sábado, 9 de octubre de 2021

"La superioridad Corporativa de las derechas españolas", por Óscar de Caso. "Sánchez se ha pasado la mayor parte de su gestión gubernamental ambicionando seguir en el poder"

          Ha quedado demostrado de modo palmario, una vez más, cómo los distintos grupos de pensamiento de la derecha española “hacen piña” en sus llamadas de convocatoria nacional, cuando la izquierda sin denominación de origen toma el poder y se dispersa, perdiendo el contacto con aquellos votantes que les han instalado en la Moncloa; cuando sufren lagunas mentales en cuanto a sus promesas electorales; cuando cambian de rumbo y de opinión cada diez minutos; cuando discuten estúpida y públicamente entre ellos simulando sainetes de “Matrimoniadas” (serie televisiva de los 80 de José Luis Moreno); cuando tienen poco tino a la hora de seleccionar cargos ministeriales; y cuando consiguen, cada vez más, parecerse a una copia del Partido Demócrata de los Estados Unidos (asunto con el que a Felipe González le sobrevienen orgasmos).

          Si levantamos el trasero del sillón y abrimos un libro de historia o le damos a la tecla Google escribiendo: Coaliciones de partidos de derechas en España, podremos leer:

--- CEDA. Coalición Española de Derechas Autónomas, fundada en 1933 por José María Gil-Robles. Agrupando a los partidos de derechas y católicos.

--- FET y de las JONS. Fundado en 1934. Constituido por Falange Española Tradicionalista, liderado por José Antonio Primo de Rivera; y la Junta de Ofensiva Nacional Sindicalista con Onésimo Redondo y Francisco Ledesma al frente de la misma.

--- AP. Alianza Popular en 1977 con Manuel Fraga de general en jefe con siete ministros de Franco al frente de las coaliciones: Reforma Democrática, Unión del Pueblo Español, Acción Democrática Española, Acción Regional, Unión Social Popular y Unión Nacional Española.

--- PP. El Partido Popular se formalizó en 1989 con el mismo Fraga. Posteriormente a esta fecha se añadieron algunos “realquilados” de UP y N, Unión del Pueblo Navarro; y la facción más “convenida” de Ciudadanos.

           Como hemos leído, todos ellos muy patriotas, muy españoles y mucho españoles (M punto Rajoy), muy conservadores (¡quién lo diría!). En general muy compactados, sin fisuras ni resquicios ideológicos diferentes a los de “la casa madre”. 

     Aptitud lógica esta, ya que estos partidos se han caracterizado desde siempre en cuidar muy bien de los intereses comunes de los miembros del partido, mande quien mande. Tratando, en todo momento, de ocupar el extremo-centro del marco político; aunque en estos últimos años esté haciendo hedredoning puntuales con el partido de ultra-derecha Vox.

          Si ustedes, benditos lectores, no son demasiado jóvenes recordarán la letanía que José María Aznar le arrojaba cotidianamente cuando al frente del gobierno estaba Felipe González, exigiéndole: “¡Váyase señor González!”. Al final, lo consiguió y perdió las elecciones el sevillano. 

    Varias décadas después, como en su día funcionó, Pablo Casado le vocea en sus mítines y declaraciones a Pedro Sánchez: “¡Dimita señor Sánchez!”. Y, si sigue así, le funcionará de nuevo.

            Sánchez, al parecer, no pretende hacer caso de la historia pasada, y la historia mantiene que, si los gobiernos de izquierda reculan en sus postulados, los partidos de derechas avanzan en la misma proporción. 

    Se comprueba que estos últimos años Sánchez se ha pasado la mayor parte de su gestión gubernamental ambicionando seguir en el poder; pactando entre vómitos con el partido político se llame como se llame; sin percibir la máxima de que sólo con los votos de los ciudadanos socialistas podrá gobernar un partido socialista. Y Sánchez los tiene más que abandonados.

La canción que pongo hoy es del cantautor uruguayo Daniel Viglietti (1939-2017). Su título “Soledad Barret”. Nombre de una mujer paraguaya (1945-1973) que dedicó casi toda su vida a denunciar las injusticias sociales en todas las dictaduras de Latinoamérica y que murió torturada por unos nazis brasileños. Les recomiendo el poema de Mario Benedetti “Muerte de Soledad Barret”, contenido en el libro “Emergencias” de 1973.

La duda lleva mi mano hasta la guitarra,
mi vida entera no alcanza para creer
que puedan cerrar lo limpio de tu mirada;
no existe tormenta ni nube de sangre que puedan borrar
tu clara señal.

La soledad de mi mano se da con otras
buscando dejar lo suyo por los demás,
que a mano herida que suelta sus armamentos
hay que enamorarla con la mía o todas que los van a alzar,
que los van a alzar.

Una cosa aprendí junto a Soledad:
que el llanto hay que empuñarlo, darlo a cantar.

Caliente enero, Recife, silencio ciego,
las cuerdas hasta olvidaron el guaraní,
el que siempre pronunciabas en tus caminos
de muchacha andante, sembrando justicia donde no la hay,
donde no la hay.

Otra cosa aprendí con Soledad:
que la patria no es un solo lugar.

Cual el libertario abuelo del Paraguay
creciendo buscó su senda, y el Uruguay
no olvida la marca dulce de su pisada
cuando busca el norte, el norte Brasil, para combatir,
para combatir.

Una tercera cosa nos enseñó:
lo que no logre uno ya lo harán dos.

En algún sitio del viento o de la verdad
está con su sueño entero la Soledad.
No quiere palabras largas ni aniversarios;
su día es el día en que todos digan,
armas en la mano: ”patria, rojaijú”.

1 comentario:

  1. En Castellón hay una comida que dicen típica. El empedrao. Se mete en la olla todo lo que se tiene a mano, a trocitos, y a hervir.
    Y sale un artículo con un principio amalgamado y un final apegado.
    Lo que mas me llama la atención es el carácter mágico y definitivo atribuído a eso de ¡váyase! y que el otro se vaya. Tanto lío y va y hay un conjuro brujo para desmontar gobiernos.

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