El comunismo es (todavía persiste) el intento más ambicioso
de cambiar todo el mundo a través de la política que pretende superar y
derrotar al capitalismo vigente, obligando a la producción y al mercado a criterios
políticos. O como sostenía Karl Marx: “Movimiento real que continuamente va
superando sus contradicciones”.
El poder que
ha desarrollado, si lo comparamos con los principios que originaron su
instauración y sus resultados, conforma patetismo y desolación. Allí donde
tomaron el poder, las personas que estuvieron bajo su mando han debido de
sufrir lo que no está escrito; ya que cualquier leve resistencia o disidencia
era contenida y eliminada con puño de hierro.
No podemos comparar el número de muertos que ha infringido con respecto al nazismo; ya que el comunismo está perdurando durante decenas de años y en diversos países. La ideología del fascismo es bastante limitada: quiere eliminar o deshacerse de sus enemigos interiores (judíos, homosexuales, gitanos, comunistas, etc.), respetando la vida social.
Las víctimas del nazismo, en su mayoría, las provocó la confrontación militar; en cambio, el comunismo acumula deportaciones masivas, incontables fallecimientos por las espantosas hambrunas o bien por infundadas sospechas de traición al régimen comunista.
Eso sí, durante el fascismo y en el
comunismo los países de occidente padecieron una ceguera consentida respecto a
las barbaridades que se cometían en los estados donde gobernaban estos
regímenes.
En el
fanático ideario comunista, el ejercicio del poder lo ha practicado con plena
represión, fuera quien fuera el enemigo de clase. Siempre se veía amenazado y
su supervivencia entrañaba, sin dudarlo, la eliminación de sus enemigos: los
traidores, los espías, los quintacolumnistas, los tibios de ánimo, los
trotskistas, etc. Alcanzando la demencia de que los que no comulgan con sus
doctrinas son enemigos de la humanidad.
Mi admirado
uruguayo, José Mújica, cuenta: “Cuando llegué al país de Lenin, comprendí
que el personaje que mejor representaba a los rusos era Iván el Terrible. Fue
radical, perverso y violento. A través de ese personaje vi a los rusos. Un país
de extremistas, en el que tenía más cabida la mafia que una sociedad sin
clases”.
El comunismo
vigente en Europa no es más que la continuación del capitalismo, con otros
modales, con otras normas de propiedad, gobernado por otras personas; con un
largo y doloroso camino que conduce (no puede ser de otra manera) al capitalismo.
Los partidos comunistas tienen su génesis en los años veinte, al socaire de la URSS. Se entendió muy bien con la clase obrera y el campesinado en países déspotas con terratenientes oligarcas, sin democracia alguna. Atrajo la atención por la transformación radical, de la que adolecían los países socialdemócratas.
Su
gran expansión sucedió al concluir la Segunda Guerra Mundial. Si no culminó su
éxito fue a causa de la Guerra Fría con la invasión de Checoeslovaquia en 1968.
Italia supuso la excepción, donde el comunismo alcanzó niveles de apoyo
superiores al 30 por ciento. En lo referente al fallido “engendro” del eurocomunismo,
seré breve: no tenía un programa distinto al socialdemócrata.
Concluiré el escrito de hoy con palabras de mi admirado Julio Anguita en las que un periodista le interpelaba recriminándole de que nunca habla de comunismo; a lo que el responde: “Ni me oiréis hablar. Yo hablo de derechos humanos, y desafío a que me digas si el fiel cumplimiento de la solemne Declaración de Derechos Humanos no implica una sociedad distinta”.
Prosigue en sus
declaraciones que datan de 1983: “Un partido comunista para mí no puede
presentarse a unas elecciones. Es un disparate. Porque su programa electoral
estará condicionado. No, tiene que estar en otras instancias y apoyar el
programa que más crea conveniente. Esto que digo es muy grave, porque le estoy
negando al PCE esa posibilidad, pero creo honestamente que tiene que negarse a
sí mismo si quiere pervivir”.
Algunos, los superficiales, suponen que
los comunistas nacieron por implosión tras leer los libros que disponían sus
mayores en las bibliotecas caseras, y a continuación de su lectura, se echaron
a la calle en labor proselitista. ¡Error! Los comunistas nacieron de las
terribles luchas sociales; los comunistas con “denominación de origen” surgen
en las luchas fabriles; en las asociaciones vecinales; en la realidad práctica
de la lucha diaria entre la teoría y la práctica.
Después de lo que he escrito acerca del comunismo, benditos lectores, y a pesar de su gran y terrible parte oscura; tiene una enorme capacidad para inspirar las luchas por un mundo mucho más justo.
https://www.youtube.com/watch?v=9MGIxMpVEx8
Los versos del argentino Facundo Cabral (1937-2011) ponen fin
al escrito de hoy con la canción “Entre pobres”.
Entre pobres yo nací, entre pobres me crie,
entre pobres voy viviendo y entre pobres moriré.
Yo siempre quise vivir y porque quise yo vivo,
solo diciendo que sí se cumple nuestro destino.
Yo vengo de donde el diablo perdió la categoría,
el conquistador la fuerza y la inocencia María.
Vengo de donde Francisco se casa con la Teresa
todas las noches del año y casi todas las siestas.
Suelo pasar el invierno con la leña que recojo,
no soy esclavo ni amo para vivir de los otros.
El hornero hace su nido como yo hago mi canción,
cada cual, con cada uno, es ley de la creación.
Tal vez mañana me vaya si se me ocurre partir,
y si no me da la gana me quedaré por aquí.
No será más pobre el mundo el día que yo me muera,
otro canalla andará agitando por la tierra.
No pierdo tiempo en cuidarme, la vida es bello peligro,
del peligro del amor mi madre tuvo siete hijos.
Si ella se hubiese cuidado de mi padre y su fervor,
a la reunión de esta noche le faltaría un cantor.
Yo sintetizaría el comunismo como todo para el pueblo y al fascismo como todo por la nación.
ResponderEliminarEvidentemente es mas atractivo eso del pueblo.
Lo malo es que los mandamases tratan al pueblo ignorando su verdadera naturaleza imperfecta, incluídos ellos mismos que luego se comportan como capitostes. Todo lo contrario de lo que dijeron. Nada de dar ejemplo.
Lo que dice Anguita es muy ilustrativo. Lo que pasa es que administrar bien una socialdemocracia es muy difícil. Entre otras cosas hace falta saber. Y no corromperse y no partitocritarse. Pero menos peligroso que un totalitarismo.
Y una nota: el comunismo se disfraza de lo que haga falta. Incluso lo de llamarse democracia le mola.
Últimamente el autor debe de pasar por una crisis bebiendo de fuentes incompatibles, Igual son varios.
Perdona pero el comunismo también eliminaba judíos ,homosexuales y gitanos.
ResponderEliminar¿Eso te lo estas inventado, pero si ellos no mataron a nadie ni donde están gobernando ahora tampoco, es invento de los ultraderecha?
EliminarSon unos de los signos mas criminales de la historia.
Oscar habla de su admirado Julio Anguita ¿en que partido militaba? por qué partido se presentaba a las elecciones? no tiene, para nada, comparación el nacismo y el comunismo salvo en que no les temblaba el pulso para hacer sufrir y eliminar a quien no pensaba o seguía sus mandamientos. Fueron dos sistemas sanguinarios y despiadados por igual, aunque uno, el comunista, con muchísimas mas victimas en su haber, de hecho es el mas criminal de la historia con mas de 150.000.000 de asesinatos reconocidos, muchos mas que el nacismo. Seguramente por eso, un gobierno tan coherente como el socialcomunista español (Psoe, Podemos, Bildu, ERC) le va a dedicar un sello conmemorativo de su centenario y, por eso mismo, por su gran coherencia, los mandatarios de todo signo político mundial, repugnan e ilegalizan (con toda razón) al nacismo y, mantienen, incluso apoyan y fomentan al comunismo. Por mi se pueden ir.... a donde todos ustedes imaginan, todos aquellos que sacan la cara por cualquier tendencia de izquierdas, acaso nuestro Psoe, con la historia que acarrea ¿merece algún tipo de distinción positiva sobre el comunismo, el nacismo o el fascismo? En mi opinión, todos, deberían estar proscritos e ilegalizados.
ResponderEliminarBravo, mejor explicado no se puede hacer.
EliminarAño de rojos, miseria, hambre y casi muertos.
Seguramente Anguita pasó sus últimos días amargado por la evidencia de las consecuencias de determinadas políticas. Por lo menos tuvo la decencia de confesarlo y retirarse a su vida privada sin mayores privilegios ni fortunas escondidas.
ResponderEliminarPero eso señala una circunstancia a tener en cuenta: El comportamiento distinto de los partidos cuando aspiran al poder y el que ejecutan cuando lo tienen.
Me voy a releer el cuento del flautista.
Pero si solo existen dos países comunistas que son Venezuela y Cuba, y mira como están de pena.
ResponderEliminarPero todos estos comunista que defiende a esos asesinos y no quiere a los ricos, ninguno se marcha a vivir allí, lo que tiene ser rico, de izquierdas y vivir en la abundancia.
EliminarTe rogaría que te informes mejor, gobiernos comunistas casi toda Iberoamérica menos, Panamá y Ecuador el resto han caidi todos.
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