Hace varias décadas que gran parte del término de Caudete no es de los caudetanos. Hace 60 años éramos una potencia agrícola sobre todo en aceite, vino y sus derivados como el alcohol. Hoy ....la cosa ha cambiando mucho.
Unas parcelas muy pequeñas (minifundismo) poco rentables e insuficientes para sacar adelante a una familia, propició que los hijos de agricultores se buscaran la vida fuera de Caudete.
En muy pocos años bandonaron el "arado" por la "talocha" en un trabajo que se puso de moda con el despeque económico debido en gran parte al turismo: enlucir techos y paredes a destajo en Urbanizaciones y Hoteles en la costa. Los mejores yesaires de Levante eran caudetanos.
El campo ....¡se quedó solo!. El desenlace final es que hoy en día, gran parte del suelo agrícola caudetano está en manos de empresas foráneas: Primaflor, Kerme, La Famosa, Agrícolas Vera....
La última operación ha corrido a cargo de la prestigiosa empresa vitivinícola valenciana "Vicente Gandia" que acaba de entrar en Caudete con la compra de la finca conococida como "Casa Gallur" que cuenta con buenas viñas y con abundante agua, agua de mucha calidad que hace unos años se embotellaba.
Y esto ....¿es bueno o malo para Caudete? Ni "si ni no sino todo lo contrario". La Globalización plantea estos aspectos comerciales. Ver trabajando los campos caudetanos a agricultores pakistanies, indúes y de otras nacionalidades es frecuente. ¡Es así! Y lo hemos aceptado con naturalidad.
Solo nos queda desearle buena cosecha a "Vicente Gandía" y si es posible que las botellas de vino menten que las uvas se han criado en Caudete en la "Casa del Soldado", junto al trazado del AVE.
Se trata de una empresa vitivinícola de mucho prestigio. Esta es la historia y el desarrollo comercial de "Vicente Gandia" que podemos ver en Internet:
"De orígenes humildes, Vicente Gandía nació en 1865 en Agullent, un pequeño pueblo situado en el extremo meridional de la provincia de Valencia, tierra de vinos.
Debido a las pocas posibilidades que ofrecía su entorno, emigró a la ciudad atraído por las oportunidades que esta le ofrecía y buscando el modo de desarrollar una carrera empresarial. En 1885 Gandía se inició en el mundo del vino como peón en una de las Bodegas francesas que operaban en el Grao de Valencia.
Gracias a su esfuerzo y constancia fue rápidamente ascendido a responsable de compras, encargándose de las negociaciones con cosecheros del interior y aprendiendo los secretos de este sector. Fue entonces cuando Don Vicente Gandía desarrolló sus cualidades como negociador y empezó a crearse una reputación como hombre de negocios.
A finales del siglo XIX, debido a su marcado carácter emprendedor ya había abierto su propia tienda de vinos al por mayor en la calle Serrano en Valencia.
El salto al entorno internacional tuvo lugar durante la crisis de exportación padecida entre 1900 y 1910. Muchas firmas francesas tuvieron que emigrar, oportunidad que aprovechó Don Vicente Gandía para empezar a exportar por su cuenta.
Para ello compró unos terrenos en el barrio del Grao de Valencia y construyó una bodega, que ya figuraba en la Guía Bailly-Bailliere de 1920 como una de las 34 que por aquellas fechas se dedicaba al negocio de la exportación de vinos.
Los años veinte fueron de prosperidad para el negocio y sentaron las sólidas bases que iba a necesitar la empresa para poder afrontar los duros años posteriores.
Estos años estuvieron marcados por una fuerte contracción del mercado internacional debido a La Guerra Civil Española y la II Guerra Mundial. Al contrario que muchas otras firmas exportadoras que tuvieron que cerrar, Bodegas Gandía fue una de las pocas que lograron sobrevivir.
Superada esta recesión, la trayectoria de esta empresa ha sido un cúmulo de constantes avances e innovaciones.
En 1971 fue la primera Bodega en embotellar vino de Valencia con su marca Castillo de Liria, que hoy en día es referente de exportación en cuanto a vinos españoles se refiere.
A esta iniciativa pionera le han seguido muchas otras como la adquisición de la finca Hoya de Cadenas, un paso más fruto de este espíritu de superación que ha perdurado hasta nuestros días y que ha permitido elaborar un vinos de gran calidad como Ceremonia, Hoya de Cadenas y Bo.
En la actualidad esta empresa, dirigida por la cuarta generación es la mayor bodega de la Comunidad Valenciana, la 15 ª Bodega española y una de las 50 mejores Bodegas del mundo, exportando a 85 países de los 5 continentes.
Un servicio disponible los 24 horas- 365 días al año, rápido (entrega en 48 h), con envío gratis en pedido superiores a 70 € y con multitud de ofertas y descuentos para sus socios".
Chimo yo tengo una amistad el cual se dedica a la agricultura, según me cuenta, no es que pase hambre, pero los precios está por los suelos, y es normal que empresas importantes se haga con la mejores tierras, terrenos grandes donde pueda sacarle rendimiento a la tierra. Él era tabiquero, con la crisis tuvo que cambiar de rumbo, trabaja más que de albañil y gana menos. Lo cual nos lleva a la conclusión que cada vez existen menos agricultores a nivel pequeño y si grandes empresas como la que ha adquirido estas tierras.
ResponderEliminarPero sin agricultores es difícil comer.
Chimo, o renovarse o morir. Todas las sociedades y generaciones que les ha tocado vivir una revolución (llámese industrial, cultural, agrícola, política, etc.) Han tenido que sufrir y padecer hasta ajustarse a las nuevas formas de trabajo y tecnologías pero casi siempre, han sido beneficiosas para el mejor vivir de la humanidad, ahí está el progreso. Lo que nos sucede ahora, es que estamos sufriendo una revolución tecnológica tan brutal en todos los ámbitos, que no nos da tiempo a digerirlo y adaptarnos, pero que no nos quepa duda, que nuestros descendientes vivirán mejor y trabajando menos. Lo mismo que nos ha ocurrido a nosotros que, por lo general, vivimos mejor que nuestros padres. Esperemos que nos adaptemos pronto y podamos disfrutar de la revolución tecnológica en que nos encontramos inmersos. Esto va tan rápido, que hace muy pocos años era impensable. Es de desear, que ese progreso llegue a todos los rincones del mundo, dónde no haya explotados ni explotadores. Así sea.
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