Hace unos días, Antonio Conejero, Presidente de la Asociación Amigos de la Historia Caudetana, nos invitó en su casa a comer una paella con setas. Nos juntamos a la mesa su yerno, la hija de Antonio, Teresa Martínez, Miguel Requena Marco y Miguel Gil Hernández el hijo de Manuel el Sacristán y quien suscribe esta crónica.
Para quienes no lo conozcan tengo que decirles que Miguel Gil es un encanto de persona, muy querida en su pueblo, además de ser un libro abierto. Tiene una memoria prodigiosa. Con ese comedimiento y sobriedad que emplea al hablar -lo da el paso de los años- nos contó algunas anécdotas de un tiempo que nada tiene que ver con el actual.
Me llamó la atención la tarea de darle cuerda al reloj de la torre de Santa Catalina -relojero- que desempeño durante tres años. Su padre era el Sacristán de Santa Catalina. Murió en 1963 a la temprana edad de 60 años.
Miguel le ayudaba a su padre en las tareas propias de la Iglesia y también como Alguacil del Ayuntamiento. Una de ellas fue darle cuerda al reloj de la Torre, propiedad del Ayuntamiento, instalado con anterioridad a 1750 a juzgar por el procedimiento del ensamble de sus piezas: después de esta fecha, la unión se hacía con rosca y este las tiene remachadas.
Durante más de 360 años,
muchos son los caudetanos los que han subido a la torre a darle
cuerda a esta joya que tal vez no hemos sabido valorar esta auténtica obra de arte. Fue en 2012 cuando debido a la
crisis económica el Ayuntamiento dejó de pagar para que le dieran cuerda a este
extraordinario reloj cuya maquinaria impresiona.
Para que el reloj funcionara, las
tres pesas (una para los cuartos, otra para las horas y
otra para la propia maquinaria del reloj) debían estar justo
bajo la maquinaria del reloj.
En 36 horas, las pesas llegaban a suelo y el reloj se
paraba. Este tiempo estaba en función de la altura: 26 metros es
el espacio que tenían que recorrer. Había que darle cuerda antes de que se
parara ….porque reiniciarlo llevaba más trabajo.
La persona encargada de darle cuerda al reloj tenía que ir
todas las mañanas a la Torre a subir las tres pesas con un pequeño manubrio.
Era un trabajo pesado ya que había que subir 90 escalones hasta
el reloj y, una vez arriba, elevar las tres pesas de piedra de entre 25 y 30 kgs cada
una.
Miguel realizó la tarea de relojero durante
tres años: desde 1961 hasta 1964. Nos dijo que
sustituyó a Eladio "el Campanero" (hermano
de Paco y Bienvenido) tarea que desempeño durante
muchos años. A Miguel le sustituyó Pepe Puche el
Alguacil. Los dos últimos caudetanos que le dieron cuerda al reloj
fueron Pepe
Maestre y su hijo Joaquin.
Los tiempos evolucionan y las profesiones también. Muchas han desaparecido como esta de darle cuerda al reloj de Santa Catalina. Afortunadamente todavía nos queda la memoria de Miguel para recordarnos que las cosas no siempre fueron como las vemos hoy en día.
La fecha del reloj? 1650? 1940 pone en el .
ResponderEliminarEntre el 54 y el 62, mas o menos, había un joven que repicaba las campanas y que, para parar la gorda, la iba frenando hasta colgarse de ella ... sin salir despedido. (Lo de las rejas no fue por eso sino porque se cayó el badajo. Pero eso fue mas reciente)
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