"Quiero compartir la pérdida de mi tío Antonio "el Boli". Hoy, día de la Candelaria, ya descansa en paz. Se ha ido feliz, rodeado de todos sus seres queridos, mimado y cuidado por sus hijos, nietos, hermanos, sobrinos y sobre todo de personas muy importantes en su vida que él amaba profundamente. A TODOS, MIL VECES GRACIAS. Siento tristeza, pero al mismo tiempo alegría por la experiencia que he compartido con mi familia en estas últimas semanas".
Me entristeció saber que ya no me cruzaré más con "el Boli". Era una persona entrañable que llevaba con mucha dignidad su enfermedad. Siendo un crío, Antonio no tendría más de 16 años, trabajaba de albañil con mi padre.
En los veranos, para aliviar la carga familiar, mi padre me mandaba a la obra. ¡Cuantas veces llevé a Antonio de ayudante!. Me amasaba el yeso con mucha maestria. La verdad...¡nos compenetrábamos muy bien los dos!. Daba gusto trabajar con él por su animosidad y sentido del humor. Después.... ¡le perdí la pista!.
Se fue a trabajar como yesaire, la profesion de moda entonces para todos los jóvenes. El sueldo se cobraba a destajo y era una actividad extremadamente dura y muy sacrificada agravada por los constantes desplazamientos. Lamentablemente, el yesarie no ha tenido el reconocimiento social que se merece.
Porque, junto a otros destajistas, fueron los que a partir de mediados de la década de los 60 colaboraron de forma activa a levantar Caudete y a sus fiestas de "Moros y Cristianos" enluciendo paredes y techos en miles de viviendas....sobre todo en la costa. "El Boli" era uno de ellos.
DESCANSA EN PAZ..... ¡QUERIDO AMIGO!
Le voy a dedicar a Antonio, para que allá donde esté la lea despacio, una poesía del poeta catalán Jose Agustín Goytisolo (1928-1990) de su libro "Taller de Arquitectura", que tiene por título "Meditación sobre el yesaire".
(Homilía al modo preconciliar pronunciada
con motivo de iniciarse las obras para
la construcción de un edificio)
Considerad
hermanos
las pacientes
virtudes
del yesaire, su libre
esclavitud, el
suave
trajinar de sus
manos
en el encañizado,
firme los pies
sobre el tablón
aquel,a
las canciones
alegres
del almuerzo, el
calor,
la honesta mala
leche
que le desborda el alma
cuando el regle
indica
la tenaz
resistencia
de la arista y en
fin
su vida repetida
lunes a lunes bajo
la implacable
mirada
del capataz, las
horas
y los metros
cuadrados
confundiendo la
sangre
y el destajo. Pensad,
con ánimo contrito,
cómo inicia el
trabajo
saliendo de las
últimas
paredes de la
noche
y de qué modo cuida
la botella del
vino,
cómo cambia de
ropa,
con qué atención
repasa
los viejos
utensilios
del oficio, los
regles
los cordeles, el
balde
qué bien mueve en
el agua
el blanco polvo
fino
y después cómo
sube
hasta alcanzar los
límites
del techo revocado
mientras su ojos
miden
la comba del
cañizo,
el enlucido tierno,
las cornisas, los
ángulos.
Así podréis ahora
meditar la
importancia
de su oscuro
trabajo
y observareis que
siempre,
de recuadro en
recuadro,
la gaveta persigue
los pasos del yesaire
y escucharéis los
gritos,
las canciones, el
viento
que sopla en los
dinteles
y también por los
patios
cómo suenan los
golpes
de los picos y palas
mientras el yeso
cubre
los techos y
tabiques
con su máscara
ciega
tal un traje de
olvido.
Así es, amigos
míos,
la vida del yesaire,
éstas son las
pequeñas
virtudes que le
asisten
y que hemos
meditado
para entender tan
sólo
la dimensión de un
hombre
que vive de su
oficio,
algo prosaico, es
cierto,
carente de
grandeza,
que no saldrá en
los libros
de historia por
supuesto
más que sumada a
otra
vida y a otra y a
otra
nos da la simple
suma
de miles de millones
de hombres como éste,
que
viven, odian,
trabajan
estudian y pasean…
llenan los cines,
aman
mueren oscuramente
pero que son la
fuerza,
la única fuera …¡oídlo!
que llegará algún
día
a edificar un
mundo
en libertad. Amén.
Gracias por tus palabras, seguro que se estará sonríendo tímidamente cómo siempre hacía él. Muchas gracias
ResponderEliminarBuena gente, descanse en paz.
ResponderEliminarSoy Diego Martín 😎😎😎
Una persona sencilla
ResponderEliminarun excelente ser para todos
te marchaste de nuestras vidas
pero aquí sigues de todos modos
Si Dios te quiso a su lado
eso tenías que hacer
convertirte en su ayudante
y en todo serle muy fiel
partiste de aquí esa noche
tal vez sin decir adiós
arrancándote de mi pecho
posando en mi corazón
tu ida tan repentina
nos hizo romper en llanto
creer que quizá nunca mas
podremos tenerte en brazos
Ahora ya eres un ángel
que nos mira desde allá arriba
y aunque no estés con nosotros
tu magia seguirá viva
Nunca te olvidaremos
permanecerás en nuestras mentes
y en nuestros corazones
tu alma vivirá siempre.Te quiero tio😘😘😘
Descansa en paz, te echaremos de menos, muy bonito texto, Sandra
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