No he encontrado información sobre el número de sanciones que se han impuesto en nuestra localidad, me ha dicho el Alcalde de Caudete, Moisés López, que se encuentra recabando todos los datos para salir a comunicarlos, y a la espera de los mismos debo decir que yo soy consciente de que al menos una se ha puesto, porque fui testigo directo, en la tarde de ayer, desde mi ventana, de cómo los agentes de la Guardia Civil sancionaban a un coche que circulaba por mi zona.
Hoy nos hemos llevado un chasco, pero soy consecuente de que eso nos pasa por soñar despiertos. Aunque sabíamos que había que esperar a que el Gobierno detallara como podrían salir los más pequeños, aquel anuncio dio pie a imaginar que, a lo mejor, nos darían una horita para pasear por un espacio de aire libre, es decir, que en nuestro caso, nos daría tiempo a irnos a pasear un poquito por el Camino de la Virgen para que Julen estirará las piernas, y que si nos dejaban salir todos los días, alternaríamos los días para mitigar riesgos de contagio.
Hace apenas unas horas, la ministra portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, ha avanzado, previo a la publicación de las directrices a seguir, que “los niños podrán salir con los padres para actividades ya contempladas para el decreto. El menor tiene que ir con el adulto o la persona con la que habitualmente convive. Se trata de no romper la cadena de transmisión. Será todo lo que se avance en este período”, aunque ha dejado una puerta abierta a nuestro sueño de pasear con los niños “iremos observando la progresión”. (“El País”).
En mi manía de buscar algo más en las palabras, he querido entender, no sé si erraré en ello o no, pero que la clave es que los niños sigan confinados en sus hogares, y que solo salga si es muy necesario porque el niño o la niña lleva demasiado mal el confinamiento. Entiendo que lo que nos quieren plantear, que aun así hay que esperar a la guía que publiquen por parte el Ministerio de Sanidad, es una manera de escapatoria para aliviar ese confinamiento, pero recordándonos que no es tiempo, por el momento, de que las calles se llenen de niños, y que por lo tanto con dicha medida, muchos seguirán en sus hogares 24 horas no dando alas al bicho.
Quizás dicha medida de no dejar salir a pasear, sino darnos la oportunidad de salir para lo estrictamente necesario pero acompañados de los más pequeño, sea porque como dice el jefe de sección de Neumología Pediátrica del Hospital Vall d´Hebron, al periódico “El País”, “lo lógico es que asumamos que los niños pueden ser grandes transmisores porque una de las cosas que más ha contribuido a que se extienda el virus es la capacidad de diseminarse desde personas que no tienen ningún síntoma. Y este podía ser el caso de los niños. Es muy importante tomar esa precaución del confinamiento”.
Así que nada seguiremos mamis, papis, niños y niñas confinados en nuestros hogares convertidos en vacunas contra el virus. Porque como leía, esta mañana, en un hashtag de no recuerdo que cadena de televisión era, lo estamos haciendo bien y, según ha apuntado, Fernando Simón, en su comparecencia diaria, “hay varias autonomías con una incidencia muy baja y muy cercana a una situación relativamente controlable, aunque quedan otras que mantienen una incidencia relativamente importante”.
Las cifras del día de hoy también nos dejan entrever que el encierro de la sociedad en su conjunto está surtiendo efecto. “430 fallecidos en las últimas 24 horas de un total de 21.182 personas fallecidas desde que comenzó la pandemia. 82.514 curados, 1928 más que el lunes, y 204.178 casos diagnosticados. (“El País”. 10.08 horas).
La OMS ha marcado seis requisitos para poder relajar las medidas del confinamiento y distanciamiento social: que la transmisión esté controlada, que los riesgos de brote se hayan minimizado en ubicaciones especiales, que el sistema de salud tenga la capacidad de detectar, testear, aislar y trata cada caso y rastrear contacto, que haya medidas preventivas en lugares de trabajos, escuelas…, que el riesgo de casos importados se puedan manejar y que las comunidades estén formadas, comprometidas y capacitadas con las nuevas medidas.
En estos momentos, nos encontramos con que muchos territorios quieren dar un paso adelante y convertirse en, lo podríamos denominar, “conejillos de indias del desconfinamiento”: “Canarias presentará esta semana su propio plan de desconfinamiento insular” (“ABC”), “Lambán abandera el plan para que la España rural sea la primera en salir del confinamiento” (“El Español”)… Yo, sinceramente, y como no me quiero llevar otro chasco, prefiero no divagar sobre el desconfinamiento, ni dar margen a mi mente para que empiece a imaginar quién saldrá primero, cuándo y en qué circunstancias… y esperaré a que sean los expertos, junto con el Gobierno, quien nos lo detallen una vez lo tengan trazado.
Ayer vimos como la pandemia había conseguido aunar los esfuerzos de la clase política, hoy nos enteramos que “el fútbol español sella una presunta tregua”. (“El País”). Hasta hace algo más de un mes, la sociedad creía que no iba a poder vivir sin fútbol, pero aquí estamos treinta y ocho días sin ver un partido de fútbol, que no sea alguna repetición de esas que echan en las televisiones deportivas, para dejar encendida la “llama futbolera”, tan presente en la cultura española.
El principal acuerdo al que llegaron ha sido la futura modificación del Real Decreto-ley/2015 que regula la venta centralizada de los derechos de retransmisión del fútbol. Esta será la herramienta utilizada para rescatar económicamente al fútbol profesional de nuestro país.
En el fútbol, también, se ha visto resentido por la llegada de COVID-19 y quizás sea un buen momento para analizar en profundidad otros aspectos, del llamado “deporte rey”, como los escandalosos sueldos de los futbolistas, que aunque es cierto que algunos clubs se los han reducido a sus jugadores en estos tiempos de pandemia, “Messi confirma que los jugadores se bajan un 70% el sueldo” (“El Español”), “Real Madrid reduce sueldos de sus jugadores por COVID-19” (“La Razón”) o “La plantilla del RCD Mallorca se rebajará el sueldo un 15%” … aun reducidos, en algunos casos, siguen pudiéndose calificar de escandalosos.
El huracán COVID-19 sigue activo en nuestro país, aunque bien es cierto, que en algunos hospitales comienzan a “respirar” un poco mejor, como he podido comprobar, esta tarde, en un vídeo de la unidad específica de Coronavirus del Hospital de Albacete, donde el personal sanitario celebraba que podían cerrar dicha planta porque no quedaban en ella pacientes de COVID-19, o como me ha contado una mujer que tiene a su hija trabajando en la UCI que le decía que “estaba más vacía”, así que con estas dos buenas noticias me despido hoy, celebrando la vida que todavía latea en nuestro país a pesar de la llegada del bicho, y que más pronto que tarde, ya no necesitará de respiradores, ni botellas de oxígenos para seguir respirando.
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