"Diario de un Estado de Alarma. Día 59", por Claudia Conejero. "Ana Barceló reclama que se conozcan los criterios para pasar de fase antes de que se proceda al cambio”.

     Estamos a 12 de mayo. Hoy se celebra a nivel mundial “El Día de la Enfermería” desde el año 1965, pero este año es diferente su celebración, porque estamos en plena crisis sanitaria y ellos los enfermeros y enfermeras de nuestro país, y del resto del mundo, se están dejando la piel para, junto al resto del personal sanitario, cuidar y atender a las personas enfermas de COVID-19, o de otras enfermedades, que aunque parezca que ahora solamente exista el Coronavirus en el mundo, los otros virus y las otras dolencias, como me dijo un día un amigo, siguen viviendo, también, con nosotros.

         Valga mi agradecimiento público por seguir al pie del cañón, por seguir en la primera línea de batalla, a pesar de que a veces fallen las fuerzas, a pesar de las incomodidades y cicatrices que dejan los EPI´S en vuestros cuerpos, y a pesar de que, un día tras otro, os clavamos puñales con nuestros irresponsables gestos. Gracias, porque a pesar de todo, seguís ahí para cuidarnos.

    Nos quejamos de que tenemos en Estado de Alarma implantado en nuestro país desde hace cincuenta y nueve días, pero sinceramente creo que nos estamos ganando a pulso cada día de él. “El fin de semana más loco de Madrid, con 3.853 multas, para celebrar que se sigue en “fase 0” “ (“El Español”), “Casi un millar de multas por no respetar las franjas horarias para hacer deporte en la provincia de Granada” (“Granada Hoy”), “Más de 30 multas este domingo por incumplir la alarma en León” (“La Nueva Crónica”), “Más de 1.000 sanciones el fin de semana en Baleares por incumplir las normas de salida” (“Crónica Balear”)… estos son algunos de los titulares que nos hablan de lo mal que lo estamos haciendo en el Estado de Alarma.

Cierto es que no sería sensato obviar que no todos lo están o lo estamos haciendo mal, sino que hay gente que cumple las normas, que sale cuando le corresponde y en las formas que les han marcado, a pesar de que como me decía una mamá, ayer, que iba paseando a sus dos pequeñas, “nos encantaría poder salir los cuatro, poder irnos al campo… pero entendemos que todavía no es el momento, porque si todos incumplimos las normas que será de nosotros”.

Algunos incumplen las normas, pensemos que inconscientemente, otros que van el padre con el niño y unos pasos más detrás la madre con la hija, cuando la norma dice claro que es un adulto por cada tres niños, ya pongo en duda la inconsciencia del hecho. Intentan engañarnos al resto, sin darse cuenta que como decía la actriz italiana Eleonora Dose, “el mayor peligro de engañar a los demás está en que uno acaba inevitablemente, por engañarse a sí mismo”, a los únicos que se engañan son así mismos, a lo que hay que sumar, que a los que perjudican con sus acciones erróneas no son solo al resto de la población, sino también a ellos mismos.

Decía Platón que “la ignorancia es la raíz y el tronco de todos los males”, y que razón tenía. En este Estado de Alarma luchamos contra el COVID-19, pero también contra la ignorancia ciudadana, aunque como dicen en Derecho, “la ignorancia de las leyes no excusa de su cumplimiento”. Yo no pierdo la esperanza de que la ignorancia acabe dando paso a la aptitud, la sabiduría, la capacidad, el ingenio…y así acabemos remando todos y todas en el mismo barco con el mismo objetivo común vencer al bicho, salvar vidas y reconstruir nuestro país tras el paso de COVID-19.

      A estas alturas hay una cosa sobre el virus que no podemos obviar y es la facilidad que tiene para ser un hábil polizón. En su DNI tiene como origen de nacimiento China, sin embargo en su pasaporte ya lleva el sello de haber viajado por los cinco continentes. En esa idea de ser capaz de pasar fronteras sin que nadie lo vea nos hemos encontrado con que “España decreta una cuarentena de 14 días sin salir de casa o del hotel quien llegue del extranjero” (“El País”). 

   Sin que sirva mi siguiente información como objeto de justificación a la propuesta del Gobierno nacional, porque avanzo para las “mentes sensibles” que no es el objeto de la misma, sino que se trata de un ejercicio de contraste de información, dicha medida no es autóctona de nuestro país, sino que otros países como Alemania ya lo implantaron a principios de abril. “Merkel decreta una cuarentena obligatoria de dos semanas a cualquiera que regrese a Alemania” (“RTVE”), y otros como Reino Unido se encuentran a las puertas de su implantación, “Johnson planea imponer una cuarentena de 14 días a quienes entren en el Reino Unido” (“El Mundo”) y la misma idea nos la encontramos en Francia, “Francia impondrá 14 días de cuarentena a las personas que lleguen del extranjero” (“Diario Información”).

Coincidiremos en que quizás no sea la mejor solución para conseguir reactivar el sector turístico, si tenemos en cuenta que hasta el año pasado muchos extranjeros venían a pasar sus quincenas veraniegas a nuestras costas. Por el momento no ha salido a la prensa que medida tomará Italia, pero si tenemos en cuenta que dos de los tres países que forman el llamado “G3 Europeo”, es decir el grupo de países más ricos y poderosos de la Unión Europea, Francia, Italia y Alemania, han tomado la misma medida que Reino Unido o que España, será porque seguramente no sea la mejor, pero si la necesaria y quizás la única, en estos momentos, para seguir salvando vidas y alejar al bicho de la población.

     Nuestro verano nada tendrá que ver al de 2019, la forma de hacer turismo tampoco será como antes, pero estoy convencida que merecerá la pena viajar, y aunque en esa idea de reconstrucción de nuestro país cambiemos los destinos extranjeros por el turismo nacional, cuando llegue el otoño nos sentiremos satisfechos de que habremos contribuido a levantar el sector turístico y encima guardaremos en nuestras retinas joyas culturales y lugares de ensueño que albergan nuestro querido país y que, posiblemente, si no hubiera sido por la llegada de COVID-19 no hubiéramos descubierto jamás.

      Esta mañana oía a un analista de “Al Rojo Vivo” decir que con nuestras acciones, refiriéndose a las empresas, nos estamos jugando la confianza de que la gente vuelvan a ser nuestros clientes. El comentario iba al hilo de las imágenes de dos trayectos entre Ibiza y las Palmas con una “alta ocupación”. “La Guardia Civil investiga a la aerolínea e Iberia Express por la alta ocupación en dos trayectos entre las islas” (“El País”). Según la orden publicada por el Ministerio de Transporte el pasado domingo, las aerolíneas deben limitar al 50% la capacidad de sus vuelos entre islas de Canarias y Baleares”.

     El propio doctor Fernando Simón ha apuntado, en la rueda de prensa de hoy, que “es necesario mantener la distancia entre los pasajeros en los aviones dejando, al menos, un asiento vacío entre medias” y recordaba que “los riesgos de transmisión siempre están presentes cuando hay una persona infectada y el problema está en que no se sabe al cien por cien que no haya un contagiado en un avión que pueda transmitir el virus en periodo asintomático”.

Se especula mucho estos días sobre si deberíamos conocer o no los nombres de las personas que conforman el Comité de expertos de la desescalada. Nuestro Presidente autonómico, Emiliano García Page, ha apuntado que “sería bueno conocer a los expertos de la desescalada aunque no lo considera un debate sustancial” (“Lanza Castilla La Mancha”), yo difiero en ese planteamiento de “bueno”, porque si hemos sido capaces de decir públicamente como la Consejera de Sanidad de la Comunidad Valenciana, la sajeña Ana Barceló, “no comparto en absoluto la decisión adoptada por el ministerio de Sanidad que no obedece a criterios objetivos medibles, que era como se nos transmitió que nos iban a evaluar” (“20 minutos”), obviando que es cierto que la última decisión es del Ministerio de Sanidad, pero en base al informe que le presentan los técnicos en la materia, que podremos llegar hacer si conocemos sus nombres.

     Decía el señor Almeida, Alcalde de mi querida Madrid, que “no puede ser que no lo conozcamos, no lo digo por incrementar la presión sobre ellos” y añadía que “si no son capaces de aguantar esa presión, tal vez no deberían formar parte de esa Comisión”. Dicen en mi tierra que cuando el río suena agua lleva, y algo me dice, que estas personas, funcionarias públicas, no trabajarían, como dijo un día el doctor Fernando Simón, “con la suficiente libertad si se supieran sus nombres, porque las presiones que sufren cualquier persona de la que se da el nombre parte de la sociedad en general, y de los medios de comunicación en particular, acaban haciendo muy difícil que pueda trabajar con la suficiente libertad”, una libertad que tiene como objetivo, que no se nos olvide, salvar vidas.

    Dicho esto, sí que creo que sería bueno, y no sé porque creía que cuando nos explicaron el tema de la desescalada se comentó que harían públicos los informes técnicos del apto o no apto a la siguiente fase. Según la prensa, las Comunidades Autónomas, al menos la valenciana, han sido conocedoras a través de la Comisión Interterritorial de Salud, del lunes, las cuestiones que hicieron que no cambiaran de fase, aunque no les han aportado los informes técnicos. ”La Comunidad Valenciana dice ahora que no pasó entera a la fase 1 por la movilidad y la densidad de la población” (“Nius”).

     Su Consejera, Ana Barceló, reclamó, según ha informado en la rueda de prensa, al Ministro de Sanidad que “se conozcan los criterios para pasar de fase antes de que se proceda al cambio”, algo que callaría muchas bocas, dejaría mucho más tranquilos a aquellos que se veían ya en la siguiente fase, y no tiraría por tierra todo el trabajo realizado por los expertos con la especulación de algunos líderes autonómicos sobre la subjetividad de la decisión, cuando a mi pensar en la misma prima o debe primar la objetividad de conseguir salvar vidas. 

    Tendremos que esperar a finales de semana para saber si el Ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha recogido el guante de la Consejera de Sanidad de la Comunidad Valenciana y antes del siguiente cambio de fase conocemos que nos hace valedores de un cambio de fase o no.

Las cifras hoy, a diferencia del tiempo, nos dan algo más de luz en la lucha contra COVID-19. “179 nuevas víctimas mortales en las últimas 24 horas, de un total de 26.920 fallecidos, más de 228.000 contagiados diagnosticados mediante PCR, 426 nuevos en las últimas 24 horas y casi 139.000 los recuperados desde el inicio de la crisis sanitaria” (“El País”. 16:30 horas).

Hoy es un día de confinamiento de esos tristes para los que no somos muy amantes de la lluvia, para quienes sí lo son, será un día de alegría. Al igual que para el campo y mis plantas del patio, aunque yo creo que las pobres se piensan que nos hemos mudado al norte de España del agua que han recibido durante estos meses de confinamiento.

A pesar de que no es el mejor de los días de mi confinamiento, sí que ha sido un día de grandes sensaciones cuando después de cincuenta y nueve días he vuelto a mi casa, a la de mis padres, donde pase los mejores años de mi vida, y al volver a entrar en ella, he tenido una sensación extraña, pero bonita y me he dado cuenta que esa vida que el bicho ha intentado arrebatarnos sigue ahí latente, esperando que cuando como dice Julen “deje de jugar al escondite porque los bomberos lo han atrapado” podamos seguir disfrutando de ella.

Caudete, 12/05/2020 17:04 horas del quincuagésimo noveno día de “Estado de Alarma”

#yomequedoencasapensandoqueyaquedamenossilohacemosbien.