sábado, 9 de mayo de 2020

"Razonamientos del conflicto en Cataluña", por Óscar de Caso. "Como sociedad plural, Cataluña no debería ensayar la vía secesionista"

          La mayor parte del debate público acerca del conflicto catalán se consume en cuestiones secundarias y se dirige sobre todo contra las defensas más ignorantes del nacionalismo. Sin el ánimo de ser exhaustivo, a continuación, hay un resumen de los principales argumentos que se manejan.

          En primer lugar, se insiste en que no existe el derecho de autodeterminación en el caso de Cataluña. Puesto que el derecho de autodeterminación solo se contempla en el derecho internacional para casos de invasión, guerra, dominación colonial u opresión grave y ninguna de estas condiciones se da en Cataluña.

 La cuestión entonces es otra: ¿qué respuesta política debe ofrecerse desde el Estado si llega haber una mayoría clara a favor de la independencia de una parte de su territorio?

          En segundo lugar, se dedica amplio espacio a denunciar las falsedades e inventos del nacionalismo, tanto con respecto a la historia como a las relaciones económicas entre Cataluña y el resto de España.
           Da la impresión de que gran parte de las críticas que han lanzado historiadores y economistas sobre los argumentos nacionalistas catalanes son correctas; aunque se debe insistir que la reclamación de independencia se puede realizar al margen de lo que haya sucedido en el pasado y por motivos distintos a los económicos.

          En tercer lugar, se alega que en Cataluña no se dan las condiciones democráticas necesarias para resolver la cuestión de la independencia mediante procedimientos democráticos.

           Según esta tesis, en Cataluña se ha ido estableciendo una “espiral de silencio” en virtud de la cual todos aquellos que no son participes del anhelo independiente callan en la sociedad para no ser estigmatizados o repudiados.
         
 Resulta difícil imaginar que no haya un cierto nivel de presión social y que en algunos lugares esa presión pueda excepcionalmente llegar a ser opresiva. Por los demás, es indudable que los catalanes pueden recurrir a periódicos, emisoras de radio y televisión, revistas y libros que atacan de forma acerba y recurrente el independentismo. 
Falta de información no hay precisamente. Y, en cualquier caso, si se considera que el debate público está viciado, nada mejor que eliminar mediaciones y recurrir a una consulta o referéndum para averiguar que es realmente lo que la gente piensa.

          En cuarto lugar, se añade que el proyecto independentista es un invento de las élites, las cuales habían manipulado a la ciudadanía.
           Se podría aceptar que el proyecto independentista tiene más pujanza entre las élites que entre la ciudadanía, pero, si así fuera, y al igual que en el caso anterior, nada mejor que corregir el independentismo de las élites que dar la palabra al pueblo, de forma que un referéndum aclare su nivel de apoyo a dicho proyecto y pueda determinarse si el pueblo, es más, menos o tan independiente como sus representantes. 

Además, no hay nada intrínsecamente malo o antidemocrático en que las élites tengan preferencias algo distintas a la de los ciudadanos, siempre y cuando los ciudadanos posean la última palabra. Si la ciudadanía no quiere seguir el proyecto que un líder político defiende, siempre puede retirarle su confianza en las siguientes elecciones.

          En quinto lugar, se dice que la secesión marcha contra el curso de la historia, pues el Estado-nación como forma política ha quedado superado por las fuerzas de la globalización.
           La soberanía nacional es hoy más que nunca una quimera. continúa la tesis, en el seno de la Unión Europea. Por un lado, todavía no se ha inventado una forma política al Estado-nación; la tendencia histórica sigue siendo que aumente el número de Estados con el paso del tiempo. 

   No tiene ningún sentido pedir independencia porque ya no hay soberanía que ejercer, tampoco tendría sentido empeñarse en mantener la unidad de España cuando no hay soberanía a la que recurrir.

          En sexto lugar, se recuerda machaconamente que Cataluña es una sociedad plural y por lo tanto no debería ensayar la vía secesionista.
           La misma pluralidad que puede haber en un Estado catalán que en la comunidad autónoma catalana. 

  Sin embargo, debe recordarse que un eventual referéndum versaría sobre la forma de Estado, no sobre los sentimientos identitarios de la gente; una cosa son dichos sentimientos y otra la forma política a través de la cual se tomen decisiones colectivas.
          Y, en séptimo lugar, se apela al corazón de todos aquellos que, sintiéndose de izquierdas, apoyan la secesión: los demás pueden apoyar el nacionalismo secesionista, pero las personas de izquierdas no deberían hacerlo, pues tienen un compromiso firme con el internacionalismo.

           El nacionalismo es una ideología tan versátil y elástica que en algunos momentos se ha podido conjugar con la izquierda a través de movimientos políticos de liberación nacional. Lo mismo puede decirse desde la perspectiva de la izquierda. La izquierda marxista ha tenido tantos desarrollos y ramificaciones que algunos de ellos han tenido una afinidad electiva con el nacionalismo.

POSDATA. – El escrito de hoy es una síntesis hecha por un servidor del criterio del profesor de Ciencia Política de la Universidad Carlos III de Madrid, señor Ignacio Sánchez-Cuenca.

          La canción de hoy compuesta por Serrat es muy ingeniosa, trata sobre la mujer-objeto que viene a ser otra consecuencia del materialismo y del culto a la imagen de la sociedad satisfecha de los años 90. El tema es del año1998 dentro del disco “Sombras de la China” con el título “Me gusta todo de ti, (pero tú no)”
Me gusta todo de ti:
tus ojos de fiera en celo,
el filo de tu nariz,
el resplandor de tu pelo.
Me gusta todo de ti.
Me gusta todo de ti:
la luna de tu sonrisa
de gato de Chesire
colgada de la cornisa.
El colágeno y la miel
de tus labios perfilados,
tus pómulos afilados,
los modales de tu piel.
Me gusta todo de ti,
pero tú no.
Tú no.
Me gusta todo de ti:
tu ombligo menudo y chato
tu talle de maniquí,
el lunar de tu omoplato.
Me gusta todo de ti.
Me gusta todo de ti:
tus pezones como lilas
tu alcancía carmesí
tus ingles y tus axilas.




Todo esconde un "no sé qué"
de los pies a la cabeza.
Me gustas, pero por piezas;
te quiero, pero a pedazos.
Me gusta todo de ti,
pero tú no.
Tú no.
Me gusta todo de ti.
Por eso, muchacha guapa,
me diste la lengua y
me la planté en la solapa.
Me gusta todo de ti.
Rescaté tu corazón
del cubo de la basura
para hacerme un medallón
de bisutería pura.
Me gusta todo de ti.
Eres tan linda por fuera
que a retales yo quisiera
llevarte puesta de adorno.
Me gusta todo de ti,
pero tú no.
Tú no.



2 comentarios:

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  2. Al vicepresidente del supergobierno progresistas, para el la corrupción de esta gente la admite, pero si se trata de la del PP., la odia, ¿sera porque odia todo lo que huela a la derecha?, pero bueno las urnas dictaminaran en su momento.

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