viernes, 27 de marzo de 2020

"Diario de un Estado de Alerta. Día 13", por Claudia Conejero, periodista de profesión.

           Después de la tregua de ayer, ha vuelto la lluvia, e incluso por lo que he podido ver en algunos vídeos la nieve al interior de Albacete o en localidades tan cercanas a la nuestra como Chinchilla. Será por eso, la sensación de frío que provoca que aguantemos escasos minutos en el “chaflán” y que el tránsito de población por la calle sea bastante más escaso en el día de hoy por mi zona.
En días como los de hoy me acuerdo de una amiga del Colegio Mayor, que me decía que los días de lluvia eran para quedarse en casa. 

     Nunca olvidaré el día aquel que después de desayunar en el comedor del “Caro” y coger nuestros macutos para irnos a la Universidad, salió a la calle y como estaba lloviendo me dijo: “Claudia, que yo hoy no voy a clase, que los días de lluvia es para quedarse en casa” y se dio la vuelta y se volvió a meter en el colegio. Pues ese es mi deseo para hoy, que hagáis caso al consejo de mi amiga y os quedéis en casa.
No sé si será el tiempo, el confinamiento… pero hoy, he acabado llorando en la sobremesa. Sí, he llorado, aunque mis lágrimas debo de reconocer que eran de alegría y emoción al ver en las noticias un vídeo de un hombre de 86 años que había vencido al “bicho”. Me emociona saber que 9.357 personas se han curado
Sufro, también, pensando en lo difícil que se les tiene que hacer a las familias de los 64.059 contagiados, que se encuentran aislados y con quien, en algunos casos como los 4.165 que se encuentra en la UCI no pueden mantener ningún contacto con ellos vía online y únicamente saben de su estado por el gran trabajo que el personal sanitario está realizando en los hospitales de toda España. Y se me rompe algo dentro de mí al pensar en los familiares de las 4.858 fallecidos, quienes no han podido dar su último adiós a sus seres queridos. (“El País” 15:24 horas).
 En estos momentos siento que los habitantes de España somos todos parientes y familiares, y por ellos, debemos mantenernos fuertes y seguir cumpliendo a raja tabla las medidas que el Estado de Alarma marca, intentando proteger a los demás del bicho, como nos protegemos nosotros de que él no nos “pique”.
    Julen me ha preguntado mientras desayunábamos: “Mamá, ¿han cazado al bicho ya?" No tengo claro si me lo ha dicho porque ayer volvieron a salir los agricultores a desinfectar la población, y él está convencido que esos señores van en busca y captura del bicho o porque el pobre tiene unas ganas locas de volver a la que era su vida antes del 14 de marzo. 
Le he tenido que explicar que no, que el bicho seguía por ahí haciendo de las suyas, pero que cada vez estaban más cerca de cazarlo.
     A pesar de que su primo David le ha explicado que el “bicho” es muy pequeño, y que cuanto más pequeños, más peligrosos son, él, estoy convencida, que sigue esperando verlo en su parque cuando se asoma por la ventana. Sin más, hace un rato me ha dicho: “mamá, voy a ver si veo al bicho y le digo que sí se puede ir ya, que yo quiero que venga la yaya Loli a ducharme esta noche”.
     A veces es muy difícil explicarle a un niño de 3 años, curioso y observador como Julen, todo lo que está ocurriendo en la sociedad en estos momentos. Intento que siga en su mundo de niño, pero tampoco puedo negarle una respuesta a sus preguntas: "¿mamá y porque nadie puede cazar al bicho?, ¿por qué le hacemos palmas a la gente?, ¿y esa gente por qué lleva mascarillas?, ¿se ha acabado la cuarentena ya?,¡Mira mamá, esos están malitos porque les ha picado el bicho! …" Y entre todas esas preguntas, a veces, yo me pregunto si como madre estoy gestionando bien la relación entre Julen y el Estado de Alarma. 
De lo único que estoy al cien por cien segura es que estoy aprovechando al máximo todo el tiempo que el confinamiento me está regalando a su lado. Creo que cuando todo esto termine vamos a necesitar, madres, padres e hijos un nuevo periodo de adaptación, como el de los colegios, para adaptarnos a no estar 24 horas juntos durante los siete días de la semana.
     Por delante, tenemos un fin de semana de confinamiento. Creo que no es necesario que los cuerpos y fuerzas de seguridad tengan que poner otras 4.000 denuncias por saltarse el confinamiento el fin de semana pasado, para entender que nos debemos quedar en casa el máximo tiempo posible. 
      En esta lucha es necesaria la implicación de todas las personas, así como de todos los países del Mundo. El bicho no entiende de clases sociales, ni de países, y aunque algunas partes de Europa, como Alemania y Holanda, piensen que esta guerra no va con ellos, seguramente COVID-19 entrará en sus vidas con la misma crudeza que ha entrado en las nuestras, pero todos unidos podemos hacerle frente y derrocarlo. 
Por favor, si este fin de semana no tienes que ir a trabajar, quédate en casa, quedémonos todos lo que podamos en casa para contribuir a que no se colapsen más los centros sanitarios y que más pronto que tarde podamos doblegar la curva.
Caudete, 27/03/2020 17:13 horas del decimotercero día de “Estado de Alarma”#yomequedoencasa

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