jueves, 9 de abril de 2020

Paradojas de la Globalización", por Óscar de Caso. "En el reparto de la riqueza, la Globalización no es para tirar cohetes"

En los primeros decenios del siglo XXI, la discusión política muestra un particular carácter paradójico y un hecho llamativo. Por un lado, nunca fue tan sencillo poder lograr un mundo donde la riqueza estuviese mejor repartida. 

La globalización de las comunicaciones permitiría tener una cumplida información de lo que ocurre en nuestro planeta. Otra vez nos encontramos que entre lo que se puede hacer y lo que se hace existen dos caminos muy diferentes.

          Lo paradójicamente trágico puede ser demostrable, escribamos el ejemplo: un terremoto ocurrido en diciembre de 2004 en el este de Asia generó un tsunami gigantesco acabando con la vida de 200.000 seres humanos. Lo lamentable es que esta mortandad pudiera haber sido de mucha menor magnitud. 

    La descomunal ola generada se demoró cuatro horas en llegar a la costa; si se hubiese alertado a la población con treinta minutos de anticipación a la llegada de la misma, la catástrofe, sin duda, se hubiera evitado en gran medida. 
Pero nadie avisó de ello. Los Estados Unidos gracias a sus medios tecnológicos de predicción evacuaron la base de Diego García en el Índico. Pero no tuvieron la amabilidad de compartir dicha información.

          En el apartado al  que se refieren las bondades de la globalización  en el reparto de riqueza, escribiré sobre el informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo que no es, ni mucho menos, para tirar cohetes: hambrunas; precarización del trabajo en condiciones de casi semiesclavitud; enfermedades contagiosas que  habían desaparecido y brotan de nuevo; desigualdades sociales extremas, y aumentando; ninguneo a las decisiones de las instancias internacionales; del deterioro medio ambiental, ni escribimos.

          Seguidamente transcribiré unos párrafos del reconocido sociólogo alemán Ulrich Beck (1944-2015) de su libro “Qué es la globalización, Falacias del globalismo, respuestas de la globalización”. Aquí se lo dejo, benditos lectores: “Quien viendo el paro masivo y la rápida precarización del trabajo proclama el ideal del pleno empleo, se burla de la gente. 

       Quien en los países donde la tasa media de natalidad se ha reducido a un ominoso 1,3% proclama que las pensiones están aseguradas, se burla de la gente. 
Quien a la vista del dramático retroceso del impuesto de actividades económicas loa  la globalización, se burla de la gente. 

  Quien viendo los conflictos que estallan en las sociedades étnicamente plurales predica los ideales del amor multicultural al prójimo, se burla de la gente. 

Quien en la era de las catástrofes medioambientales y las intoxicaciones alimentarias en marcha o inminentes, proclama que la técnica y la industria solucionan los problemas creados por la técnica, se burla de la gente.

          Nunca antes en la historia las esperanzas de la gente habían estado por debajo de las expectativas. Cambiar se identifica con empeorar. El mejor de los mundos posibles es un sarcasmo. Un ejemplo: la globalización de la actual crisis sanitaria por el coronavirus.
          “Si no fos per tu” (Si no fuese por ti) es una ingeniosa canción donde Serrat opone su figura privada y desdobla su personalidad en dos, confrontándolas y estableciendo un juego de luces y de sombras entre una y otra. Ambas conviven y se necesitan. 

Está contenida en el disco “Material Sensible” de 1989.Como curiosidad, señalaré (creo no equivocarme) que fue la primera canción que el cantautor grabó en videoclip. En él se disfraza de un sinfín de oficios.

Si no fuera por ti, me hubiera muerto de hambre
antes de perder la salud;
si no fuera por ti, que me pones el plato en la mesa
cuando otros por toda ayuda
dan buenos consejos
y sabias palabras
y te dejan solo y en ayunas.

Me esperaba el triste final de la cigarra
si no fuera por ti.

Si no fuera por ti, seguro que no tendría
donde hundir las raíces
ni un cobertizo donde estar ni una buena guía
para ir y volver al séptimo cielo
y los hijos que escampase
no los conocería,
nada mio viviría en nadie.

Yo sería otro y nadie lo sabría
si no fuera por ti.

Si no fuera por ti, que recoges los pedazos
después de la tempestad
y me haces compañía cuando ladran los perros
en el corazón de la ciudad,
tú que del espejo
ojerosa me miras
riñéndome de buena mañana

por maltratar una vida que nunca tendrías
si no fuera por mi.

Si no fuera por mi, ¿quién te rescataría
de tanta vulgaridad?
Trabajos, compromisos, rutinas, familia,
municipio y sindicato.
Es por eso que me das
crédito y protección,
casa, mujer, pan y abrigo

Ya me explicarás quién serías sin
tu íntimo enemigo.






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