Los concejales del PP callan. Por menos, a Mollá le dimitieron más de la mitad. Teniendo aprobados los Presupuestos, a Moisés no le hacía falta a Pagan para finalizar la Legislatura.

 Los concejales de José Miguel Mollá no tenían el buen sueldo que Moisés, contando con la inestimable ayuda de José Vicente Alagarda, de Ciudadanos, les garantizó a los suyos desde el inicio de la Legislatura. 

No hay nada que "una" y "agrupe" más en política que un buen sueldo para, llegado el momento, "mirar para otra parte ante un desaguisado cometido por tu Jefe" como el de enchufar a la mujer de Pagán con dinero público hasta que se jubile sin pasar por el trámite de unas oposiciones libres y transparentes. Un auténtico chollo.

Pero, si analizamos la situacion desde otro ángulo, Moisés ha pecado de inexperto o tal vez de estar muy mal asesorado. Porque, teniendo aprobado el Presupuesto  Municipal del 2022, (en diciembre del 2021) "no le hacía falta haberse dejado presionar por Pagán". 

Hubiera sido un héroe. Así, se ha convertido en un villano por no "mirar" y "defender" los intereses de los caudetanos/as sin tener en cuenta que el Capítulo de Personal es superior al 50% de los Ingresos Municipales  aprovechándose de no tener en vigor la RPT y que los Sindicatos no le van a decir ni pío. También cabe que haya sufrido el conocido"síndrome de Estocolmo". No sería el primero.

    Un 25 de octubre del 2019, José Vicente Alagarda dimitía una hora después de haber aprobado unos sueldos escandalosos con unas justificaciones que no se sotenían como que "Caudete sobrepasaría con mucho los 10.000 habitantes, que el Ayuntamiento genera mucho trabajo"... y otras lindezas por el estilo.

  El Acta de aquel Pleno reza "dejo la concejalía porque yo no me metí en política para que me increpen en las redes sociales o me monten escraches en la puerta".  Aquella dimisión... ¡no fue premeditada!. Nadie lo sabía. ¡Ni él mismo!. 

     Sufrió un arrebato "in situ" y dijo: "hasta aquí hemos llegado". Moisés...no daba crédito a lo que acababa de oír. Como en el baloncesto, pidió tiempo y llamó al masajista....¡pero ya era tarde!.

 Alagarda,  nº 1 de la Lista de Ciudadanos, fue honesto y dimitió. Pudo haberlo hecho antes de aprobar el injustificado incremento de sueldos al Equipo de Gobierno. Pero....No. No nos consta que pidiera nada a cambio.

  Con la  nº 2 y el nº 3 ha resultado ser todo lo contrario al buscar el beneficio personal y, lo más grave, "poner en tela de juicio la política del PP y el prestigio de Moisés como Alcalde" que, sin causa justificada, se ha dejado "abducir" por Pagán.

A José Miguel Molla, ¡por mucho menos!, le dimitieron más de la mitad de sus concejales. En este caso, todos callan y ¡otorgan!. Y si alguno le ha llamado la atención a Moisés ...¡no ha trascendido!.

Conviene remarcar un detalle. Los concejales de Mollá no tenían los suculentos emolumentos que tienen los de ahora. Pocos estaban liberados. Moisés, que no da puntada sin hilo, dijo: "teniendo a los míos bien engrasados no me complicarán la vida". Efectívamente.

   No se ha equivocado mucho. Pero, sospecho que no todos han aplaudido la "readmisión" de quien fue concejala del PP abandonándolo para irse a Ciudadanos. 

    Los suyos no le están complicando la vida. Pero, el que sí lo está haciendo  es el concejal tránsfuga que fue Presidente local del PP que al no poder imponer a Luís Felipe Bañón como candidato a la Alcaldía en vez de a  Molla, abandonaba el PP pidiendo asilo político en Ciudadanos para, después de la peripecia, aterrizar de nuevo en el PP y convertirse en la pieza clave que le permite a Moisés llevar con soltura la vara en las procesiones.

  Cuando la tesis, en estos casos, es "desconfiar de los conversos"....¡aquí va y se les gratifica!.