lunes, 4 de mayo de 2020

"Diario de un Estado de Alarma. Día 51". "Se disparan las multas en Madrid en la "fase 0" de la desescalada".

     Han pasado cincuenta y dos días de aquella tarde de sábado cuando el Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció que al día siguiente, 15 de marzo, en España entraría en vigor el Estado de Alarma y con él la restricción de la ciudadanía a salir a la calle. Cincuenta y un días después continuamos en estado de alarma, con “218.011 positivos por PCR, 25.428 fallecidos y 121.343 recuperados en España”, mientras que en el Mundo hay un total de “3.507.969 diagnosticados, 247.661 fallecidos y 1.130. 353 recuperados” (“El País”. 15:08 horas), pero ya no en un confinamiento total, sino en la fase 0, en el inicio de la denominada “desescalada”.
    “España inicia la fase 0 con las peluquerías como avanzadilla: “Los cliente estaban desesperados” (“El País”). Ayer, por la tarde, se publicó en el BOE, la Orden del Ministerio de Sanidad por la que se establecen las condiciones para la apertura al público de determinados comercios y servicios, y la apertura de archivos, así como para la práctica del deporte profesional y federado.
      Diez páginas que venían a decirnos, básicamente casi lo mismo que habían ya anunciado a lo largo de toda la semana: apertura de establecimientos cuya superficie sea inferior a 400 metros cuadrados, con cita previa, un cliente por trabajador, sin sala de espera, horario preferente para mayores de 65 años coincidiendo con sus franjas horarias, limpieza de al menos dos veces al día, desinfección de las instalaciones, uso de mascarillas si no se puede garantizar la distancia de seguridad; servicio de entrega a domicilio y recogida de pedidos por los clientes en la hostelería y restauración, pedidos por teléfono o internet, uso de geles hidroalcohólicos, papeleras con tapa de accionamiento no manual; comienzo de la actividad profesional y federada diferenciando los de alto nivel, que no tienen ni limiten de tiempo ni de frecuencia de su práctica, y los “otros deportistas federados” que podrán realizar entrenamientos de forma individual, dos veces al día, dentro de las franjas marcadas para hacer deporte y que están en vigor desde el pasado sábado. Y por último la apertura de archivos, prestando sus servicios preferentemente por vía telemática.
      De la orden hubo dos detalles que llamaron mi atención, en primer lugar la siguiente frase que me hizo pensar en la magnitud de COVID-19, “los documentos y materiales de los archivos a los que tengan acceso los usuarios de manera presencial deberán quedar en cuarentena durante un periodo mínimo de diez días antes de poder ser utilizados de nuevo”.
   El segundo detalle viene al hilo del debate que hay ahora sobre si estado de alarma si, estado de alarma no. Aquella frase de la disposición final tercera, “mantendrá su eficacia durante toda la vigencia del estado de alarma y sus posibles prórrogas”, me hizo pensar que si el miércoles no se prórroga el Estado de Alarma, nos encontraremos que llegará el día 9 de mayo, y todas las órdenes ministeriales que se han publicado con medidas para combatir al virus dejarán de estar en vigor.
        Al pensar en esa idea de la desaparición del Estado de Alarma, recordé el titular que había leído en “Las Provincias”, “las sanciones se disparan y alcanzan las 114.203 multas en el estado de alarma” o el del periódico “El Mundo”, “se disparan las sanciones en Madrid: más multas en tres días de desescalada que en semanas enteras de confinamiento”. Y me fue inevitable especular que si un con Estado de Alarma que limita la movilidad ocurre esto, que será de nosotros cuando el mismo no esté y tengamos carta blanca para salir a la calle sin límites ni restricciones, pero con un bicho todavía presente en nuestra sociedad. Sinceramente prefiero no pensarlo, ni imaginarlo, y por responsabilidad con nuestro país y sus gentes espero que el miércoles salga aprobado, aunque sea por la mínima, porque si no, se nos presenta una desescalada complicada y una nueva normalidad bastante difícil de conseguir.
      Pensaba que se nos iba hacer más duro el tema de las mascarillas, pero yo no la llevo del todo mal, y Julen, aunque hay algún ratito que se la quitó, la lleva casi los 60 minutos que dura nuestro paseo. Está tan concienciado con que hay que salir de casa con ella, que ayer se me olvidaba cogerlas y en la puerta de casa me dijo, “mamá, ¡que no nos hemos puestos las mascarillas!”.
    Hoy mi hermana me ha contado que entre el grupo de voluntarias que cosen mascarillas en el Centro de Formación y la caudetana Rosa Amorós Herrero han puesto en marcha una iniciativa para recaudar fondos y darle un toque de alegría a las mascarillas de los más pequeños. Rosi se encarga de decorar, con mucho arte, las mascarillas con un dibujo y el nombre del menor.
 El coste de las mismas son de 3 euros, cantidad que va destinada íntegramente a Cruz Roja. Mi hermana me ha pasado una fotografía del resultado de las mascarillas para que eligiera un dibujo para Julen, porque ha decidido regalare una a su sobrino, y son espectaculares.
     Como dice la propia Rosi en página de Facebook “un pequeño granito de arena en un desierto, pero granito a granito entre todos podemos hacer una montaña”, así que todos aquellos caudetanos y caudetanas que quieran colaborar para hacer esa gran montaña de solidaridad solamente tienen que enviarle un mensaje privado a su Facebook. 
Ella se encargará de darle vida a esas mascarillas que son obras de artes solidarias y que van “a matar dos pájaros de un tiro”: ayudar a que mantengamos al bicho a raya, y por otro lado, a colaborar con Cruz Roja Caudete para que pueda seguir respondiendo frente a COVID-19. Gracias, una vez más, a la iniciativa ciudadana, que tanto bien está haciendo en estos momentos tan difíciles que estamos viviendo como país.
Por primera vez desde que comenzó la crisis sanitaria estamos en el “primer día en el que no se registra ningún nuevo caso de coronavirus en tres comunidades” (“El País”). La Comunidad Valenciana, Baleares y la Región de Murcia. Aun así, el doctor Fernando Simón ha advertido que “no eliminan en absoluto el riesgo de recaída. Para evitarlo hay que aplicar escrupulosamente las medidas ya conocidas de higiene, uso de mascarillas y distanciamiento físico”.
      Creo que esas medidas la tenemos casi controladas al 100% o al menos nuestra conciencia ya las ha asimilado, y por eso, mientras regaba mis planta del chaflán estaba mañana, me ha dado un vuelco el estómago cuando he visto a dos personas que se acababan de encontrar en la calle darse un abrazo, de esos que en casa llamamos cariñosamente “achuchones”.
Entiendo que llevamos cincuenta y un día sin abrazos, sin roces, sin besos, algo tan nuestro, pero todavía no es momento, porque en Caudete también anda el bicho suelto, y aunque el Consistorio no ha actualizado datos desde el 1 de mayo, entiendo yo que por que la situación sigue siendo la misma desde el pasado viernes, tenemos más de media centena de vecinos que sufren las consecuencias del COVID-19. Así que por favor sigamos con el distanciamiento físico, aunque empecemos acotar el distanciamiento social.
Las islas de la Gomera, el Hierro, Formentera y la Graciosa son la gran envidia del resto de España, en estos momentos. Mientras el resto seguimos en la fase 0, ellos gracias a los datos de la evolución del COVID-19 en sus territorios, han podido pasar a la fase 1. Y por ello, hemos podido ver terrazas al 50% de su ocupación, pero llenas de cliente, eso sí con no más de 10 personas en cada mesa.
      En un primer momento se había planteado un 30% de ocupación máxima, pero finalmente “el Gobierno amplía al 50% la ocupación máxima de las terrazas desde la fase 1 de la desescalada” (“Europa Press”). Si todo va como debería, la gran mayoría de provincias españolas, pasarán a partir de la próxima semana a esa fase 1 donde daremos más vida a la calle con la apertura de las terrazas.
    El otro día nos contaba un amigo fotógrafo que desconocían, por el momento, que iba ocurrir con las comuniones, cuyo mes de celebración es el mes de mayo. Hoy en el informativo de Telecinco nos han dado alguna pista más sobre las mismas: “el Gobierno permitirá que las comuniones se celebren a partir del 11 de mayo con condiciones”. 
    A partir de esa fecha, en las provincias en fase 1 se podrán celebrar con un aforo del 30%, aunque “será cada diócesis quien marcará sus propias pautas con las parroquias y teniendo en cuenta a las familias”. En la fase 2 se ampliará el número de asistentes a la mitad del aforo. También, en esa misma fase 2 volverán las bodas con un número limitado de asistentes y será en la fase 3 cuando se amplíe la cifra de asistentes, pero también manteniendo medidas de higiene y distancia de seguridad. En el caso de los bautizos las medidas de aforo coinciden con las de las comuniones.
En nuestra provincia, el Obispo de Albacete suspendió misas, bodas y comuniones el 15 de marzo, y por ahora no se ha manifestado al respecto sobre dichas celebraciones en el proceso de desescalada, pero como le decía un día a una amiga, que con todo el dolor de su corazón había tenido que cambiar la fecha del que sería uno de los días más importantes de su vida, “no importa el cuándo, ni el dónde, sino con quién, y estaremos ahí para disfrutar contigo de tu día”, porque llegará un día en el que todos podamos volver a juntarnos y convertir de nuevo la vida en una gran fiesta. Yo estoy deseando que el tiempo vaya avanzando, que las fases se vayan cumpliendo y que llegue ese día en el que poder volver a calzarme los tacones, enfundarme mis vestidos de fiesta y disfrutar de esos momentos llenos de risas, alegrías, música y alguna lagrima de felicidad que las “BBC” nos regalan.
    Pero como dice Julen, “antes del 3 está el 2 y primero el 1, mamá”, y en este caso en nuestro plan de desescalada tenemos hasta el 0, así que una vez, más responsabilidad, conciencia, prudencia, cautela, mucho cuidado, que no se nos olviden las normas que hay que seguir, para que lleguemos al número 3 y podamos disfrutar de esa “nueva normalidad” que nos espera a la vuelta de la esquina.

Caudete, 04/05/2020 17:24 horas del quincuagésimo primer día de “Estado de Alarma”






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