(Cartel anunciador del día del migrante y del refugiado pegado en el tablón de anuncios de las cancelas de los templos).
Los vemos por la calle. Los que llevan la cuenta de los extranjeros que pululan por nuestros pueblos y ciudades, los que se han establecido con nosotros o andan en el proceso de conseguirlo, han alcanzado en nuestro país, la cifra de ocho millones y no son pocos los que pugnan por conseguir entrar. Son los migrantes o refugiados o desplazados.
Esta masa se seres humanos siempre han contado con la aceptación y el auxilio de la Iglesia Católica en todos los países del mundo y, desde hace 106 años viene llamando la atención de los fieles y de aquellas personas de buena voluntad para sensibilizarles ante un problema humano tan acuciante, promoviendo una vez al año, en el último domingo de septiembre, LA JORNADA MUNDIAL DEL MIGRANTE Y DEL REFUGIADO.
Sí, una vez cada año, la Iglesia Católica, centra su atención en un hecho que es tan viejo, como viejo es el hombre sobre la faz de la tierra. Un poco más acá del origen del homo se vio en la necesidad de salir de su lugar de origen que se sitúa en Ondubay, por el centro de África (el estudio genético de la mujer llega a afirmar que, sí, que de por esos barrios emigraron, a través de los siglos, los seres humanos y se extendieron por toda la superficie terráquea).
Y, ese corretear del ser humano, sigue en activo y, si cabe, experimentando, en estos tiempos, un auge que llama poderosamente la atención. Entonces, en sus orígenes, se vieron impelidos a ponerse en marcha porque habrían acabado con los nutrientes y, consiguientemente, tenían que ponerse en marcha para no fenecer.
Hoy, puede que, en no pocas ocasiones, se vean obligados a hacer lo mismo por la misma razón aunque, además de por falta de alimentos, se dan otras circunstancias, igualmente perniciosas, como puedan ser la persecución por ciertas intransigencias u obligados por guerras y desencuentros que hacen imposible el normal desenvolvimiento de la vida allí donde son originarios.
En los orígenes no tuvieron mayor dificultad en ir colonizando el terreno porque en su ir no encontraron oposición alguna de ser racional alguno y los irracionales, presumo que les aportarían proteínas para seguir emigrando y conquistando.
Pero hoy, los pobres, se encuentran con muchos muros que delimitan terrenos ya conquistados a los que se llaman fronteras, dentro de las cuales, los semejantes que los habitan tienen unas problemáticas que vienen a constituír otra especie de fronteras muy duras que impiden el asentamiento de los emigrantes.
Pero, aún así, la Santa Madre Iglesia Católica, se erige en defensora de estos seres humanos que pretenden encontrar un espacio donde establecerse y medrar como seres humanos y, al levantar su voz en su defensa, se auto erige en voz de los sin voz, dándole voz a ellos.
Hoy así lo hace en la 106 Jornada mundial del migrante y del refugiado, con el lema "COMO JESUCRISTO, OBLIGADOS A HUÍR".
El papa Francisco, en su mensaje, con motivo de la Jornada nos habla de la "emigración de Jesús desde su ámbito divino hasta nuestra realidad humana para, al humillarse, enriquecernos a nosotros". También nos pide que los recibamos y los asistamos, que el amor y la misericordia se impongan en medio de una situación tan anómala como es la que se ha instalado, este año, sobre la sociedad humana con la aparición del Covid 19.
Recibe mi saludo, mis
¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
27.9.2020. Domingo. (C. 1032)
P. Alfonso Herrera Serrano, Carmelita.
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