He de reconocer que esta semana se me ha pasado en un abrir y cerrar de ojos, tanto que ayer acabé preguntándole unas tres o cuatro veces a Toni: “¿hoy es viernes, verdad?”. Curioso, ahora que estoy a las puertas de dejar de estar confinada 24 horas durante algunos días de la semana, ahora, mi cuerpo y mi mente han adaptado la rutina del confinamiento a su vida, sin que el encierro cause ningún trauma en ellos.
A partir de mañana, los niños menores de 14 años podrán salir, una hora, a pasear a un kilómetro máximo de casa. La orden del Ministerio de Sanidad ya se encuentra publicada en el Boletín Oficial del Estado, y algunas ciudades costeras, como escuche anoche en el telediario, van abrir sus playas, que se encuentra cerradas desde el 14 de marzo, para que los niños puedan jugar en ellas.
En Caudete no tenemos playa, aunque sí zonas verdes donde poder pasear a nuestros pequeños, aunque prohibido zonas de columpios y juegos. Se supone que los parques, como el de enfrente de mi casa, deben seguir vacíos de vida, aunque sus principales usuarios puedan volver a la calle. En casa hemos decidido que aunque se nos permite salir todos los días, vamos a limitar, por el momento, dicho permiso a tres días de los siete que tiene la semana.
Julen, al igual que mamá, ha adaptado la rutina de confinamiento a su vida, y aunque al principio sí que tuvo alguna crisis, conforme han ido pasando los días del calendario de confinamiento aquellos difíciles momentos han desaparecido y sigue siendo el mismo niño inquieto, bailarín, soñador, curioso y parlanchín que era antes de que COVID-19 llegara a nuestras vidas. Para él, todo esto del Estado de Alarma, el bicho, el no poder salir de casa… es una aventura de esas que viven los personajes de sus cuentos, y encima una aventura dulce y divertida porque mamá y papá están ahí, los dos juntos, todo el día, para vivirla a su lado.
Por ahora, y de cara al lunes que será nuestro primer intento de salida a la calle, lo voy concienciando de todas las precauciones que tenemos que tomar, de la necesidad de no tocar nada, de todo lo que tendremos que hacer cuando volvamos a casa: lavarnos la mano, ducharnos, cambiarnos de ropa…
De todo ello, lo que mejor ha asimilado, además de lavarnos las manos, es la idea de la mascarilla, tanto que a veces cuando ve a alguien por el balcón que no la lleva me dice: “Mamá, ¿por qué va sin mascarilla? Le va a picar el bicho”. Julen tiene claro que para salir a la calle se tiene que poner esa mascarilla que “los chicos de la ambulancia”, como los llama él, Cruz Roja como los llamamos el resto de mortales, le trajeron el otro día a casa.
Que gran papel está jugando Cruz Roja Española institución humanitaria, de carácter voluntario y de interés público en esta crisis sanitaria que estamos viviendo en nuestro país. Y sino que se lo pregunten a las más de 400 personas que han sido ayudadas, por ellos, en nuestro municipio o a las “600 personas que habitan infraviviendas en Valencia sobreviven sin poder ganarse la vida gracia a la comida y la asistencia de un programa municipal que reciben de la Cruz Roja”. (“El País”).
Hablando de papeles cuando todo esto pase, la población en su conjunto debemos jugar un papel fundamental para la reconstrucción de nuestro país, a través, en gran parte, de la reconstrucción de nuestro propio municipio. Sería de ciegos no ser conscientes de que el llamado pequeño comercio es uno de los grandes afectados de la llegada del COVID-19 a nuestras vidas.
El Estado de Alarma provocó que muchos comercios tuvieran que bajar, por el momento, las persianas. Aun me llama a mí la atención ver a gente acercarse hasta la puerta de la Administración de Lotería y mirar entre sus cristales para ver si están dentro, pero no. Y es que al igual que la administración no reparte suerte desde hace ya cuarenta y dos días, los bares y restaurantes tienen sus sillas y mesas vacías, los secadores y las tijeras descansan en modo off en los carritos de las peluquerías y los tiendas repletas de ropa y estampados veraniegos esperan modelos de sus tallas para lucirlos… y así una gran lista de comercios y fábricas deseosos que la economía española deje de invernar como los osos lo hacen cuando llega el otoño a sus vidas y poder volver a poner en la puerta su cartel de “abierto”.
En ese momento, cuando la vida comercial comience a irrumpir de nuevo, será nuestro turno, el del ciudadano de a pie, que además de salir a la calle, tendremos que apostar por el pequeño comercio, porque como dice el eslogan de la campaña de FEDA, “NO OLVIDES A TU COMERCIO VECINO. Porque el pequeño comercio: crea empleo, genera otros negocios, contribuye a tu municipio, da vida a tu ciudad”.
Mientras aguardamos ese día en el que podamos volver a salir a la calle para arreglarnos esos pelos que el confinamiento nos ha causado, para renovar los armarios, para tomar unas cañas, para desayunar en la pastelería…, es el turno de la clase política, quien tiene que marcar las líneas y la senda para la reconstrucción del país, a nivel nacional, del municipio, a nivel local. Por eso me alegra leer que “Andalucía, Castilla y León y la Comunidad Valenciana apuestan por acuerdos con la oposición para hacer frente a la crisis del coronavirus”, y me produce tristeza leer que “Ayuso se desmarca de otros barones del PP y rechaza pactos con el PSOE” (“El País”).
En Caudete se desconoce por el momento si habrá una especie de “pacto a cinco” para la reconstrucción de nuestro municipio, y aunque todavía hay mucho camino por andar, y quizás lo que hoy parece negro, al día siguiente se puede convertir en blanco, algo me dice si tenemos en cuenta los siguientes titulares: “Anticipa tus compras, Campaña de Impulso al Comercio frente al COVID-19” (“M.I Ayuntamiento”), “El PSOE de Caudete propone un plan de choque para los negocios y comercios locales” y “CCD propone varias medidas para reactivar la economía local de Caudete, mermada por el COVID-19” (“Caudete Digital”), que por el momento, ni se espera, ni se prevé, porque aunque todos reman hacia el mismo objetivo, cada uno lo hace desde su propio barco y no en el mismo.
No voy a entrar a valorar que teléfono se encuentra mal descolgado y provoca la falta de comunicación entre unos y otros, eso que lo valore cada uno en su foro interno, pero lo que sí que creo que sería una pena perder esta oportunidad, ya no solo nacional, autonómica, sino también municipal, de demostrar que al igual que en su día el papel de los políticos fue muy importante para la llegada de la democracia española, también lo debe de ser en la reconstrucción de nuestro país después de una pandemia mundial que nos ha dejado, por el momento, “223.759 contagiados, 22.902 fallecidos y 95.708 recuperados” (“El País”. 16: 55 horas).
Y es que como decía la Ministra portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, “todos tendremos que ceder un poco, con generosidad y alturas de miras, dejando atrás lo que nos separa y buscando lo que nos une”, al igual que hubo un día que “el Partido Comunista dijo si a la Monarquía”. (“La Vanguardia”).
Por lo tanto, si un partido republicano en su día dijo “sí” al Rey y a la bandera roja y gualda porque era consciente de que su cesión significaba la mejor oportunidad para levantar el país tras una Dictadura, todas las formaciones políticas deberán sentarse, ceder y volver a decir “si” para reconstruir un país que se ha visto azotado por un virus llamado COVID-19.
Mañana será un bonito domingo de primavera para muchos niños y niñas, a sus padres, madres y cuidadores que les toca salir con ellos mucho ánimo, mucha responsabilidad y mucho cuidado, para que sigamos frenando al bicho, porque como apuntaba Fernando Simón, en la rueda de prensa, “no tendría sentido que por comportamientos incívicos e insolidarios tiremos por tierra lo logrado”.
Para el resto de mortales será otro domingo de Estado de Alarma, pero no será un domingo más, sino el domingo que cumplimos mes y medio confinados en nuestras casas luchando contra el bicho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario