En nuestro calendario de confinamiento vamos por el día 40, en el genérico por el día 23 de abril, es decir, hoy en todo el mundo se celebra el Día Internacional del Libro. Hasta esta tarde no me había parado a pensar porque ese día y no otro cualquiera del calendario, pero como dice un refrán español, “a la cama no te irás, sin saber una cosa más”, y esta noche me acostaré sabiendo que la UNESCO eligió dicho día, porque en parte fue un 23 de abril de 1616 cuando nos dejaron huérfanos de sus letras escritores como Miguel de Cervantes, Shakespeare o Garcilaso de la Vega.
A veces pienso qué sería de nuestro confinamiento sin los libros, que nos transportan a otros lugares y nos hacen imaginarnos en medio de una batalla entre romanos, en una calle oscura de París o viviendo una aventura rodeado de seres mágicos, sin salir de casa. Siempre me ha fascinado el poder que la lectura tiene en los individuos. El hábito de leer lo he heredado de mis padres, ellos suelen andar sumergidos en algún que otro libro, que sostienen en sus manos.
Yo soy una apasionada de las historias que en ellos habitan, algo que creo que voy a dejar en herencia a Julen. Porque desde que nació, pero sobre todo en estos días de encierro, la lectura forma parte de nuestras vidas: siempre, antes de irnos a dormir tocar leer dos o tres cuentos; a veces, a media tarde, cuando me aparece en el salón con una montaña de cuentos y me dice “mamá, me los lees que yo no sabo”. Cierto, que Julen no sabe leer, pero hay algunos que se los sabe de memoria de tanto leerlos y al final él acaba siendo el narrador del cuento y yo su receptora.
Seguramente cuando la situación que vivimos forme parte de nuestro tiempo pasado, llegarán a nuestras manos novelas basadas en la pandemia que azoto España y el mundo en el año 2020. Quizás, muchos nos sintamos identificados con ellas y al leer lo que les acontece a sus protagonistas nos veamos reflejados en esos personajes de ficción. Y es que como decía Miguel de Cervantes, “en algún lugar de un libro hay una frase esperándonos, para darle sentido a nuestra existencia”, y será cuando esa frase llegue a nuestra manos en forma de libro, cuando seamos plenamente conscientes del papel que jugamos durante la pandemia, de cómo superamos las adversidades y como conseguimos levantar nuestro país y a sus gentes con esfuerzo, tesón y responsabilidad.
Pero mientras esperamos que la tinta impregne esos obras futuras, seguiremos en el presente del que ya es nuestro cuadragésimo día de confinamiento, siendo muy consciente de que todavía queda mucho tiempo de batalla, idea que se materializa escuchando a personas como la canciller de Alemania, Angela Merkel, esta misma mañana, “no estamos al final de la pandemia, sino al principio” (“El Mundo”).
Alemania prevé abrir sus colegios a partir del 4 de mayo, así como los salones de belleza, pero aun así, aunque en breve comenzará su desescalada, su líder apuntaba que “me siento obligada a decir que este resultado provisional es frágil. Estamos sobre una capa fina de hielo, muy fina”. Y al escucharla, me venía a la cabeza la petición que hizo ayer, en la sesión parlamentaria, al presidente de España, Pedro Sánchez, donde pedía al resto de formaciones políticas que esperasen a conocer los verdaderos datos de todos los países para juzgar la actuación de España.
Yo creo que con “213.024 personas contagiadas, 22.157 fallecidos y 89.250 recuperados” (“El País”. 12.01 horas), es tiempo de seguir dirigiendo todos nuestros esfuerzos a salvar vidas y frenar la pandemia con todos nuestros recursos y todo nuestro apoyo y ayuda. No es tiempo de entrar en guerras dialécticas que no nos van a llevar a ningún lado, tampoco de ser cobardes y acusar desde el anonimato, convirtiendo las palabras en actos de odio, como mostraba una imagen que me pasaron ayer al móvil de una pintada en la Avenida de Valencia donde se podía leer “PSOE criminales”, y tampoco es tiempo de como decía ayer Sánchez utilizando un dicho italiano, “Piove, ¡porco Governo!”, porque recordando aquella señora que increpaba al señor de izquierdas en la cola del supermercado, ni los socialistas han traído al virus a España, como ella decía, ni la derecha francesa ha traído el virus a Francia.
El virus llego a nuestras vidas, siendo un gran desconocido, y por desgracia, como dice Sergio Sánchez Herráez, Doctor Especialista en Traumatología y Cirugía Ortopédica en un equipo de Covid-19 al “Diario de León”, “es un virus tan letal como desconocido que nos obliga a aprender sobre la marcha”.
Por lo que debemos centrarnos en unificar esfuerzos para frenar al bicho y marcar, todos juntos, la senda de la reconstrucción de nuestro país, dejando para cuando todo esto pase la tormenta de culpas, criticas, reproches…, que en plena batalla contra el COVID-19 no aportan nada más que abrir una brecha en el ánimo de la sociedad, que ahora más que nunca debe estar unida para vencer al virus.
Esta mañana mientras hacía mi repaso matutino a la prensa me he encontrado con una palabra que me ha recordado mis años de vivencias en “Villa Séneca”: “La Graciosa”. Resulta que aquella isla de la que tanto había oído hablar en mis años de Universidad por parte de mis amigos, los hermanos “Guimerá”, y que se convirtió en 2018 en la octava isla tras el reconocimiento del Senado, ahora resulta que “La Graciosa, la isla canaria sin síntomas que quiere inaugurar la desescalada”, (“El País”), y es que ninguno de los más de 700 habitantes que tiene ha presentado síntomas de coronavirus.
No podemos decir lo mismo en Caudete, que según informó, el 21 de abril, el Alcalde, Moisés López, “contamos con 47 caudetanos confinados en sus domicilios con el protocolo sanitario establecido, 3 caudetanos hospitalizados, 1 recuperado y 8 fallecidos” (“M.I Ayuntamiento de Caudete).
Según un artículo de "ABC", entre “Los municipios que más deberán extremar las precauciones con las salidas de niños”, se encuentra Caudete con un 16% de población de hasta 14 años (1.546 personas), de un total de 9.963 habitantes. Lo que si sumamos al número de menores un adulto para poder realizar el paseo nos encontramos que, a partir del domingo, 3.092 personas en Caudete podrán romper el confinamiento, una hora al día, para aliviar el encierro a los más pequeños.
Así que por favor, como ha dicho el Ministro de Sanidad, Salvador Illa, esta mañana, en rueda de prensa, “máxima prudencia”, a lo que yo añado máxima responsabilidad por parte de los adultos para que no le demos más alas de las que ya tiene en nuestro municipio el bicho.
Cierro mi “Diario de un Estado de Alarma” del día de hoy, recordando una frase del padre de nuestro querido Don Quijote de la Mancha, “confía en el tiempo, que suele dar dulces salidas a muchas amargas dificultades”. (“La gitanilla”. 1613).
Son muy de agradecer artículos como los de Claudia.
ResponderEliminarUds no entiendo cómo no escribe más con la facilidad que tiene su teclado.
EliminarMe sumo a Vicent, gracias Claudia por estas aportaciones mas aún en estos tiempos de arresto domiciliario.
ResponderEliminarSi se llevará a cabo test masivos como han prometido el gobierno, podríamos salir de esta situación, pero va a ser que NO, Lo cual podíamos añadirlo a las tantas chapuzas por cierto son muchas de este gobierno, tanto autonómico como central. Tendremos que aguantar, tragar y que sigan realizándolo tan mal como hasta ahora, eso sí con muchos bulos. Jajajaja jajajaja ah no que eso solo lo lleva a cabo los fascistas no me acordaba.
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