Sin duda, benditos lectores, a la clase obrera madrileña en
las pasadas elecciones a la Comunidad de Madrid, se les presentó la inexorable
alternativa de enfermar a causa del contagio del Covid-19, o la otra opción que
significaba enfermar por falta de alimentos.
La niña Ayuso iluminada por su edecán Rodríguez han tenido el palpable acierto de aplicar idéntica solución que implementó Trump en los Estados Unidos, y que le supuso a este cretino la mitad de los votos: “¡Sálvese quien pueda!”
Desarrollo la
exclamación: "Estos talibanes neoliberales apuestan ciegamente a que la
maquinaria de las empresas no debe de pararse ni resentirse en su producción por
pandemia alguna, caiga quien caiga, por tanto, a ti obrero precario te doy a
elegir": sigues trabajando y te arriesgas a contraer el virus o palmas tú y tu
familia de inanición, desahuciado de tu vivienda por no poder pagarla.
Ante esta disyuntiva, el obrero madrileño aplicó la decisión que cualquier persona corriente optaría: “Lo más importante es sobrevivir”. El Gobierno del voluble Sánchez me oferta un miserable ERTE sobre una miserable falsa nómina precaria (en el supuesto caso de que la tenga).
A mi jefe le ofrecen otra hipotética
miserable limosna por el cese parcial del negocio. La elección para el obrero y
para el empresario no ofrece duda alguna: seguir en el tajo, rezar si lo
practicas e intentar ser extremadamente aseado, es decir, lo que he escrito
líneas atrás: ¡Sálvese quien pueda!
En este
escrito no trato de buscar culpables, tan solo me limito a señalar inocencias.
El único y desgraciado inocente, como es habitual, sigue siendo, mande quien
mande: el obrero, el precario, aquel que en su casa únicamente entra el dinero
justo para sobrevivir mes tras mes, el que ante cualquier desgracia sobrevenida
no pueda hacerse cargo de las facturas y tiene que hacer cola en cualquier
institución benéfica.
El panorama que se le presenta a esta persona delante de una urna no puede ser más confuso: un Gobierno que cambia de opinión cada día y medio en las medidas a tomar en esta pandemia; un Gobierno que le produce mareos en sus decisiones diarias de confinamientos, toques de queda, restricciones hosteleras, permisividad de las normas contra los infractores, distintas normas de comportamiento cada 10 kilómetros, portavoces del Gobierno que no te inspiran mucha seguridad en sus inquietantes declaraciones...
Por otro lado, padecemos una oposición que en algunos momentos puede parecer que roza el negacionismo, atacando y distanciándose del Gobierno central en sus dicterios.
Imagínense ustedes por un momento que España fuese atacada por una potencia extranjera y no se produjese de manera inmediata un cierre de filas de todos los partidos políticos contra el agresor; pues esto es lo que ha ocurrido, poco más o menos, en la Comunidad de Madrid contra la pandemia que se está soportando.
Regresemos al momento de elegir papeleta electoral. Este corriente obrero que en elecciones anteriores concedió su voto a partidos de la izquierda con la esperanza de obtener con ello "más justicia social, menos corrupción y más auxilio para las clases pobres".
En esta situación, percibe que su vida y la de los suyos corre serio peligro; que su mal pagado trabajo puede desaparecer de un día para otro. ¿Qué creen ustedes que hace esta persona? Lo que haría cualquier otra persona corriente en idéntica situación: ¡Sálvese quien pueda! Y vota a la derecha. Sin duda, tanto unos como otros, se lo han merecido.
La canción de Serrat de hoy fue una de las primeras canciones que compuso en 1966, la tituló “El drapaire” (El trapero). Personaje este hoy completamente anacrónico, muy corriente en las ciudades en aquellos años; formaban parte de un oficio de subsistencia a causa de las condiciones terribles que había procurado la guerra.
Personajes a los que Serrat les dedicó
canciones: La prostituta, el titiritero, los trovadores, los vendimiadores; en
definitiva, gente habitual y corriente en aquellos años.
Siempre de mañana,
hiciera sol o lloviera,
a pesar del frío o la niebla,
de calle en calle,
oíamos gritar:
«Mujeres, que llega el trapero»
Como cada mañana,
te veíamos venir ...
Llevabas un saco a la espalda,
un puro apagado,
un «traje» desgarrado,
la boina y las alpargatas.
Siempre te seguía
por un rebaño de niños.
Eres toda una atracción.
Tú, tu saco y la canción ...
Soy el trapero,
compro botellas y papeles,
compro trapos y ropa sucia,
paraguas y muebles viejos ...
Soy el trapero,
iban cantando los chavales.
«Ya me estáis molestando demasiado.
No os ha dicho vuestra madre
que yo soy el hombre del saco? "
Y así hasta la noche,
de calle en calle,
y de taberna en taberna.
Con tus papeles
y el cuerpo lleno de vino volverás a tu casa.
Y vuelves feliz,
porque todo lo has comprado:
el pescado, el vino y una vela.
Y un poco de amor,
que te debe haber dado
cualquier gamberra vieja.
Nunca tienes tiempo para pensar.
A dormir. Sopla la vela.
Y el día siguiente, a recorrer el mundo,
tú, tu saco y la canción ...
Soy el trapero,
compro botellas y papeles,
compro trapos y ropa sucia,
paraguas y muebles viejos ...
Soy el trapero,
los niños siguen cantando.
«Ya me estáis molestando demasiado.
No os ha dicho vuestra madre
que yo soy el hombre del saco? "
Desde luego que hay que ser lector bendito para leer sus horribles catecismos, quédese con ellos y angústiese a sí mismo.
ResponderEliminarSi le parece mejor váyase al casoplón de su dictador
Pido disculpas, porque no viene al caso de este artículo. Ruego al administrador del blog, que realiza un estupendo servicio de denuncia e información, se dé una vuelta por la intersección Camino Molinos y vía servicio para acceder a Vereda Santa Ana. Llévese una barca, por favor. Gracias.
ResponderEliminarEsto es para mear y no echar gota.
ResponderEliminarComo nos gusta en Caudete no significarnos contra el poder establecido. Lo digo por el anónimo de las 4,22. Vaya usted a quejarse al ayuntamiento, que no pasa nada malo por ello. Mientras la gente actúe así los que se creen amos del castillo seguirán aumentando tasas e impuestos para ellos subirse sus sueldos. Pero que miserables somos no exigiendo como se debe, así nos va.
Que hagan su trabajo y comprueben caminos y demás aspectos , que para eso cobran y bien los concejales. Que se centren en proyectos importantes y no gilipolleces, ya está bien.
EliminarY no suban más los impuestos,en Caudete ya no sé si sale más rentable vivir de alquiler que comprar , el IBI disparado
5,51 tú sabrás que estamos en fin de semana y el ayuntamiento está cerrado. Seguro que está persona en un día hábil. Efectuará ducha reclamación. Y también estoy seguro que el responsable del ayuntamiento hará las gestiones oportunas. Para eso ha sido elegido. Joaquín nuestro corresponsal, no se puede dedicar a todo. Está solo y ya nos informa bastante, y muy bien.
EliminarNormal que ganará Ayuso, con la campaña que le ha hecho tanto Pablo, como Pedro, era de esperar que fuera un paseo.
ResponderEliminarSoy Diego Martín 😍😻😂😂😻😂
Afortunadamente para la region de Madrid los obreros no tuvieron que pensar demasiado Oscar... Entre lo menos malo, lo malo y lo nefastamente deplorable no hay que darle vueltas a la cabeza.
ResponderEliminarLos neoprogres (la casta rancia de siempre) defienden y hasta a veces implementan algunas medidas para la vilipendiada clase obrera..., pero, ¡ah amigo!... las desvergonzadas cantidades que despilfarran en medidas quimericas, sueldos abultados y miles y miles de amigos enchufados, las pagan finalmente LA CLASE OBRERA: gasoil (pa ir a trabajar) por las nubes..y lo que se avecina, electricidad a precio de rico (a vivir de noche y a trabajar de dia), eliminación de deducciones en la renta para la mayoria de los trabajadores y pauperrimos ahorradores, lo de las autovías (a punto han estado de meternosla) y etc., etc...
Asi que "nos dan por valor de 5 y nos expolian por valor de 10". Resultado: cada vez mas pobreza...cada vez más dificil.
¿Tiene Pablo Iglesias o Pedro Sanchez o Rajoy problemas con la luz, la gasolina o sus ingresos??? Me da a mi que no.
"Haz lo que yo ordene y no critiques lo que yo haga...que para eso me han votado"
Asi que, bendito Oscar..., la clase obrera madrileña, no andaba tan desencaminada.
Agur!
Que más se puede escribir?
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