Un oxímoron
es una combinación en una misma estructura sintáctica de dos palabras o
expresiones de significado opuesto, que originan un nuevo sentido. Verbigracia:
concurrida soledad, estruendoso silencio, democracia autoritaria o crecimiento
cero.
Para
confirmar que el oxímoron se ha puesto al servicio de la mentira social les
facilitaré ejemplos muy ilustrativos y de actualidad: “desarrollo sustentable”
(que permite la depredación de la naturaleza, “revolución verde” (que se basa
en el uso de semillas transgénicas, abonos y pesticidas que agotan los suelos), “gobernabilidad
democrática” (que quiere significar ausencia de conflicto social y
debilitamiento del Estado como redistribuidor de la renta), “capital humano” o
“capital social” (que presupone que los seres humanos son mercancías sujetas a
los avatares del mercado), “capitalismo popular” (que terminó en la explosión
de la burbuja especulativa y el empobrecimiento de millones de ahorradores,
“mundo libre” o “modernización” (que significa defensa cerrada del modelo
capitalista; y, finalmente, “globalización” (que ensalza lo que se globaliza y
discrimina lo local, trabajando para esa MacDonalización
del mundo)
Como escribía
antes, vivimos en un oxímoron permanente, benditos lectores, en puras contradicciones
y sinsentidos presentados como algo muy natural.
Es el paso del capitalismo de
producción, donde lo relevante eran los productos y las empresas, al
capitalismo de consumo, donde lo importante son las marcas y la cotización en
bolsa, donde el precio de los alimentos aumenta y genera hambruna porque se
determina en la Bolsa de Chicago.
Aquí, en
España, en esa política convertida en espectáculo, la representación de la
posible solución de los problemas, se expresa en coloridas campañas en forma de
humo abstracto o en llamadas sentimentales a mundos soñados repletos de oxímoron
mitinero que configuran buena parte de los programas electorales de gobiernos
más facultados para ganar elecciones que para poner en marcha programas
efectivos de gobierno.
Así tenemos
sociedades muy particulares donde las universidades apenas ya sólo sirven para
preparar a los estudiantes para que vendan más cara después su fuerza de
trabajo, privatizando de manera creciente su oferta; donde los púlpitos siguen
justificando que la vida es un valle de lágrimas, donde la escuela aparca
responsabilidades en la creación de ciudadanos y centra sus esfuerzos en preparar
productores y consumidores....
.... donde los partidos políticos aproximan ideologías
en nombre del consenso, hasta hacerse indistinguibles y representar el mismo
vacío, donde los ejércitos se anuncian como lugar de oportunidades de vida
laboral, mientras se siguen repitiendo las guerras donde pierden la vida las
clases más humildes.
En fin, multitud de ejemplos de oxímoron en distintas
circunstancias.
El oxímoron
que en poesía es válido y sirve para crear paradojas que realcen lo que se
quiere ver, en la política desvirtúa y genera confusión y parálisis.
Sirve para que Quevedo escriba:
Es hielo abrasador, es fuego helado,
es herida que duele y no se siente,
es un soñado bien, un mal presente,
en un breve descanso
muy cansado.
Es un descuido que nos da cuidado,
un cobarde con nombre de valiente,
un andar solitario entre la gente,
un amar solamente ser amado.
Es una libertad encarcelada,
que dura hasta el postrero paroxismo,
enfermedad que crece si es curada.
Este es el niño Amor, éste es su abismo.
¡Mirad cual amistad tendrá con nada
el que en todo es contrario de sí mismo!
O haga otro tanto Lope de Vega en un conocido soneto:
Sosiega un poco, airado temeroso,
humilde vencedor, niño gigante,
cobarde matador, firme inconstante,
traidor leal, rendido
victorioso.
Déjame en paz, pacífico furioso,
villano hidalgo,
tímido arrogante,
cuerdo loco, filósofo ignorante,
ciego lince, seguro cauteloso.
Ama si eres Amor, que si procuras
descubrir, con sospechas y recelos
en mi adorado sol nieblas oscuras,
en vano me lastimas con desvelos.
Trate nuestra amistad verdades puras:
no te encubras, Amor, si quieres celos.
(POSDATA.- Este escrito sea confeccionado entre el señor Juan Carlos Monedero
y un servidor)
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