"Nuevas y perversas matemáticas laborales", por Óscar de Caso. ¿Tiene sentido que la retribución de un Vocal del Ibex sea 72 veces superior a la de un trabajador asalariado?.

         Vamos a ver con más detalle, lo que está ocurriendo con estas nuevas y perversas matemáticas laborales. Para ello aplicaremos una fórmula que ha presentado el periodista económico Nacho Alfonso: R= Txt. En esta, R: es la retribución del individuo a través de una nómina, bonus, indemnización…; T: es el trabajo que realiza el individuo, equivalente al sumatorio de formación, experiencia, esfuerzo, habilidades, dedicación…; t: es el tiempo que el individuo emplea en el desarrollo de su trabajo.

          Esta ecuación, necesariamente, se entiende aplicada a los ingresos que percibe un trabajador (sea de puño azul o de cuello blanco): multiplicación del trabajo por el tiempo empleado, entendido el trabajo como el sumatorio de formación, experiencia, esfuerzo, habilidades, dedicación…

          Por lo tanto, Retribución = Tiempo x trabajo. En esta fórmula el tiempo empleado puede variar según las regulaciones laborales o las actividades productivas. Su valor está ligado a la propia condición humana y, por lo tanto, es igual para todos los individuos. En España la jornada laboral gira en torno a las 40 horas por semana y 40 años de vida laboral de media. 

Conviene, en este punto, no confundir jornada trabajada con jornada ocupada. Aquella es común en labores manuales. En la jornada ocupada, propia de labores de cuello blanco, se computan, además, actividades que están más cerca del ocio y la agenda social que de la dedicación profesional.  

    A modo de ejemplo: un antiguo director general de una institución de tarjetas de crédito presumía en público de trabajar 18 horas por día, lo cual resultaba humanamente imposible. ¿Cuáles eran sus cuentas? Su jornada se iniciaba desde que salía de casa hasta que volvía y computaba en la misma desayunos, almuerzos y cenas de trabajo, cóctels, invitación a estrenos artísticos, etcétera, incluida la peluquería,.

       Aunque admitiéramos que un ejecutivo le dedica más horas a la empresa que un operario, incluso estando de acuerdo que la valiosa labor del ejecutivo debe de tener unos honorarios significativamente superiores, ¿tiene sentido que la retribución por hora de los Vocales del Ibex 35 sea de 1.083 euros, casi 72 veces superior a los 15,13 euros en los que estima el INE la retribución por hora de trabajo de un asalariado? 

  De acuerdo con un artículo de Antonio M. Velázquez y Pablo J. Álvarez, la consultora Spencer Stuart estima que los consejeros del Ibex 35 le dedicaron al cargo una media de 163,3 horas en 2017, mientras que la jornada media de los trabajadores en España es de 1.687 horas anuales, según la OCDE.

    De este modo, un Consejero independiente del Ibex 35 necesita dedicar una media de 21,8 horas al cargo para ingresar lo mismo que recibe en todo un año un asalariado medio en España según el INE. ¿Es ello de recibo?

          La aparición de la Covid 19 no solo nos ha enseñado la fragilidad del hombre y sus defensas sanitarias frente a una naturaleza desatada, sino que ha dejado en evidencia el neoliberalismo y nos ha mostrado su mayor vergüenza: la desigualdad.

     Descubrimos de repente y contra todo pronóstico que los sanitarios y muchos profesionales de “segunda división”, entre los que se cuentan los empleados de la limpieza, los camioneros, los repartidores y los agricultores (mucho más los inmigrantes que trabajan recogiendo en las cosechas), forman parte del engranaje básico del funcionamiento de nuestro sistema de producción y supervivencia. Hacen una labor única, pero no se reconoce a fin de mes. 

     Y es presumible que, superada la pandemia, la inercia neoliberal trate de volver a arrinconarles y diluir su esfuerzo diario bajo el discurso de la creación de valor como credo existencial.

     Porque el capitalismo salvaje no es una caja de herramientas diseñada para servir a las necesidades del hombre, sino una concepción que utiliza el esfuerzo del hombre para su selectiva reproducción. El capitalismo salvaje es esencialmente egoísta. No se comparte, salvo en una reducida y selecta élite.

POSDATA.- Este escrito es un resumen de los criterios de los señores: Baltasar Garzón, Nacho Alfonso, Antonio M. Velázquez y Pablo J. Álvarez.

          Unos meses y cuarenta años han transcurrido desde que el catalán Serrat compuso la canción “CanÇo de l’amor petit” (Canción del amor pequeño) dentro del disco “Tal com raja”. Describe el amor íntimo y pequeño con lírica y musicalidad, con limpia sencillez en el modo de expresión.

Yo tengo un amor pequeño

y goloso

como un niño.

 Un amor desparejado

que muerde el cebo

y no se traga el anzuelo.

 Yo tengo un amor rumboso,

rojo y jugoso

como una granada.

 Yo tengo un amor amigo

que mata de gusto

y que se muere de ganas.

 Ni ciego,

ni trágico,

ni pactado.

 

Ni eterno,

ni mágico

ni alquilado.

 

Manándome a raudales,

tengo un amor pequeño,

tengo un amor pequeño.

 Yo tengo un amor pequeño,

nuevo como el tiempo

de la sazón,

 que se quema como la viruta,

llega a caballo

y trepa a los balcones.

 Yo tengo un amor compañero

que no trae recuerdos

ni deja prendas.

 Yo tengo un amor por ti

que se pone a bailar

cuando le dan cuerda.