La segunda acepción de la palabra “paradigma” es: Teoría cuyo
núcleo central se acepta sin cuestionar. Aclarado el significado de la palabra.
Los distintos gobiernos mundiales han hecho del Producto Interior Bruto (PIB)
el indicativo máximo de la salud económica de sus Estados.
Pues bien, reparemos en ello. El PIB medido en términos de demanda es la suma del Consumo, la Inversión, el Gasto Publico y las Exportaciones Netas o diferencia entre lo que se exporta y lo que se importa; este último arroja un saldo positivo desde hace poco.
Si reparamos entre los otros componentes observáremos que desde hace
tiempo y gracias a los recortes, la mal llamada política de austeridad y la
permanente agresión a los asalariados, están en caída y en consecuencia actúan
con mayor incidencia negativa en el PIB.
Desde 2010
los salarios reales de los trabajadores han perdido un 8%. La productividad
española está a más de un 34% por debajo de la media europea, las empresas
invierten en I+D apenas un 0,8%, la mitad que la media europea. De la inversión
en la investigación del Gobierno mejor no hablar. El corolario de esta serie de
datos es que el crecimiento de la exportación está basculando fundamentalmente
sobre los trabajadores.
Parece ser
que este modelo no admite otra salida que la del abismo. ¿Vamos hacia un modelo
chino?
El discurso económico oficial sigue manteniendo como verdad inobjetable que el crecimiento sostenido o indefinido es la única vía para conseguir empleo y bienestar al conjunto de la sociedad.
Esta aseveración necesariamente válida significa el aumento incesante de las actividades económicas que desembocan en transacciones mercantiles, y por tanto del PIB y del tamaño de la economía.
Y ello se
traduce, consecuentemente, en una presión permanente para obtener de la
naturaleza y del medio rural cantidades crecientes de recursos, renovables o
no, y devolverles cantidades, también crecientes, de desechos. Lo cual se
traduce en un impacto ecológico igualmente creciente. Dada la finitud de los
recursos y de los sumideros posibles, el proceso tendrá necesariamente que
detenerse.
De esta manera, se suele acoger con entusiasmo la subida del PIB como señal indubitable de que la sociedad progresa. Lo que ocurre que este indicador no señala cuáles son los integrantes del crecimiento.
Se puede crecer, vía PIB, produciendo bienes industriales, productos agrícolas, servicios médicos o culturales o armamento, droga o prostitución; todos son exponentes del incremento económico.
Pero es que, además, el PIB se limita a cuantificar el incremento de la
economía y de las ganancias, pero nunca el reparto de las mismas. Y en ese
sentido se convierte en un paradigma.
POSDATA. -Este escrito contiene las consideraciones que sobre el PIB tiene el señor Julio Anguita.
EL poema de hoy tiene su autoría en el señor Bertolt Brecht.
Lo tituló “El dinero”.
Por el trabajo no me dejo seducir.
Para el trabajo el hombre no fue hecho.
¡Más del dinero no se puede prescindir!
¡Para el dinero hay que tener un respeto!
El hombre para el hombre es una caza.
Grande es la maldad del mundo entero.
Por ello, junta mucho, aunque sea con trampa.
y así se hará mayor tu amor al dinero.
Con dinero a ti todos se pegan.
Y es tan bien venido como la luz del sol.
Sin dinero, hasta tus propios hijos te reniegan:
Y no vales más que el valor de un caracol.
Con dinero no hace falta bajar la cabeza.
Sin dinero es difícil obtener la fama.
El dinero hace que lo mejor acontezca.
El dinero es la verdad. El dinero es la llama.
Los hombres ponen el dinero a gran altura
por encima del hijo de Dios, su heredero.
Quien quiera robar la paz de un enemigo
cuando ya se encuentre en la sepultura
que escriba en la losa: “Aquí está el Dinero”.
Es lo que tiene , cuando el tamaño del estado es mayor de lo que pueden pagar sus ciudadanos. Si quitamos los chiringuitos, las autonomías, los partidos políticos , y con ellos todos esos ladrones , charlatanes de feria, soplagaitas y asesores inútiles, y los sustituimos por profesionales de cada ramo con experiencia y honestidad, conseguimos bajar la factura de lo que nos cuesta pagar la gestión de nuestro gobierno, hasta el punto de que sobra dinero para pensiones, educación , medicina e investigación. Y se pueden bajar los impuestos , con lo que resulta que aún es posible que se establezcan más negocios al ser más barato contratar. No olvidemos que al empresario le cuesta un dinero prohibitivo contratar a un empleado , al que le paga una miseria de la que el gobierno también se queda con la mitad de lo que gana. Este modelo no es sostenible
ResponderEliminarNos roban por encima de nuestras posibilidades, y es más necesario que nunca, cambiar este sistema injusto y promocionado por delincuentes profesionales, que se hacen llamar políticos.
Completamente de acuerdo con el comentario. Lo suscribo.
EliminarLo malo es que "el bicho" (ergo el poder y sistrma establecido) no se va a dejar matar... yvlos ciudadanos estamos como pollo sin cabeza
Ya comento, la supervicepridenta de nuestro supergobierno.EL DINERO PÚBLICO NO ES DE NADIE, pero hay que extraerlo de donde sea, todo ello para tener este mastodonte de enchufados, estómagos agradecido y toda esa pandilla de vividores a costa nuestra, pero lo peor que esto va a seguir igual, con esto que con los blancos, lo que supone que vamos a la ruina total o hasta que se cabre la U.E y nos intervenga, como sucedió con Grecia por ejemplo.
ResponderEliminarSoy Diego Martín 😍😍😍😍