Ayer, por la tarde, Toni recibió la llamada de su encargado que le decía que su empresa no formaba parte de las actividades esenciales y, por lo tanto, cerraban hasta después de Semana Santa. Así que pasa a formar parte, como esperemos que haga la mayoría de la población que desde ayer ya no tiene que ir a trabajar, a un confinamiento mayor, aunque hemos decidido que siga siendo él quien, cuando sea necesario baje a la calle, mientras Julen y yo seguimos confinados en la trinchera, inmóviles, aunque tengamos la casa patas arribas y no paremos en todo el día, pero estáticos para que el virus no nos vea y no quiera pasar a formar parte de nuestro cuerpo y tampoco le demos alas para que entre en los cuerpos de otras personas.
Me considero una persona bastante pacifica, guerrillera en materia de injusticias, pero de las que prefiere combatirlas con palabras y hechos y no con la fuerza u otros medios de combate. Por eso, a veces, mientras escribo mi “Diario de un Estado de Alarma” me sorprendo a mí misma, al usar un lenguaje tan “bélico”, pero creo que el mismo nos ayuda a ser conscientes de la magnitud de la situación que está viviendo nuestro país.
Eso sí, hay que tener algunos conceptos claros: el enemigo se llama COVID-19 y las armas para combatirlo deben ser todos los instrumentos y bagaje profesional que nuestros sanitarios tienen a su alcance, el mayor confinamiento de la población en general, los consejos y directrices de los expertos que los dirigentes políticos ponen en marcha y la fuerza, la esperanza, la solidaridad y la responsabilidad de la sociedad para hacerle frente.
Se supone que a partir de hoy, España debe parecer el reflejo de los anteriores fines de semana de confinamiento, donde según ha informado el Ministro Fernando Grande-Marlaska, “el descenso de la movilidad en las carreteras de acceso a Madrid los fines de semana ha caído en un 80%” (fuente: “El País”). España ha de convertirse con las últimas medidas adoptadas en un eterno fin de semana hasta el día 12 de abril.
Ayer, mi zona estaba bastante tranquila, nada que ver al trasiego de personas de esta mañana, imagino que como era lunes todo el mundo habrá salido a comprar para llenar armarios y neveras, y el resto de semana será bastante más tranquila. Sin embargo, por otras zonas del pueblo, el tránsito de coches y andantes fue bastante más elevado, por la información que me llegaba a mi móvil.
Por la tarde, un amigo me mando un WhatsApp, indignado, y con razón, porque aunque él forma parte de los servicios mínimos de lunes a viernes, cuando llega al fin de semana pasa a realizar el confinamiento pleno junto a su esposa y sus dos hijos, que gran lección de madurez nos están dando los más jóvenes de la sociedad. No entendía el tráfico de coches y personas que había, siendo domingo por la tarde y con todos los establecimientos de la localidad cerrados.
Yo le conteste que llevaba toda la razón del mundo, que yo tampoco lo entendía, y que le prometía que mañana, en mi “Diario de un Estado de Alarma” seguiría, una tarde más, insistiendo en la necesidad de que todo el mundo hagamos caso al Estado de Alarma y cumplamos en las medidas de nuestra posibilidades el pleno confinamiento en nuestros hogares.
Así que, de nuevo, por favor, ahora que muchas personas ya no tienen que ir a trabajar, quedémonos en casa, salgamos única y exclusivamente cuando tengamos que comprar, pero como dije ayer, hagamos compras grandes y no que la frutería se convierta en el mercadillo de los viernes, un día tras otro, porque hoy voy a comprar plátanos, y mañana manzanas, porque se me acabaron anoche en la cena. Si hay que pasear al perro, que lo pase una persona, y no media familia, para así hacerse compañía en el paseo.
Sé que hay gente que tiene personas mayores a su cargo, quienes tienen que ir dos veces o tres al día a ver como están, a levantarlos, acostarlos… sé que hay niños con necesidades especiales que tienen que salir con sus padres o sus cuidadores a la calle… todas esas personas plena libertad para salir, pero estoy convencida que una gran parte de la población salimos a la calle sin tener ninguna causa justificada para ello.
A estos últimos hagamos un esfuerzo, que de verdad al final te acostumbras y no se te hace tan duro el encierro, y no salgamos a la calle si no es realmente necesario. Porque cuanto más tiempo estemos en casa, menos alas le daremos al bicho, menos contagios habrán, y menos faena daremos a esos profesionales sanitarios, que se encuentran en primera línea de combate, y que día tras día, se están dejando la piel, la salud y en algunos casos hasta la vida, para no tengamos que lamentar muchas ausencias al final de la batalla.
Hoy, las cifras nos dan un hilo de esperanza: “85.195 contagiados, 7.340 fallecidos, 16.780 recuperados”. Por quinto día consecutivo, el porcentaje de incremento diario de fallecidos se ha reducido ligeramente. “Han muerto 812 personas, frente a los 838 de las 24 horas anteriores” (“El País”. 16:12 horas).
Es de agradecer, la labor de informantes que llevan a cabo, todos los días, el Comité de Gestión Técnica del Coronavirus, así como el resto de autoridades competentes, aunque para algunos todas esas informaciones solamente les sirvan para abrir guerras dialécticas, inventar bulos o crear memes.
Yo no sé, porque no formo parte de ese sector de la población a los que he denominado “renacidos expertos” si llegamos o no llegamos tarde en la lucha contra COVID-19. Pero en días como hoy, que veo noticias que nos dicen que “Estados Unidos tiene ya más de 100.000 casos confirmados” y oyes a su Presidente decir que “si nos quedamos en los 100.000 muertos habremos hecho un gran trabajo” y que “la cuarentena no es necesaria”.....
......o a dirigentes políticos como el presidente de Brasil, Bolsonaro, que dice que “el brasileño no se contagia, salta una alcantarilla y no le pasa nada”, me siento muy afortunada de ser española y de tener expertos y dirigentes políticos, de todos los colores, que desde el minuto uno han sido responsables con la tarea que tenían encomendada y se han puesto al servicio del país para frenar la situación, tomando todas las medidas que hagan falta para hacer frente al virus, y a quienes, a diferencia de Trump, cada uno de los fallecidos que ya se ha cobrado COVID-19, estoy convencida, que les duele como si fueran un familiar suyo.
Comenzamos una nueva semana, en la que cada uno debe situarse en el lugar que le ha sido asignado en esta batalla contra el “bicho”. A la mayoría de los ciudadanos, que no somos ni sanitarios, ni políticos, ni comerciantes, ni camioneros, ni trabajadores de empresas con actividades esenciales en la crisis, nos ha tocado luchar confinados en nuestras trincheras. Así que una tarde más, ánimo, y quédate en casa.
Caudete, 30/03/2020 17:17 horas del decimosexto día de “Estado de Alarma”. #yomequedoencasa
Muy buenas, viendo que solo publicas ciertas cosas Chimo, te informo por si crees que es de interés para todos los caudetanos, por lo visto me han comentado que ayer fallecido la señora que solía ir rebuscando por la basura, pero por lo visto no le han hecho la prueba. Además esta mañana he visto a los servicios funerarios y a servicios sanitarios en la residencia de las monjas. El ayuntamiento debería de publicar un listado con los fallecidos para conocimiento de los caudetanos y para que los que se saltan el confinamiento, se lo tomen más en serio.
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