lunes, 6 de abril de 2020

"Diario de un Estado de Alerta. Día 22", por Claudia Conejero. "Más de 12.000 investigadores españoles se han ido fuera por no encontrar empleo desde 2010”.

         
   Leía el otro día que cómo podíamos estar pensando en celebrar las Fiestas que forman parte de la cultura española de nuestro país con la que estaba cayendo. Cierto es que estamos viviendo momentos difíciles, muy difíciles como sociedad, pero quizás el intentar aparentar cierta normalidad en nuestro día a día, es lo que nos hace ser fuertes para continuar en nuestra lucha diaria contra el COVID-19 desde nuestros hogares.
El soñar con poder disfrutar de las Fallas de Valencia, de los Moros y Cristianos o de las hogueras de Alicante dentro de unos meses, nos da aliento para seguir en nuestro confinamiento pensando que si ahora nos quedamos en casa, en unos meses podremos disfrutar de la vida en todo su esplendor y de todas las celebraciones que forman parte de rico patrimonio cultural y artístico que alberga nuestro querido país, desde una punta a la otra de su geografía.
Hoy, ha comenzado la Semana Santa, pero como decía el titular del periódico “La Razón”, “Semana Santa sin procesiones, pero Semana Santa”. Y es que el calendario debe seguir su transcurrir normal y, por ello, estamos en Domingo de Ramos. 
Hoy tocaba subir a Santa Ana para la procesión de las Palmas y vestirnos, por la tarde, de capuchinos y “manolas” para participar en la procesión de las Dolores; pero sin embargo, COVID-19 ha provocado que la llama de la Semana Santa siga latente, pero en casa, conscientes de que nuestros tambores solamente sonarán en nuestros balcones este año, que las palmas lucirán en nuestras ventanas, que el traje de nazareno quedará guardado en el armario y que las monas nos la tendremos que comer en casa con nuestros compañeros de confinamiento y no con todos los amigos y familiares como siempre hemos hecho Pascuas tras Pascuas.
Según un estudio de la universidad de Brigham Young (EE.UU), en el año 2017, “la luz solar nos activa y da lugar a la producción de serotonina, una de las hormonas responsables de que nos sintamos felices”. 
Quizás sea por eso del buen tiempo que tenemos en este cuarto domingo de confinamiento, pero hoy veo la situación que estamos viviendo con las gafas del positivismo y creo que más pronto que tarde saldremos de este momento tan complicado que estamos viviendo, y como le decía esta mañana a una amiga, “saldremos reforzados como personas y como país”.
       Al sol puede que le acompañe en mi estado de ánimo, los datos que nos han dado esta mañana los expertos en la rueda de prensa
    Soy consciente de que siguen siendo malos, malísimos, pero en ellos se avista la idea de que vamos por el buen camino y que el final del túnel cada vez está más cerca. 674 fallecidos en las últimas 24 horas, la inferior desde el 26 de marzo y la primera vez que se baja de los 800 nuevos fallecidos en más de una semana”, aun así llevamos 12.418 lágrimas derramadas por cada una de las personas que ha perdido la vida por culpa del coronavirus en España. 
“Los nuevos positivos del domingo han sido 6.023, la cifra más baja desde el 22 de marzo, con un total de 130.759 positivos, pero se ha visto un repunte en el crecimiento de las personas ingresadas en los hospitales, 58.744 pacientes han precisado ingreso, 1.132 más que ayer. Mientras que los datos de curados son ya 38.080, un 29% de los que han dado positivo en las pruebas” (“El País”. 13:59 horas).
O quizás sea la noticia de que “Turquía permitirá el envío de los respiradores comprados por España”, de “El País”, y que ha adelantado la Ministra de Exteriores, Arancha González Laya en Twitter y que según fuentes del ministerio “llegará a España en las próximas horas” y una parte de ellos irán a los hospitales de nuestra Comunidad Autónoma; o que todavía retumban en mi cabeza las palabras del ministro de Ciencia, Pedro Duque, “antes del final de abril tendremos un primer candidato a vacuna del coronavirus”. 
Soy consciente que el camino para que dicha vacuna sea una realidad completa será mucho más largo que lo que va a durar nuestro Estado de Alarma, pero si no tenemos una pala que vaya marcando dicho camino, nunca tendremos un camino por el que andar.
       Cuando oía el otro día la rueda de prensa me venía a la mente lo poco que habíamos cuidado en este país a los científicos, a quienes les ha pasado algo parecido a los profesionales sanitarios, les recortábamos con las tijeras, y ahora les suplicamos que cosan sin tener ni aguja ni hilo para hacerlo.
 En el año 2017, la Confederación de Sociedades Científicas de España denunciaba que “desde el año 2009, se había dado un recorte de 20.000 millones en ciencia”, y según “El Economista” en octubre de 2018,más de 12.000 investigadores españoles se han ido fuera por no encontrar empleo desde 2010”.
Ojalá estos malos momentos que vivimos en nuestro país nos sirvan no solo para hacernos mejor personas, no solo para “cuidar” más como sociedad a los profesionales sanitarios y al sistema nacional de salud, sino también para valorar más y ser conscientes de que la Ciencia está al servicio de la sociedad y que como decía Louis Pasteur, “la ciencia es el alma de la prosperidad de las naciones y la fuente de todo progreso”.
        Pero mientras vamos aprendiendo todas esas lecciones de vida que la crisis sanitaria nos tiene preparadas, debemos continuar quedándonos en casa, un día tras otro, y así hasta que el Estado de Alarma desaparezca del país, porque entonces su desaparición significará que la sociedad en su conjunto habrá vencido al bicho, los ciudadanos de a pie desde sus casas, los profesionales sanitarios desde los hospitales y los científicos desde sus laboratorios. 
Una tarde más mucho ánimo y fuerza para esta nueva semana que tenemos por delante, y recordar que no se puede salir a la calle si no es estrictamente necesario.
Caudete, 05/04/2020 17:38 horas del vigésimo segundo día de “Estado de Alarma” #yomequedoencasa

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