Bonito día para los amantes del balón. Esta tarde-noche volverán a ver rodar la pelota por un campo de fútbol después de más de ochenta y ocho días de confinamiento, en el que el fútbol español ha estado suspendido por la crisis sanitaria, que controlada, todavía no ha finalizado. Hoy los jugadores vuelven al césped, pero las gradas seguirán vacías de aficionados, por el momento, y hasta que el Consejo Superior de Deportes diga lo contrario. Vuelve la liga a nuestro país y dará comienzo con el pitido de inicio de la segunda parte del Rayo Vallecano-Albacete, suspendido por los cánticos racistas de la grada hacia el jugador visitante Zozulya.
No tengo claro, y más viendo ciertos comentarios en las redes sociales, que la situación que hemos vivido y que ha puesto nuestras capacidades como seres humanos al límite nos haya hecho cambiar y que el inicio de un nuevo tiempo sea el inicio, también, de un nuevo tiempo sin racismo, entendiendo que todos y todas tenemos derecho a pisar el mismo suelo, independientemente de nuestro color de piel, nuestro Dios o con quién durmamos cada noche.
No tenerlo claro, no significa que haya perdido la esperanza de que llegue ese día en el que aprendamos como decía Martín Luther King, “hemos aprendido a volar como los pájaros, a nadar como los peces; pero no hemos aprendido el sencillo arte de vivir como hermanos”. Yo me niego a renunciar a ese arte y por ello, intento cada día, educar al pequeño Julen con los mismos valores que me educaron a mí mis padres: tolerancia, igualdad y el respecto al semejante y al diferente.
Soy plenamente consciente que la sociedad tiene mucho que ver en la educación de las personas, y a veces, por más que una persona lo intenté, si el resto continúa alimentando con su ejemplo muestras de racismo, es muy difícil conseguir erradicarlo. Me paso el otro día, con el pequeño Julen, al que de repente le oí decirle a su prima “no puedes jugar conmigo que eres una chica. Los chicos juegan con los chicos y las chicas con las chicas”.
Desconozco de donde ha podido sacar dicho argumento, pero me sentí en la obligación, como madre, como mujer y como persona comprometida con la sociedad de explicarle que eso no era así, que los chicos y las chicas son personas, y las personas juegan con las personas y por lo tanto Mercedes y Julen podían jugar juntos independientemente de si uno es chico y el otro es chica.
Desde ese día, he decidido modificar mi lenguaje y en vez de decirle chico o chica cuando hablo con él sobre alguien le digo el nombre de pila o la palabra “persona”, porque creo en el gran papel que el lenguaje puede jugar a la hora de construir una sociedad libre de racismo, de machismo… una sociedad igualitaria y tolerante como en la que deseo que Julen, Mercedes y el resto de personas puedan vivir en paz.
El lenguaje, las acciones individuales y las políticas por desarrollar en los países son claves a la hora de conseguir un mundo mejor, y hoy, con la previsible aprobación por parte del Congreso de los Diputados del Ingreso Mínimo Vital, creo que se ha dado un paso más hacía un país más igualitario, aunque algunos pretendan desprestigiar ese tipo de acciones tan necesarias denominándolas despectivamente “paguitas”.
Hoy es el último día para que las Comunidades Autónomas pidan el cambio de fase de sus territorios. En nuestro caso, Castilla La Mancha ha pedido el cambio a la fase 3 de las tres provincias que seguimos en fase 2, Ciudad Real, Toledo y Albacete. Y hoy me veo en la obligación en mi octogésimo octavo “Diario de un Estado de Alarma” de agradecer la coherencia de los líderes autonómicos madrileños, que finalmente han entendido la situación que vivimos y han decidido no pedir un cambio de la fase 2 a la 3 sin esperar esas dos semanas que marcan como recomendables los expertos para cambiar de fase.
“No se ha valorado la posibilidad de pasar a la fase 3 por varias razones. Ya hicimos varias peticiones de flexibilizar la fase 2 que no han sido atendidas, y a partir del 21 de junio, el estado de alarma decaerá, y con él sistema de fases. Tenemos que estar preparados para asumir de nuevo todas las competencias autonómicas, evitar rebrotes y reactivar la economía”, explicaba, en la rueda de prensa, el Vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio Aguado (“El País”).
Hace un rato me ha llegado al móvil una alerta de una noticia de la Organización Mundial de la Salud. Según la Directora del Departamento de Salud Pública de la OMS, María Neira, “la vacuna contra la covid-19, la enfermedad que provoca el nuevo coronavirus, no va a estar disponible este año, pero en pocas semanas habrá buenas noticias sobre los tratamientos” (“Europa Press”).
No es realidad la noticia que estamos esperando como agua de mayo, la llegada de una vacuna que acabe con el maldito virus, pero es una información que alivia al sector sanitario, así como a los posibles futuros contagiados del bicho, ya que un tratamiento efectivo para tratar este virus desconocido ayudará, y mucho, a que la situación que hemos vivido no se vuelva a repetir con la crudeza con la que se ha cebado a nivel mundial en la primavera de 2020.
Otra buena noticia, sobre todo para esos padres y madres que esperan angustiosos saber que será de esas personas menores que viven en su casa en la llamada “vuelta al cole” del mes de septiembre, es los primeros bocetos que hoy han salido a los medios de comunicación en relación al curso escolar 2020/2021, y que se extraen del Decreto publicado por el Gobierno de España en el Boletín Oficial del Estado en relación a las medidas a tomar en la llamada “nueva normalidad”.
Habrá que esperar hasta mañana, día en el que se celebra la Conferencia Sectorial de Educación con las Comunidades Autónomas, para conocer la estrategia a seguir en el próximo curso, pero según ha apuntado la propia ministra de Educación, Isabel Celaá, en un medio de comunicación “el próximo curso será presencial” (“SER”).
Dejo para el diario de mañana, las pinceladas del próximo curso escolar, tras la reunión con los líderes autonómicos, con el deseo de que el borrador de hoy sea mañana un papel en firme que calme la preocupación y la angustia del sector estudiantil (profesorado, alumnado, padres y madres).
Reconozco que tenía ganas de verlo publicado tras su aprobación en el día de ayer por el Consejo de Ministros y Ministras para conocer un poco más que será de España y sus habitantes a partir del 21 de junio. Y al enterarme que había sido publicado en el BOE me he puesto a indagar en él para dejar, en mi diario de hoy algunas pinceladas sobre esa “nueva normalidad” cuya esencia viene recogida en las 30 páginas, 7 capítulos, 31 artículos, 6 disposiciones adicionales, 1 derogatoria, 8 finales y un anexo, que componen el documento del “Real Decreto-ley 21/2020, de 9 de junio, de medidas urgentes de prevención, contención y coordinación para hacer frente a la crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19”.
Comenzaremos con el uso obligatorio de la mascarilla (art. 6) a partir de los 6 años de edad en la vía pública, en espacios al aire libre y en cualquier espacio cerrado de uso público o que se encuentre abierto al público, siempre que no resulte posible garantizar el mantenimiento de una distancia de seguridad interpersonal de, al menos, 1,5 metros.
Ojo aquí los “renacidos expertos” que apuntan que como ellos van solos por la calle pueden ir sin ella, sin pararse al pensar que cuando giran por la acera pueden encontrarse de frente con otra persona y en ese momento no cumplen la distancia de seguridad.
Ante la duda mejor salir de casa con la mascarilla y continuar con ella todo el tiempo que pisemos la calle, que nunca sabes con quien te puedes cruzar por la acera. Además que según marca el Decreto “el incumplimiento de la obligación del uso de mascarillas será considerado infracción leve y sancionado con multa de hasta 100 euros” (art. 31). También, será obligatoria en los transportes públicos y privados, así como en los turismos si los pasajeros no conviven en el mismo domicilio, pero no para hacer deporte individual al aire libre.
En este apartado hay un aspecto que me parece muy importante resaltar y es que, tal y como marca el decreto, “la venta unitaria de mascarillas quirúrgicas que no estén empaquetadas individualmente solo se podrán realizar en las oficinas de farmacia garantizando unas condiciones de higiene adecuadas que salvaguarden la calidad del producto”.
El otro día me apuntaba una persona del gremio farmacéutico que había que llevar mucho cuidado con el tema de adquirir mascarillas en otros lugares no especializado en materia sanitario, porque nos podrían estar vendiendo “gato por libre”. Yo soy de las que pienso que en materia sanitaria y en el tema de salvar vidas es preferible rascarse el bolsillo y estar plenamente seguros de que las mascarillas están homologadas y cumplen todos los requisitos sanitarios marcados, antes que comprar una mascarilla en un sitio por el simple hecho de ser más barata y que a lo mejor no cumpla el fin para el que está destinada.
En los centros de trabajo se deberán adoptar medidas de limpieza, desinfección e higiene adecuadas, organizar los turnos y las condiciones de trabajo para garantizar la distancia de seguridad, evitando la coincidencia masiva de personas en los centros de trabajo (art. 7). Medidas que se presuponen que ya deberían de estar implantadas cuando llegue esa “nueva normalidad” en todas aquellas empresas que volvieron a estar a pleno funcionamiento tras el confinamiento del sector económico.
El Decreto declara la COVID-19 como una enfermedad de declaración obligatoria urgente, es decir, es obligatorio informar sobre la misma a la autoridad de salud pública competente. Él mismo apunta también que la atención primaria de salud “a todo caso sospecho de COVID-19 se le realizará una prueba diagnóstica por PCR, tan pronto como sea posible desde el conocimiento de los síntomas”. (arts. 22,23 y 24).
En esta idea de informar sobre los casos, y en materia de transporte, se obliga a los operadores de transporte con asiento preasignado a conservar, a disposición de las autoridades de salud pública, la información de contacto de los pasajeros (arts. 17 y 18). Y así como ya ocurrido en la fase de desescalada si se tiene constancia de un contagiado que ha viajado, por ejemplo, en un avión, se pueda poner en cuarentena a todos los pasajeros del mismo a modo de medida de prevención.
Poco a poco vamos vislumbrando esa nueva normalidad, aunque a veces parece que ya estemos asentada en ella, con las terrazas llenas, la gente tomando el sol en la playa, y la vida aflorando en la calle ajena a la situación de crisis sanitaria que sigue presente todavía como pandemia mundial, una situación, que aunque algunos quieran confundir, fue declarada como tal por la OMS el día 11 de marzo, tres días antes de la comparecencia del Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, informando sobre la declaración del Estado de Alarma.
Hoy me despido con las palabras de un gran genio del humor, nuestro querido Charlie Chaplin, que aunque mudo en la pantalla, al salir de ella nos dejaba grandes mensajes como el siguiente: “lo realmente importante es luchar para vivir la vida, para sufrirla y para gozarla, perder con dignidad y atreverse de nuevo. La vida es maravillosa si no se le tiene miedo”, así que disfrutemos de la vida sin miedo, pero eso sí, con mucho respecto al virus.
Caudete, 10/06/2020 17:35 horas del octogésimo octavo día de
“Estado de Alarma”
No hay comentarios:
Publicar un comentario