Ayer recibimos en casa de parte del personal voluntario de Cruz Roja una mascarilla para cada uno de los miembros de mi hogar. Es de agradecer la labor desinteresada que están haciendo desde Cruz Roja con la ayuda de Protección Civil a través del plan “Cruz Roja RESPONDE frente al COVID-19”. En un primer momento se las hicieron llegar a la población enferma y a los mayores de 65 años y ahora les toca repartir más de 7.500 mascarillas al resto del municipio.
Esta tarde vuelven a salir. Según me contaron, ayer recibieron las llamadas de mucha gente que no se encontraba en sus domicilios por estar en el campo y querían ver cómo se las podían hacer llegar. El Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo, por el que declara el Estado de Alarma para la gestión de la situación de crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19 detalla muy bien en su artículo 7 cuales son las causas por las que se podrá circular por las vías de uso público, y perdonar pero no encuentro la de irse a pasar el día a la segunda residencia, como ayer le decían a algunos voluntarios: “es que estamos de “comida familiar” en el campo”.
Vamos a ver, que todos estamos deseando poder disfrutar de la familia o los amigos, y más en estos días tan típicos de ello, pero que no se puede, que está prohibido y además es una imprudencia irse a pasar el día con otras personas que se suponen que están realizando su propio confinamiento en hogares diferentes al tuyo.
Claro que a mí me encantaría ir a casa de los yayos de Julen a pasar un día de Pascuas con mi sobrina Mercedes, pero ahora mismo no es posible debido al Estado de Alarma, y por lo tanto, aunque las ganas sean infinitas aquí nos encontramos: nosotros en mi casa, mis padres en la suya y mi hermana en la suya, sin tener más que el contacto visual y auditivo que por suerte las tecnologías nos permiten desde hace ya veintiocho días.
El confinamiento social es una de las claves para frenar el contagio del bicho. Según el catedrático de Ingeniería Química y profesor de la USC, Gumersindo Feijoo Costa, “quedarse en casa cumpliendo las órdenes de confinamiento cortocircuita la correa de transmisión del coronavirus y resulta clave para reducir el número de contagios y, de este modo, evitar el colapso de los servicios sanitarios” (“Europapress”). Por lo tanto, cuanto menos contacto con el exterior, aunque ese exterior lleve la misma sangre que tú, más estaremos contribuyendo a romper la correa de transmisión del virus.
Creo que eso es una de las cosas que más nos está costando entender si echamos un vistazo a la prensa: “720 euros de multa por saltarse el confinamiento para ir a casa de su novia en Gran Canaria” (“La Gaceta de Salamanca”), “85 denuncias por saltarse el confinamiento el Jueves Santo en Álava” (“El Correo”), “Cuatro detenidos y unas 250 sanciones por saltarse el confinamiento” (“El Periódico de Yecla”), “112 detenidos y 11.183 sancionados por Policía Nacional y Guardia Civil este Viernes Santo por infringir el confinamiento” (“El Ministerio de Interior”)… y así podríamos ir sumando titulares y titulares hasta llegar a “un total de 125.267 personas sancionadas desde el comienzo del Estado de Alarma”, como ha informado, en la rueda de prensa de hoy, la subdirectora general de recursos humanos y formación de la Policía Nacional, Comisaria Principal Pilar Allue.
Volviendo al asunto de las mascarillas, Julen y yo, que somos los que hacemos en casa el confinamiento pleno, por ahora no nos la vamos a tener que poner, pero viendo la cara que puso Julen al verla, si al final cuando nos levanten el confinamiento las ponen de uso obligatorio, creo que me va a costar más esfuerzo conseguir que se la ponga que tenerlo encerrado en casa durante más de mes y medio.
Todavía recuerdo, los días previos al Estado de Alarma, que ya habían comenzado a tomar medidas en el Centro de Salud y tuvimos que ir para que lo visitara su médica. Menos mal que me ayudo Rosi a ponérsela, sino todavía estamos allí intentando convencerlo para que se ponga la mascarilla. Por suerte, no es un niño que haya tenido que hacer muchas visitas al médico en su corta vida de tres años que tiene, pero eso de ir al ambulatorio no le gusta nada, de nada, tanto que en la esquina de los “Mírenos” ya te dice “al médico no, que no estoy malito”, aunque ese día solo pasemos por allí para ir a Villena.
Esta mañana me he desayunado con las declaraciones de una ex dirigente política que decía que “Estado del Bienestar estaba por encima de las posibilidades reales de nuestra economía y nuestra riqueza nacional”. Al leerla he recordado lo que según me habían explicado en mis años universitarios englobaban aquellas dos palabras, que no era otra cosa que el papel que debe jugar el Estado para satisfacer las necesidades básicas de todos sus ciudadanos, promover la igualdad de oportunidades y la distribución equitativa de la riqueza.
El Estado del Bienestar parte de la base de que todos los ciudadanos tengamos unos mínimos para poder subsistir, por ejemplo, y al hilo de la situación que estamos viviendo en estos momentos, todos podamos acudir al médico si estamos enfermos, independientemente de cuál sean las cifras que aparezcan en nuestra cuenta corriente o el destino de procedencia de nuestro carné de identidad.
Yo a diferencia de ella, soy de las que pienso que por encima de la economía o de la riqueza nacional de un país están las personas y su bienestar. Quizás por eso nunca estuve de acuerdo con los recortes en Sanidad, en Educación, en Ciencia, porque como ya dije el otro día “les metimos las tijeras y ahora queremos que cosan sin hilo ni aguja” y, ahora más que nunca, con una crisis sanitaria como la que estamos viviendo que nos ha dejado en el día de hoy “16.353 personas que han perdido la vida infectadas por el virus, 510 de ellas en las últimas 24 horas. 161.852 contagiados y 59.109 curados, casi 3.500 más que el viernes” (“El País”. 12:15 horas), creo en el papel fundamental que tiene el Estado del Bienestar para contribuir a salvar al país, pero sobre todo a salvar las vidas de que quienes habitan su territorio.
Esta noche de nuevo volveremos a sacar el tambor al balcón. Lo veníamos haciendo desde que comenzó la Semana Santa para las palmas de las 20:00 horas, pero hoy lo volveremos a sacar, también, a eso de las 23:00 horas, para anunciar junto a las campanas de la Iglesia que “Jesús resucitó”.
Cuando me llego el cartel al móvil me acordé de aquella frase que siempre oía a los mayores, tal día como hoy, en “La Higuerica”, a eso de las doce de la noche, “ya podemos hacer fiesta que ya ha resucitado”, y aunque el país en estos momentos no está para muchas fiestas, pensaremos que el esfuerzo que estamos haciendo servirá para que más pronto que tarde, al igual que Jesús resucito, España como país también lo haga.
Esta mañana me he desayunado con las declaraciones de una ex dirigente política que decía que “Estado del Bienestar estaba por encima de las posibilidades reales de nuestra economía y nuestra riqueza nacional”
ResponderEliminarY después de leer esto, pienso yo si tendrá algo que ver, que el partido del gobierno haya estado robando en los últimos 20 años, unos 700 millones por aquí, otros tantos por allá, chiringuitos varios para dar de comer a sus militantes, en forma de asociaciones de defensa de mujeres maltratadas, que ni las defienden ni las ayudan, -porque mueren la misma cantidad año tras año-, y solo salen a gritar en manifas que pagamos todos, en cambios en la constitución a escondidas del pueblo y sin preguntarle, en recortes de sanidad, de educación, en las agencias de trabajo temporal, en la reforma laboral que empezó antes de que llegara rajoy, y que luego también éste aumentó....
Y nadie le ha sabido responder a esa señora?
Para esto sirve la mal llamada "Ley de Protección de Datos". En un país normal, se les daba el teléfono a la Policía Local, se presentaban estos allí y multa al canto..... Esa gente me está poniendo hasta a mí en peligro de contagio y a todo el que lee esto.
ResponderEliminarLo primero que deberían de derogar o sino matizar después de todo esto es esa ley pq, en situaciones así, sólo escarmentamos a base de multas.
En 2010, teníamos una deuda del 35% del PIB. Llegó el PSOE de zapatero, y ellos sabrán como es que a día de hoy tenemos una deuda impagable ya del 120% aproximadamente, cuando todos los países han salido de la crisis, y nosotros aún no nos hemos recuperado a pesar de los recortes hechos por los sucesivos gobiernos.
ResponderEliminarVa a tener razón esta señora, Nos han robado por encima de nuestras posibilidades.
Marca PPSOE, marca España. Tenemos lo que hemos votado, ahora a disfrutarlo.