(Artículo publicado ayer por el Periódico Digital de Almansa
"La Tinta de Almansa")
Una treintena de almanseños y almanseñas trabaja en la planta de Vidrala, en Caudete, donde el Comité de Empresa se plantea movilizaciones y paros productivos.
«Históricamente, Crisnova ha sido una planta próspera. Siempre se ha tenido una relación cordial y desde el respeto entre la Dirección y sus trabajadores (y representantes), algo que a día de hoy añoramos y ponemos en entredicho».
El que habla es Miguel Ángel Molina, secretario del Comité de Empresa en Crisnova Vidrio, planta del Grupo Vidrala ubicada en Caudete, donde trabajan una treintena de almanseños y almanseñas.
Pero la situación de la planta de fabricación de envases de vidrio y cristal dista mucho de como comenzó, según traslada el secretario, pues han pasado ya 1 año y 5 meses desde que comenzó la negociación de un nuevo convenio colectivo para los trabajadores y trabajadoras. Ahora, las conversaciones están rotas.
«Los empleados comienzan a pensar en movilizaciones y paros productivos, al no lograrse un acuerdo entre las partes, a causa de imposiciones inamovibles por parte de la empresa», señalan desde el comité. Los representantes sindicales critican, en exclusiva para este diario, que el argumento por parte de la Dirección es que «deben cobrar menos por vivir en Castilla-La Mancha».
Este último conflicto entre la Dirección de Crisnova y su Comité de Empresa sucedió ayer, 28 de abril, fecha en la que se reunieron. Los representantes sindicales aseguran que «el Director rompe la negociación al no dar su brazo a torcer si no aceptamos sus imposiciones».
A saber: implantar una doble escala salarial, lo que significaría, según el Comité, la eliminación de la antigüedad y supresión de beneficios para nuevas incorporaciones; es decir, con contrato posterior a partir de enero de 2020.
Según el secretario, se les «imponen» estos «puntos de obligatoria aceptación para acceder a hablar de lo que propiamente es negociar, algo que el Comité siempre ha rechazado». Los representantes entienden que el diálogo «no puede producirse desde una posición de fuerza, como es la imposición, para poder llegar a alcanzar un avance».
Además, la postura «mismo trabajo, mismo sueldo» se vio respaldada en una asamblea de trabajadores celebrada durante los días 13 y 14 de abril que contó con casi el 95% de los votos de la plantilla y «una asistencia sin precedentes de casi el 90%».
La empresa maquilla su requisito como una «congelación salarial», según el secretario del comité de empresa. Sin embargo, el Comité lo concibe como «una bajada de salarios en toda regla». Y responden: «Al parecer, quieren gente cada vez más preparada, pero que cobre menos; lo que provocaría problemas a medio y largo plazo entre ambas escalas salariales en plantilla, resultando también un nuevo beneficio para la propia empresa».
Trabajadores de segunda, ¿de dónde viene?
Lo de «trabajadores de segunda», explica el secretario, «viene porque Dirección argumenta que en el entorno en el que vivimos debemos ganar menos dinero, algo que tampoco compartimos». Ante esto, argumenta que en otras plantas de Vidrala (en Cataluña y País Vasco) ya disponen de salarios mayores a los suyos.
Los representantes sindicales afirman que «el marco que presenta la empresa pasa por la aceptación de que, conforme pasa el tiempo, se debe disponer de una mejor preparación y de peores condiciones salariales para las nuevas incorporaciones a la plantilla; además de seguir en el empeño de que por ser trabajadores de Castilla-La Mancha tenemos que ajustar nuestros salarios».
La empresa no actualizó los salarios en 2020, según el Comité
Pero esto no es todo. También existe otro conflicto colectivo abierto «porque la empresa no ha hecho efectiva la actualización salarial referente a 2020, proceso judicial que ha pasado ya por requerimiento (enero) y acto de conciliación (marzo, en los juzgados de Albacete); sin éxito y a espera del dictamen del juzgado», afirman los representantes sindicales.
«Tenemos el convenio denunciado en ultraactividad y diferimos en la interpretación de la misma en cuanto a esos atrasos en los salarios, el propio documento dicta en sus primeros artículos que mientras no se firme un nuevo convenio se aplicará este», explican.
Los representantes de los trabajadores subrayan que sus reclamaciones «no son exageradas». Sin embargo, la empresa «considera abusiva una subida media de 19 euros por nómina mensual, pero no una pérdida salarial de más de 200 euros en la misma, según los cálculos emitidos en las propuestas de convenio».
Los sindicatos de empresa apuntan a que este es un «desafío» sin precedentes y aseguran que seguirán «defendiendo un acceso al trabajo de un modo justo, legal y equitativo». Aunque, según trasladan, quisieran «evitar el conflicto» e instan a la Dirección a «seguir negociando para llegar a acuerdos que beneficien a ambas partes para mejorar las condiciones laborales y económicas de los trabajadores en coherencia con la excelente situación económica de la compañía».