encuentro con alguien por la calle, pero podría decir que ya estoy más adaptada con la interacción social. Sin embargo, algo me dice en mi interior que las cifras seguirán dándome dolor de barriga y provocando en mí una sensación de preocupación mientras siga viendo en los titulares de la prensa la palabra “aumentan”.

Soy plenamente consciente de que el día que no aumenten los casos será porque habrá llegado a nuestras vidas la vacuna que acabe aplacando al bicho y que mientras tanto seguirán habiendo casos de contagios, pero me es inevitable, después de todo lo que hemos vivido, que las cifras me sigan produciendo dolor, anoche dolor de barriga, otros días dolor de alma y corazón.

Ojalá, llegue el día, en que ese dolor sea apenas percibido por mi umbral del dolor porque la sociedad ha hecho caso a las recomendaciones sanitarias y se ha “medicado” con grandes dosis de prudencia, cautela y responsabilidad, las únicas armas que tenemos en estos momentos para mermarle la vida al maldito bicho, o como dice Julen, “a este bicho que es muy tonto, mamá”.

Hoy nos hemos enterado que “el Gobierno suprimirá la cuarentena obligatoria para turistas extranjeros el 1 de julio” (“El País”), muy buena noticia si pensamos en que el turismo es uno de los grandes motores de la economía de nuestro país. A esa buena noticia hay que sumarle que la directora de Salud Pública de la Organización Mundial de la Salud, María Neira, ha apuntado que “los modelos con los que trabajan van descartando, cada vez más, una segunda ola importante del coronavirus”, pero ojo, mucha cautela, que “cada vez más”, no significa que la segunda ola, en estos momentos, sea imposible. Por lo tanto, sigamos haciendo las cosas bien, cumpliendo las recomendaciones de los expertos, para que llegue el día en que podamos oírle decir a la OMS que están al 99% de que no tendremos una segunda oleada de la COVID-19.

A veces, en estos tiempos de convulsión sanitaria, económica e incluso política, nos encontramos con noticias que dan alegría, también en el aspecto político de nuestro país. “El Ayuntamiento de Madrid presenta el acuerdo para la reconstrucción con todos sus grupos municipales” (“ABC”), ojalá, otras muchas instituciones Locales y Autonómicas, sigan el ejemplo de Madrid.

En lo que se refiere al ente local de mi pueblo, y si tenemos en cuenta el discurrir del último pleno, algo me dice que van a necesitar mucha lima, mucha tila y mucho yoga para que podamos ver un titular como el que hemos visto, hoy, del Ayuntamiento de Madrid.

En Andalucía también va estar complicada dicha mesa de reconstrucción, y es que, perdonen las “mentes sensibles” si discrepo en la jugada de la fuerzas políticas alineadas en el espectro de la derecha, pero ¿cómo se le pueden dar la presidencia de la mesa a una formación que votó en contra de su creación?

Sinceramente creo que lo que ha ocurrido en Andalucía sería, llevándolo al símil de, por ejemplo, una Plaza de Toros, un lugar donde se celebran, principalmente corridas de toros, darle la gestión de la plaza a un antitaurino. Algo me dice que la vida taurina de esa plaza sería bastante inexistente, por no decir nula.

Cierro el “Diario de un Estado de Alarma” de hoy, recordando que “un 20% de los institutos del País Vasco reanudan la actividad lectiva principalmente para recuperar asignaturas pendientes” (“El País”), y aunque como decía el director del Summa Aldapeta, en la capital donostiarra, Javier Cortés, “la vuelta a clase va a ser testimonial, pero nos servirá de ensayo para preparar bien el inicio del curso que viene en septiembre”.

Y es que en parte todo lo que estamos viviendo ahora, es una especie de ensayo de vida para cuando vuelva esa “nueva normalidad”, tras el Estado de Alarma, y así podamos estar preparados para seguir disfrutando de la vida plena, conviviendo con el bicho, que no se habrá ido pero tendrá las fuerzas más mermadas, o eso esperamos, y nos permitirá disfrutar de la vida en todo su esplendor, con ese sabor dulce y a veces amargo, que las vivencias nos acaban aportando a las personas.

Caudete, 25/05/2020 17:41 horas del septuagésimo segundo día de “Estado de Alarma”

#cambiamosdefasecaminodeesanuevanormalidadperoconresponsabilidad