La falta de educación y las conductas incívidas de algunos caudetanos suelen manifestarse muy a menudo en la calle. ¿Solución?: el que rompa que pague.

    De entrada les diré que los de mi generación también hemos sido jóvenes y hacíamos de las nuestras. Pero ...¡nunca nos dio por insultar a las  personas mayores y menos destrozar lo que no era nuestro!. 

    Entre otros motivos, porque si te pillaba la Policia llamaba a tu padre y la reprimenda y la correspondiente  multa la tenías garantizada.

     Hoy, con una democracia supuestamente afianzada, asistimos a una serie de conductas que no deverían quedar sin castigo por bien de la comunidad y por bien del que sin causa que lo justifique se salta las normas a la torera.

    Lamentablemente.... no se va por ese camino. La autoridad brilla por su ausencia y este personal se ha especializado en "hacernos la pascua". Y sin autoridad, la convivencia  es como una mesa a la que le falta una pata que se cae al suelo apenas la tocas.

Así las cosas, estos niñatos se creen inmunes ante la falta manifiesta de autoridad por parte del Alcalde en su Despacho y de la Policia en la calle,  creyéndose con capacidad suficiente para transgredir las normas porque nadie les va a molestar, sancionar, multar...

   ¡Que digo!...ni tan siquiera amonestar o llamarles la atención no se de el caso que el niño se traumatice y le cuesta un disgusto a ese agente de la autoridad que cumple con su cometido. 

Así las cosas, ese funcionario público se pregunta...¿me voy a complicar la vida? Y que hace: si puede, se escaquea y se va por la otra calle.

Recuerdo hasta con cariño a aquel Cabo de los Municipales (José María  era su nombre) que cumpliendo con su obligación un día me llamó la atención por cortar una rosa en el Paseo. 

   Desde la lejanía, tengo que agradecerle a aquel hombre que actuara así: no dejandonos pasar una. De alguna forma, y sin pretenderlo, me ayudó a valorar lo que era de todos.

     ¿Hoy en día? Para empezar, puede que esto que acabo de contar suene hasta raro. La Policia, sin autoridad alguna, no se hace de respetar. Deja que cada uno haga lo que le sale del forro porque ¿para qué se va a complicar la vida si el padre del niño puede montarle un pollo que podría salirle caro? 

Entre unos, sin educación, y otros, sin autoridad, nos quedaremos sin mobiliario urbano "como nos quedamos sin abuela". ¡A nadie que le pase!.