Nos quisisteis tanto ....que nos hicisteis débiles.
Reservasteis para vosotros los malos tragos, las maletas de cartón, las medias suelas en los zapatos. Aguantasteis guerras y posguerras, el hambre en pucheros de miseria, los piojos, los sabañones, el miedo pegado a la mirilla, las casas llenas de fotos tristes.
Vestisteis un luto tras otro, la mirada baja, las manos heladas. Subisteis a trenes negrísimos, kilómetros en vagón de tercera, vendimias, fábricas inmensas, lluvias que enlazaban con más lluvia, inviernos que duraban todo el año.
Y todo eso fue para sobrevivir y dar la entrada de un piso, para regalarnos una cuna con colchón de lana, un cubierto con nuestras iniciales, un pupitre en la escuela, unos patines, una tarta de cumpleaños, un juguete -o dos- de los Reyes Magos, una quincena en la playa. Y todo eso fue para que nosotros tuviéramos un paquete de pipas, unas botas de agua, una canción dedicada en la radio.
Nos mimasteis como ni vosotros mismos sabíais que podíais amar.
Nos llenasteis el bolsillo con propinas de cinco duros, nos enseñasteis el verbo estrenar para el domingo de Ramos, para las bodas y las comuniones, nos comprasteis la mochila para los campamentos y os estirasteis para apuntarnos a actividades extraescolares.
Enterrasteis a vuestros muertos con paladas de llanto y silencio.
A nosotros nos lo pusisteis fácil con una póliza de decesos con la que deciros adiós sin mancharnos de tierra. A nosotros nos inundasteis de ColaCao el tazón del desayuno y de naranjada el vaso de la merienda.
Nosotros, escolares de bollo y chocolatina, nunca conocimos qué era repartirse un huevo frito en la cena, ni sospechamos que unas décadas atrás la gente saliera de casa con un bocadillos envuelto en periódico camino del tajo y luego, con el cansancio de la jornada, estudiaba en cursos nocturnos para adultos.
Salimos malcriados. Los zurcidos quedaban en vuestros calcetines, en los abrigos a los que dabais la vuelta para alargarles la vida. Salimos blandos para la contrariedad.
Para nosotros la aspereza de la supervivencia era una aventura de personajes de película que siempre terminaba bien. Creímos que luchar y reivindicar se limitaba a salir a la calle en determinadas fechas con una pancarta.
Creímos que el bienestar heredado de vosotros era una conquista vitalicia. Creímos que comeríamos hojas tiernas toda la vida, que las duras ya las habíais sufrido vosotros.
Creímos que nuestros hijos tendrían el mundo a sus pies a golpe de ratón, en un ascenso imparable para disfrutar de más comodidades y servicios y, además, antes que nadie.
Nos quisisteis tanto que nos hicisteis débiles.
La musculatura de carpetas plastificadas no nos sirve para afrontar la dificultad. Necesitamos prótesis de sinergias, empatías y esos apoyos que vosotros, cuando venían mal dadas, simplemente llamabais solidaridad, compañerismo y compromiso colectivo.
Pero a nosotros, ebrios de másteres y de titulaciones, nos viene grande el papel de la responsabilidad. Por eso nos cuesta tanto asumir este viraje tremendo de la convivencia a nivel mundial en el que fracasan nuestras reglas egoístas de mirar cada cual por lo suyo y, si se puede, robar al vecino más indefenso.
Desde donde os halléis, padres y abuelos, si os dais una vuelta por aquí os escandalizarán nuestras prisiones gestadas en convenios de poltrona y pérdida de derechos. Sin duda os indignará que seamos tan blandengues y manipulables y que desde el conformismo del qué le vamos a hacer y de la cómoda no incumbencia, hayamos permitido que se machacara lo público.
Y vosotros que nos quisisteis tanto, regresaréis a vuestras tumbas complacidos de no depender de nosotros, de nuestros putos móviles, de nuestra académica incultura y de nuestra medular insensatez.
Sin palabras. Destila verdad
ResponderEliminarPues yo también coincido con "Anónimo 16 abril 22.35", aunque no es posible generalizar nunca. Tengo familiares y conocidos nacidos en los ochenta bien luchadores que prefieren un trabajo malpagado a vivir de "paguicas", o que no solicitan "ayudas"a servicios sociales por pensar que hay gente más necesitada.
EliminarTambién tengo familiares y conocidos bastante maduritos que llevan toda su vida "trampeando", escaqueándose de las ofertas de empleo para que no les quiten SU prestación/pensioncilla/ayuda, y dedicándose a trabajos de economía sumergida.
Hace poco me enteré de un tipo de engaño bochornoso: parejas (sin "papeles") en la que la madre ("en paro") se declara familia monoparental para recibir ayuda de servicios sociales. O sea, que debe haber múltiples formas de hacer trampa.
Qué decir de los muchos negocios subvencionados de "emprendedores" que cierran en cuanto acaba la permanencia, de empresas que cambian de nombre, que dan de baja a sus empleados en vacaciones, que no declaran realmente sus ingresos...
Todas estas situaciones y artimañas ocurren gobierne quien gobierne, está más que comprobado. No sé si habrá existido, existe o existirá un político con un pasado limpio, una gestión impecable durante su cargo, y ningún desliz posterior.
En fin, espero que con los miles
/millones de empresas/autónomos/trabajadores en ERTEs y con esa renta básica vital que seguramente va a establecerse, España pueda aguantar.
Los que puedan seguir trabajando van a tener que sustentar, con sus impuestos y reducción de sueldos, gran parte de esta gran crisis. Sobre todo los que tienen todos sus ingresos legales o declarados.
Y mientras espero que sigan aquí nuestros mayores. Y que podamos ir a visitarlos y puedan salir. A propósito, no he oído hablar mucho de la situación de los que están encerrados solos en sus casas, sin wasaps,videollamadas o internet, a quienes literalmente les han robado el mes de abril, de marzo y no tienen fecha de salida. Personas que,a pesar de su edad, están lúcidas y salían todos los días a hacer la compra ,a gimnasia, a la piscina, al campico, veían a sus hijos/nietos o bisnietos...
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EliminarPrecioso!!! Me encanto mucho
ResponderEliminarY ahora en la tumba y sin derecho a entierro. Bonito poema.
ResponderEliminarMagistral
ResponderEliminarPrecioso el articulo, pero no confundir débil con cobarde por favor. Y la generación a la que alude, no somos débiles, siempre hemos luchado, más o menos, los verdaderamente cobardes, son la generación nacida de los años de democracia, que están viviendo del cuento, y no piensan que hay un mañana. Esos son los que se han pasado los derechos ganados con sangre, y los esfuerzos de nuestros mayores, por el forro. Esos son los que están tirando por la borda todo su futuro y de rebote el nuestro también, que estan muy a gustito con la paguica de inserción sin preocuparse de que mañana no tendrá pensión de jubilación entre otras muchas cosas.
ResponderEliminarEsos son los cobardes, que prefieren el sofá de casa, antes que su futuro, los ninis, de los ochenta hasta hoy.
Yo escribí NOS HICISTEIS DÉBILES. Me llamo Victoria Trigo Bello. Lo publiqué en mi muro de Facebook el 31 de marzo de 2020 y desde entonces ha sido muy divulgado, no siempre citándome como autora. Podéis rastrear este escrito en Internet. Fue publicado en Diario del Alto Aragón. Me alegra que os guste el texto. Un saludo desde Zaragoza
ResponderEliminarHola. Me gusto tu artículo y lo publique en mi blog. Siempre serás bien recibida en Caudete. Ahora que se tu nombre te seguiré en internet. Muchas gracias por habernos hecho participes de tu artículo. Un beso a la gente que escribe bien....¡como tú!
EliminarGracias, Chimo. Me gustaría que mi nombre figurara en esta publicación. Saludos cordiales a ti y a todo el personal de Caudete
ResponderEliminarExcelente vídeo que refleja una realidad ignorada por muchos...
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