Había una cadena de Televisión Americana, la CNN, que todos sus Informativos los acababa con una sección de imágenes sin voz que titulaba "No Comment". En español "Sin comentarios". Las imágenes de los profesionales de la sanidad tirados por los pasillos hubieran cerrado más de un Informativo de esta Cadena que hubieran dado varias veces la vuelta al mundo.
Si quienes nos tienen que salvar están en semejante situación.... apañados vamos. Más de 15.000 sanitarios de baja por el efecto del coronavirus, amén del estrés, la ansiedad, el insomnio y el cansancio que ponen en evidencia la falta de previsión y coordinación que ha habido a la hora de atajar la pandemia.
El hijo de un amigo es enfermero en un Hospital público. Hace dos semanas ya me puso en antecedentes del cáos organizativo y de la falta de medios. Tentado estuvo en decirle que se volviera a casa. Como padre ....estaba justificado su temor. Su hijo, ¡que ama la profesión!, ha continuado trabajando en situaciones extremas.
Hemos dicho hasta la saciedad que tenemos la "mejor sanidad publica del mundo" cuando lo cierto es que si de algo podemos presumir, a partir de hoy, es de tener "los mejores y más valorados profesionales sanitarios del mundo". La imagen es descorazonadora. Y, tras finalizar la jornada de trabajo, vuélvete a tu casa con el riesgo de contaminar a tus familiares. ¡Unos auténticos héroes!
El Ministerio de Sanidad esta desaparecido en combate. No solo a las Autonomías les ha venido grande esta pandemia. La gestión de compra de materiales sanitarios, una cuestión básica para salir de la crisis, ha resultado un auténtico esperpento. La OMS avisó reiteradas veces de la que se nos venía encima. Actuamos como en el cuento de "Juan y el lobo" cuando ¡¡¡ya sabíamos lo que estaba ocurriendo en China!!!!
Se empezó por estigmatizar a los profesionales de la información que hablaban claro, como Iker Jiménez con su Programa Cuarto Milenio o a Carlos Herra en la Cope. A Alfonso Ussia no le publicaron en La Razón un artículo porque denunciaba la inoperancia del Gobierno con el coronavirus.....
Las preguntas de los periodistas, tras las ruedas de prensa de Pedro Sánchez, se silenciaban. Las feministas salieron, hace hoy un mes, a la calle con consignas como "El único virus peligroso es tu machismo".... Al drama de la muerte en soledad, súmale que, sin haberle practicado la autopsia, tienes que enterrar a un familiar casi a escondidas sin poder darle una despedida cristiana y digna.
¡A nadie que le pase!
Original cuento de "Juan y el lobo".
(De la página GEEDS, Grupo de Energía, Economía y Dinámica de Sistemas, formado por un grupo de profesores e investigadores con preparación en el estudio de temas ambientales)
Si quienes nos tienen que salvar están en semejante situación.... apañados vamos. Más de 15.000 sanitarios de baja por el efecto del coronavirus, amén del estrés, la ansiedad, el insomnio y el cansancio que ponen en evidencia la falta de previsión y coordinación que ha habido a la hora de atajar la pandemia.
El hijo de un amigo es enfermero en un Hospital público. Hace dos semanas ya me puso en antecedentes del cáos organizativo y de la falta de medios. Tentado estuvo en decirle que se volviera a casa. Como padre ....estaba justificado su temor. Su hijo, ¡que ama la profesión!, ha continuado trabajando en situaciones extremas.
Hemos dicho hasta la saciedad que tenemos la "mejor sanidad publica del mundo" cuando lo cierto es que si de algo podemos presumir, a partir de hoy, es de tener "los mejores y más valorados profesionales sanitarios del mundo". La imagen es descorazonadora. Y, tras finalizar la jornada de trabajo, vuélvete a tu casa con el riesgo de contaminar a tus familiares. ¡Unos auténticos héroes!
El Ministerio de Sanidad esta desaparecido en combate. No solo a las Autonomías les ha venido grande esta pandemia. La gestión de compra de materiales sanitarios, una cuestión básica para salir de la crisis, ha resultado un auténtico esperpento. La OMS avisó reiteradas veces de la que se nos venía encima. Actuamos como en el cuento de "Juan y el lobo" cuando ¡¡¡ya sabíamos lo que estaba ocurriendo en China!!!!
Se empezó por estigmatizar a los profesionales de la información que hablaban claro, como Iker Jiménez con su Programa Cuarto Milenio o a Carlos Herra en la Cope. A Alfonso Ussia no le publicaron en La Razón un artículo porque denunciaba la inoperancia del Gobierno con el coronavirus.....
Las preguntas de los periodistas, tras las ruedas de prensa de Pedro Sánchez, se silenciaban. Las feministas salieron, hace hoy un mes, a la calle con consignas como "El único virus peligroso es tu machismo".... Al drama de la muerte en soledad, súmale que, sin haberle practicado la autopsia, tienes que enterrar a un familiar casi a escondidas sin poder darle una despedida cristiana y digna.
¡A nadie que le pase!
Original cuento de "Juan y el lobo".
(De la página GEEDS, Grupo de Energía, Economía y Dinámica de Sistemas, formado por un grupo de profesores e investigadores con preparación en el estudio de temas ambientales)
"Juan cuidaba su rebaño, cuando, un día, vio venir a lo lejos, muy lejos, un lobo negro. Se dio cuenta enseguida de quién era ese lobo. Cuando le contó a su padre D. Perfecto la extraña visión y cómo temía que el lobo se comiera todas sus ovejas, su padre se rió de él.
Juan, he estado días oteando el horizonte y yo no veo nada en absoluto. Ese lobo que tú ves no existe, no hay escasez de petróleo, convéncete. Mira, ya sé que dices que tenemos que cambiar de modo de vida, cambiar de raíz esta sociedad consumista que parece tan contradictoria, pero no tienes razón.
Esta sociedad que a ti te parece tan despilfarradora es la que permite que tú tengas una educación mucho mejor que la que mi padre pudo darme en toda su vida, una casa decente, una alimentación que hace que no hayas conocido ni un solo día de tu vida el hambre que yo pasé en mi niñez.
El consumo es necesario para que la economía crezca, tenemos que trabajar todos y arrimar el hombro para que el sistema económico se mantenga y no caigamos en la recesión y el desempleo. Ya se han probado otros sistemas económicos como el comunismo y sólo han conseguido multiplicar la pobreza y la tiranía. Ya sé que es difícil de entender este sistema consumista a veces, pero las reglas de la economía no parecen lógicas a los profanos.
Su abuela Modesta estaba de acuerdo con Juan. Yo ya no veo bien de lejos, hijo, pero en mis tiempos no se tiraba nada, todo servía para algo, y yo no entiendo esta forma de vida de ahora: se compra un plato de plástico para tirarlo al día siguiente, se te hace un roto en un jersey y tiras el jersey, te cansas de los zapatos y los tiras a la basura. Eso no puede ser bueno, no señor, no es fundamento, el ahorro es una virtud. Además yo no entiendo las razones de tu padre, a mi me parece que si sacas petróleo y no metes nunca, un día se te queda vacío el cántaro. ¿Para qué hace falta tanto coche, tanto comprar sin necesidad? No está bien derrochar las cosas, si no se necesita no se gasta.
Juan reflexionaba una y otra vez sobre aquel lobo que veía en el horizonte, sentado solo en su roca. Los amigos empezaron a rehuirle, estropeaba todas las fiestas, siempre hablaba de lo mismo. Empezó a adoptar extrañar costumbres como ir en bicicleta para no gastar gasolina, calentar su casa con extraños artilugios solares, comprar pocas cosas y plantar árboles.
Todo ello desagradaba a sus amigos. Su actitud moralista era muy mal recibida ¿qué se creía Juan?¿que era mejor que ellos?...¿podía estar todo el día amargándoles la fiesta y haciéndoles sentir culpables de todos los desastres del planeta?....¿no tenía ellos suficientes problemas para aguantar a Juan? Además, las predicciones catastrofistas de Juan nunca se cumplían. Era cierto que las fiestas consumistas dejaban los campos llenos de basura, pero luego mal que bien lo terminaban barriendo.
Los bosques y los ríos iban perdiendo parte de su belleza, porque las basuras terminaban asomando, hacía más calor y las tormentas eran más frecuentes, pero todavía quedaba mucho campo. Y, además, ya habían pasado varios años y el lobo aquel de Juan solamente lo veía él.
Pasaron los años y, cuando todo el mundo se había olvidado del lobo, una extraña sombra empezó a aparecer por los campos. De repente todo empezó a ser más caro: el pan, la gasolina, el pescado, la leche. Empezó a hablarse de crisis. Las cosas empezaron a ponerse muy mal y nadie sabía por qué: la crisis parecía no terminar nunca, el paro no hacía más que crecer, el trabajo era precario y mal pagado, y, a pesar de todo, los hombres de los pueblos vecinos seguían viniendo a nuestras costas muertos de hambre.
También aparecieron extrañas guerras. Era complicado entender por qué había que invadir los países que producían petróleo, si todo el mundo decía que había suficiente para muchos años y, cuando se acabase, los industriales y los científicos tenían guardado en un cajón un aparato que resolvería todos los problemas y sacaría energía del agua.
D. Perfecto empezó a reflexionar y llegó a la conclusión de que su hijo tenía razón. Había estado engañado todos estos años: el lobo existía, ya empezaba a verlo, y además, ¿cómo había podido ser tan iluso? los lobos siempre están detrás de las ovejas ¿cómo se había podido dejar engañar tan tontamente? Además se enteró de que no había ningún invento milagroso escondido en el cajón. Todo lo que tenían era algunos planos de inventos solares, parecidos a los de Juan, pero llevaría años convertirlos en la maravillosa fuente de energía que era el petróleo.
También habían estado años investigando en cómo sacar energía del agua, pero, después de gastar millones, no lo habían conseguido y decían que les llevaría otros 40 años, mientras el lobo estaba ya ahí, muy cerca del pueblo.
El lobo…¡los lobos! porque había más de uno. Al lobo petróleo se sumaba el lobo bosques, el lobo agua, el lobo biodiversidad, el lobo colapso de pesquerías, el lobo desierto, el lobo contaminación y cambio climático. ¡Había una manada entera de lobos esperando caer sobre ellos!
Las comodidades y los avances que tanto valoraba D. Perfecto estaban en peligro, la codicia de este sistema económico había consumido en una gran fiesta el preciado tesoro fósil y todos los recursos. No podían confiar en su deslumbrante tecnología, la tecnología había sido posible gracias a la energía barata, sin ella iba a ser mucho más penoso destinar tanto dinero a investigación, a extraer metales raros y a hacer sofisticados mecanismos.
Además, ni siquiera se había investigado en lo realmente importante. Les habían llenado las casas de deslumbrantes y novísimos teléfonos móviles, GPS’s, televisores de plasma y videoconsolas de última generación y no se habían ocupado de lo fundamental, de lo más importante: de cómo conseguir la energía para mover todos aquellos aparatos. Ahora había que empezar a desarrollar esa tecnología realmente útil a marchas forzadas, cuando ya todo era más caro, más difícil y más costoso. ¿Cómo podía estar todo tan mal pensado?
D. Perfecto lo veía muy claro ahora. Para ser un recto ciudadano, como había intentado ser toda su vida, debía romper con el sistema, cambiarlo, regenerarlo de raíz. La democracia, la educación, la paz, la sanidad, la agricultura y la industria debían salvarse y eso sólo era posible matando al consumismo....."
Juan, he estado días oteando el horizonte y yo no veo nada en absoluto. Ese lobo que tú ves no existe, no hay escasez de petróleo, convéncete. Mira, ya sé que dices que tenemos que cambiar de modo de vida, cambiar de raíz esta sociedad consumista que parece tan contradictoria, pero no tienes razón.
Esta sociedad que a ti te parece tan despilfarradora es la que permite que tú tengas una educación mucho mejor que la que mi padre pudo darme en toda su vida, una casa decente, una alimentación que hace que no hayas conocido ni un solo día de tu vida el hambre que yo pasé en mi niñez.
El consumo es necesario para que la economía crezca, tenemos que trabajar todos y arrimar el hombro para que el sistema económico se mantenga y no caigamos en la recesión y el desempleo. Ya se han probado otros sistemas económicos como el comunismo y sólo han conseguido multiplicar la pobreza y la tiranía. Ya sé que es difícil de entender este sistema consumista a veces, pero las reglas de la economía no parecen lógicas a los profanos.
Su abuela Modesta estaba de acuerdo con Juan. Yo ya no veo bien de lejos, hijo, pero en mis tiempos no se tiraba nada, todo servía para algo, y yo no entiendo esta forma de vida de ahora: se compra un plato de plástico para tirarlo al día siguiente, se te hace un roto en un jersey y tiras el jersey, te cansas de los zapatos y los tiras a la basura. Eso no puede ser bueno, no señor, no es fundamento, el ahorro es una virtud. Además yo no entiendo las razones de tu padre, a mi me parece que si sacas petróleo y no metes nunca, un día se te queda vacío el cántaro. ¿Para qué hace falta tanto coche, tanto comprar sin necesidad? No está bien derrochar las cosas, si no se necesita no se gasta.
Juan reflexionaba una y otra vez sobre aquel lobo que veía en el horizonte, sentado solo en su roca. Los amigos empezaron a rehuirle, estropeaba todas las fiestas, siempre hablaba de lo mismo. Empezó a adoptar extrañar costumbres como ir en bicicleta para no gastar gasolina, calentar su casa con extraños artilugios solares, comprar pocas cosas y plantar árboles.
Todo ello desagradaba a sus amigos. Su actitud moralista era muy mal recibida ¿qué se creía Juan?¿que era mejor que ellos?...¿podía estar todo el día amargándoles la fiesta y haciéndoles sentir culpables de todos los desastres del planeta?....¿no tenía ellos suficientes problemas para aguantar a Juan? Además, las predicciones catastrofistas de Juan nunca se cumplían. Era cierto que las fiestas consumistas dejaban los campos llenos de basura, pero luego mal que bien lo terminaban barriendo.
Los bosques y los ríos iban perdiendo parte de su belleza, porque las basuras terminaban asomando, hacía más calor y las tormentas eran más frecuentes, pero todavía quedaba mucho campo. Y, además, ya habían pasado varios años y el lobo aquel de Juan solamente lo veía él.
Pasaron los años y, cuando todo el mundo se había olvidado del lobo, una extraña sombra empezó a aparecer por los campos. De repente todo empezó a ser más caro: el pan, la gasolina, el pescado, la leche. Empezó a hablarse de crisis. Las cosas empezaron a ponerse muy mal y nadie sabía por qué: la crisis parecía no terminar nunca, el paro no hacía más que crecer, el trabajo era precario y mal pagado, y, a pesar de todo, los hombres de los pueblos vecinos seguían viniendo a nuestras costas muertos de hambre.
También aparecieron extrañas guerras. Era complicado entender por qué había que invadir los países que producían petróleo, si todo el mundo decía que había suficiente para muchos años y, cuando se acabase, los industriales y los científicos tenían guardado en un cajón un aparato que resolvería todos los problemas y sacaría energía del agua.
D. Perfecto empezó a reflexionar y llegó a la conclusión de que su hijo tenía razón. Había estado engañado todos estos años: el lobo existía, ya empezaba a verlo, y además, ¿cómo había podido ser tan iluso? los lobos siempre están detrás de las ovejas ¿cómo se había podido dejar engañar tan tontamente? Además se enteró de que no había ningún invento milagroso escondido en el cajón. Todo lo que tenían era algunos planos de inventos solares, parecidos a los de Juan, pero llevaría años convertirlos en la maravillosa fuente de energía que era el petróleo.
También habían estado años investigando en cómo sacar energía del agua, pero, después de gastar millones, no lo habían conseguido y decían que les llevaría otros 40 años, mientras el lobo estaba ya ahí, muy cerca del pueblo.
El lobo…¡los lobos! porque había más de uno. Al lobo petróleo se sumaba el lobo bosques, el lobo agua, el lobo biodiversidad, el lobo colapso de pesquerías, el lobo desierto, el lobo contaminación y cambio climático. ¡Había una manada entera de lobos esperando caer sobre ellos!
Las comodidades y los avances que tanto valoraba D. Perfecto estaban en peligro, la codicia de este sistema económico había consumido en una gran fiesta el preciado tesoro fósil y todos los recursos. No podían confiar en su deslumbrante tecnología, la tecnología había sido posible gracias a la energía barata, sin ella iba a ser mucho más penoso destinar tanto dinero a investigación, a extraer metales raros y a hacer sofisticados mecanismos.
Además, ni siquiera se había investigado en lo realmente importante. Les habían llenado las casas de deslumbrantes y novísimos teléfonos móviles, GPS’s, televisores de plasma y videoconsolas de última generación y no se habían ocupado de lo fundamental, de lo más importante: de cómo conseguir la energía para mover todos aquellos aparatos. Ahora había que empezar a desarrollar esa tecnología realmente útil a marchas forzadas, cuando ya todo era más caro, más difícil y más costoso. ¿Cómo podía estar todo tan mal pensado?
D. Perfecto lo veía muy claro ahora. Para ser un recto ciudadano, como había intentado ser toda su vida, debía romper con el sistema, cambiarlo, regenerarlo de raíz. La democracia, la educación, la paz, la sanidad, la agricultura y la industria debían salvarse y eso sólo era posible matando al consumismo....."
Nos toca responder a una pregunta: ¿Capitalismo salvaje o civilización humana? Cada cual que haga sus deberes.
ResponderEliminarYa queda un día menos.
A mal de muchos consuelo de tontos, ¿DE DONDE HA VENIDO ESTA PANDEMIA? ¿QUIEN ESTA HACIENDO NEGOCIO? ¿QUE PAIS ESTA HACIENDO EL AGOSTO?
EliminarCreo que hay virus que cada 20 años más o menos mutan.
EliminarSobre rollos conspiranoicos no tengo información, como tú.
Empecemos desde esta experiencia. Abramos los ojos, que nuestros políticos y demás allegados saben muy bien como "engatusarnos". No lo permitamos más.
ResponderEliminarChimo, gracias por acordarte de todas las personas que con su trabajo hacen posible que en momentos difíciles la alimentación, el transporte, la limpieza, la seguridad, la sanidad, .… sigan funcionando.
ResponderEliminarMi hijo, desde que termino sus estudios ha ido enlazando contratos basura hasta el punto de estar decidido a firmar un contrato con la Sanidad Noruega, al empezar la pandemia fue llamado por la bolsa de trabajo a un hospital. Cuando nos comentó las condiciones en las que tenía que trabajar mi consejo inmediato fue que renunciara, a lo que se negó, les ha tocado cuidar a infecciosos del COVID-19 con mascarillas quirúrgicas, sin gafas, sin gorro, sin calzas, con batas no adecuadas…, todo por la falta de previsión e incompetencia de los administradores, el resultado es más de 20.000 sanitarios infectados, del turno de mi hijo tres con una compañera en la UCI.
Y en esta situación de padre entre orgulloso y aterrorizado me pregunto por qué permitimos que tengan que ser héroes personas que solo quieren ser profesionales.
Cuando todo esto pase ya no se aplauda desde los balcones, ni se baile por los pasillos y tengan que emigrar haciendo falta aquí ¿lo permitiremos?
En fin, dudas de un padre atribulado.
Salud
Y la gente sigue defendiento a estos administradores de nuestro dinero......
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