Ángel Albertos "el Mosca" después de montar la tienda El Capricho, en Mallorca se hizo millonario haciéndoles fotografías a los turistas.

    

    Estaba seguro que de la comida en el chalet del  Presidente de las Amigos de la Historia Caudetana, con comensales de la talla de Miguel Gil y Miguel Requena, saldría alguna historia interesante. Y así fue. Después de hacernos con una excelente paella que Antonio había encargado en el Bar de la Piscina le metimos mano a una ensaimada de cabello de ángel que había traído Miguel de Mallorca. ¡Buenísima!. Entre Requena Marco y yo nos ventilamos más de la mitad.

     Tras los postres, Miguel Gil tomaba la delantera y sacaba a colación la historia de unos personajes y sus trayectorias profesionales que había escuchado alguna vez, pero no con el lujo de detalles que lo hace el hijo del que fue Sacristán de Santa Catalina. Muchos de ustedes los conocerán. Otros sentirán atracción tras conocer lo activo y emprendedor que fue el protagonista de esta historia: Ángel Albertos, de mote "el Mosca".

 Ángel estaba casado con la hija de Manuel Arellano. En la esquina de la calle Santa Ana con Santa Bárbara montó una tienda que bautizó con el nombre de "El Capricho".  Todavía la recuerdo. Tenía la entrada por la calle Santa Barbara a través de dos peldaños.

  Más tarde montaría otra tienda en la calle El Horno: "El Capricho II" que regentarían su hermana y su cuñado Andrés Díaz Martínez, hijo de Paco Díaz, sastre de profesión y hermano de Paco Díaz el marino que dio la vuelta al Mundo en el "Juan Sebastián Elcano" en 1971.. 

Años después, en 1974, "El Capricho II" lo traspasarían a Diego Requena López y a su mujer Maruja Solera Requena.  

  En 1984,  Diego lo traspasará, por última vez, a Kati Mollá. Estuvo abierto hasta 1988. Mientras que el primer Capricho solo era tienda de comestibles, en el segundo, ademas de comestibles vendían  "Paquetería" ( ropa  interior, camisones, ropa de de niños....) y "Mercería".

 El hermano de Ángel, Rafael Albertos, montó un horno en la calle El Moto. Un horno en esta calle, nos dice la cantidad de gente que vivía hace 60 años en la zona de Las Cuevas. Repartía pan en bicicleta por todas las casas de campo y labores. 

 Como otros caudetanos, Ángel -del que Miguel Gil dice que era un tipo polifacético y emprendedor- decide buscar mejores condiciones de vida  en Mallorca donde empieza a trabajar en la fotografía con unos familiares de la suegra de Manuel Conejero, más conocido por "El Trusco". 

   Más tarde se independiza  de ellos y se especializa en realizar fotografías a una especie viajera que por aquellos tiempos invade España: los turistas. Llegó a tener hasta siete personas trabajando para él haciendo fotografías, más de 2.000 diarias. Vivía en Valldemosa. Esto ocurría  a principio de la década de los sesenta cuando la fotografía empezaba a popularizarse.

En los "Jardines de Alfabia" fotografiaban a los visitantes cuando llegaban y corriendo se iban a revelarlas para vendérselas a los turistas antes de que se subieran al autobús. 

        En  "Comte Mal", donde se celebraban Fiestas Medievales, hacía lo mismo: fotografiaba a los invitados antes de la cena para entregárselas al finalizar del espectáculo. Empezó vendiéndolas a 25 pesetas y más tarde a 100 pesetas. 

  Se hizo millonario con esta actividad. Montaría la "Casa del Jamón" en el Paseo Marítimo de Palma de Mallorca. De origen humilde, era un tío campechano, emprendedor, polifacético, muy trabajador y con el "don" de hacerse con todo el mundo.

      Su hermano  Rafael también siguió los pasos de Ángel abriendo un horno en el centro de Palma de Mallorca.  El horno lo bautizó "La Valenciana", en honor a su mujer Pilar que era de Valencia. 

 Otro caudetano que busco mejor vida en las Baleares fue Andrés Diaz Martinez, cuñado de Angel, que estuvo trabajando en una empresa farmacéutica. Hoy esta jubilado y vive en Palma.

En esta esquina estuvo la tienda de comestibles  "El Capricho I"