"Diario de un Estado de Alarma. Día 63", por Claudia Conejero. "La desescalada no es una carrera entre comunidades".

La noche de ayer nada tenía que ver a la del día anterior. Era menos oscura y se encontraba llena de sueños y esperanzas por hacer realidad después del fin de semana, cuando estuviéramos oficialmente en fase 1. Aunque he de reconocer que a los sueños y esperanzas, le acompañaron la incertidumbre y el miedo a que no sepamos hacerlo todo lo bien que debamos y acabemos en una eterna fase 1 durante mucho tiempo.

En casa habíamos decidido vivir el día a día, y por ello tampoco le habíamos dado mucha importancia sobre las cuestiones que atañen a la fase 1. Por lo que pude ver en algunos de mis grupos de móvil, había más gente como nosotros, que desconocían con exactitud los detalles de la fase 1. Así que al saber que la misma iba a ser, a partir del lunes, una realidad, me sumergí entre los documentos oficiales del Gobierno para darle luz a mis dudas e, intentar, seguir haciéndolo correctamente las próximas semanas.

Lo de las terrazas al 50%, máximo 10 personas con la distancia física de 2 metros, eso lo tenía claro, después de haber visto imágenes e imágenes de bares de otros territorios en fase 1. Lo de las reuniones de hasta 10 personas, manteniendo también la distancia física de 2 metros, también lo tenía claro.

Es una de las cosas por la que más ganas tenía de que llegara la fase 1, porque aunque en la distancia y aunque fuera con la mascarilla puesta y el gel encima de la mesa, íbamos a poder, después de más de dos meses, vernos los “8 del campo”, como dice mi sobrina Mercedes, quién ya ha ideado un plan para que podamos estar juntos, cumpliendo las medidas de seguridad. Ojalá muchos mayores fueron tan conscientes de la situación como son los más pequeños. Estoy convencida que si fuera así nos iría mucho mejor como sociedad.

Los comercios, de menos de 400 metros, dejarán de atender con cita previa, como venían haciéndolo estas últimas semanas, aunque con un aforo del 30% y manteniendo el horario prioritario para los mayores de 65 años. En cambio, los concesionarios de coches, la ITV, los centros de jardinería y viveros de planta podrán reabrir al público, pero preferentemente con cita previa. Los lugares de culto volverán abrir sus puertas, eso sí con un aforo del 30%, y en los velatorios se permiten hasta 10 personas en espacio cerrados, y hasta 15 si es al aire libre.

A partir del lunes, las personas con segundas residencias podrán trasladarse a ellas, si las mismas están en la misma provincia, como también podremos hospedarnos en hoteles y alojamientos turísticos que se encuentren en nuestra misma provincia, ya sea por trabajo o para hacer turismo activo y de naturaleza, el cual está permitido para grupos de hasta 10 personas, pero preferentemente con cita previa. Y en relación a la movilidad en coche, se permite que las personas que viven bajo el mismo techo, ocupen todas las plazas del vehículo y puedan ir sin mascarillas.

Lo único que vamos a mantener de la fase 0 es, un aspecto, que parece algo contradictorio, y aunque desconozco los aspectos técnicos de los mismos, creo apreciar que vienen por la necesidad de evitar aglomeraciones en la calle, más si tenemos en cuenta que a la hora de ir a las terrazas el aforo está marcado y por lo tanto es complicado que se produzcan aglomeraciones. Me refiero a las franjas horarias para pasear y hacer deportes, que se mantienen vigentes en las mismas condiciones que venían realizándose.

Deporte de 06:00 a 10:00 y de 20:00 a 23:00 horas, mayores de 70 años y dependientes de 10:00 a 12:00 y de 19:00 a 20:00 horas y menores de 14 años de 12:00 a 19:00 horas, continuando en vigor el aspecto de uno solo adulto por cada tres niños. Que no sé yo, teniendo en cuenta el discurrir de la fase 0, si seremos capaces de cumplirlas correctamente en la fase 1. No perderemos la esperanza y confiaremos en que sí, pero repito esto es solamente para pasear o hacer deporte.

Ayer pasaron todos de fase excepto Madrid, Barcelona y parte de Castilla y León que se quedaron en la fase 0 pero con menos restricciones. Estos territorios tendrán que esperar para disfrutar de las terrazas y bares, y de las reuniones con un máximo de diez personas, así como no se podrán mover entre los municipios próximos. Sin embargo, en el resto, se parecerán mucho a nuestra fase 1. Algunos la han querido denominar “fase 0,5”: el comercio minorista podrán abrir sin cita previa, los servicios sociales se reactivan, así como se abren los centros escolares y universidades para su desinfección y también los centros científicos. Podrán abrir las Bibliotecas, salas de exposiciones y Museos hasta un tercio de su aforo. Los velatorios se podrán celebrar con hasta 10 personas y los lugares de culto podrán abrir con hasta un tercio de su aforo. (“La Vanguardia”).

No voy a entrar a valorar, porque no tengo el bagaje de conocimiento que se requiere para ello, sobre si deberían o no haber pasado de fase el resto de territorios a los que les han negado el cambio. Quizás por ese “manto negro” que algunos dirigentes políticos quieren echarle a la valoración del grupo de expertos, a diferencia de la semana pasada, que las conversaciones se hacían con las Comunidades Autónomas de modo verbal, en esta nos hemos encontrado, que además de la reunión telemática, se ha remitido un documento a la Comunidad de Madrid firmado por la Directora de Salud Pública, Pilar Aparicio Azcárraga.

“El informe oficial del Gobierno le pide a Madrid más capacidad de pruebas PCR y más control en las residencias”. Teniendo, según el informe, como otro aspecto a consolidar, también, el sistema de detección temprana en la Atención Primaria: “los datos que presentan corresponde a escasos dos días de funcionamiento de su plan de detección, por lo que es necesario que su sistema se consolide para mayor seguridad y que se pueda visualizar su completa capacidad de detección, diagnóstico, aislamiento y seguimiento de casos confirmados y sus contactos”. (“Diario.es”).

No tengo tan claro que el documento calme las aguas del río revuelto que se ha formado, políticamente hablando, en la Comunidad de Madrid, pero lo que si hace es reafirmar la idea que decía el otro día el doctor Fernando Simón de que “la desescalada no es una carrera entre comunidades” y recordaba que “si tratamos de convertir esto en una carrera, acabará habiendo ese temido rebrote” (“Con salud.es”). Y en eso está el comité de expertos, en que no tengamos un rebrote, en que se sigan salvando vidas y en que vayamos avanzando en suelo firme, no en arenas movedizas de COVID-19, capaces de engullirnos. En eso está el comité de expertos cuando toman las decisiones sobre la desescalada de nuestro país y no en otros menesteres.

Dicen que el lunes volverá el sol a nuestro municipio, y aunque hoy el cielo está algo gris de más, en el fondo radia algo de luz si tenemos en cuenta las cifras del día de hoy. Siguen siendo demasiados compatriotas que han dejado nuestro país para viajar a un mundo en el que no hay billete de vuelta, pero nos encontramos en el día de hoy con que “las muertes por coronavirus registran la menor cifra en dos meses: 102 personas fallecidas, de un total de 27.563 decesos. Los casos detectados por PCR son 230.698, de los cuales 539 han sido en las últimas 24 horas y más de 146.000 personas se han recuperado desde el principio de la pandemia. (“El País”. 15:30 horas).

Llevamos dos o tres días, reconozco que la noción del tiempo me falla después de tantos días de rutina de Estado de Alarma, viendo en la televisión como hay gente que ha decidido salir a protestar a la calle. Valga de antemano que soy de las que pienso que cada uno exprese lo que considere oportuno, por suerte, en este país tenemos libertad de expresión. Lo que no me parece correcto es que para ejercer un derecho como el de la libertad de expresión incumplamos una serie de normas marcadas dentro del Estado de Alarma que vivimos a consecuencia de la llegada de COVID-19.

Pero ya no estoy hablando de realizar unas concentraciones que no están permitidas en la fase 0 en la que nos encontramos, que también, sino me parece mucho más grave que, además de saltarse esa norma, nos saltemos la más importante, creo yo, la del distanciamiento físico, y no respetemos los dos metros de distancia entre personas. Porque al final, estamos ejerciendo un derecho fundamental, pero estamos, también, coartando otro derecho, como es el “derecho a la vida”, a otras personas, porque nuestro no distanciamiento físico provoca darle alas al bicho, ese que, aunque hay gente que todavía no se han enterado, acaba quitándole la vida a muchas personas. Por lo tanto, si quieren saltarse la norma y se concentran, háganlo, pero al menos a dos metros de distancia los unos de los otros.

Paradójico, al ver las imágenes de quienes supuestamente defienden a España, y no se dan cuenta de que con sus acciones a quién están defendiendo es al virus, y no a ese país por el que se dan golpes en el pecho. Si de verdad quieren cuidar a España, lo primero que tendrían que hacer es mantener la distancia de seguridad, para no darle más alas al único enemigo que en realidad tiene nuestro país, COVID-19, que tanto daño y tantas víctimas está dejando por donde pasan.

El barrio de Salamanca, no se ha caracterizado nunca por ser un barrio obrero, sino todo lo contrario. En él se encuentra la llamada “milla del oro”, que alguna que otra tarde visite, en mis años de estudiante, pero sin llegar a entrar a ninguno de sus establecimientos, no aptos para una estudiante de una familia obrera como la mía. Por suerte, en aquel momento, y también ahora, el pasear por sus calles es gratis, así que de vez en cuando reconozco que hacíamos alguna visita, para dar un paseo contemplando escaparates y dejando volar nuestra imaginación pensando que nos compraríamos, de aquellos escaparates, si nos tocara la lotería.

Al margen de la cuenta corriente, del lujo de sus hogares, de la marca de nuestra ropa… no veo otra cosa que los diferencie del resto de seres humanos, y por ello, no entiendo cómo son capaces de tal imprudencia, olvidándose, espero que inconscientemente, de que el virus no entiende de clases sociales, ni de cuentas corrientes… COVID-19 ataca por igual a un pobre que a un rico, a un simple trabajador que a un gran empresario, a un político que a un barrendero, a una que lleva un bolso del “Miami” o de las “Vilas” que a una con un bolso de un establecimiento de la “milla del oro”… y por lo tanto, tanto ellos como el resto de mortales debemos de tener prudencia, cautela, cumplir las medidas de distanciamiento social y hacer casos a las normas de un Estado de Alarma, independientemente de si compartimos o no las ideas de las autoridades que se encuentran al frente del mismo.

Hablando del Gobierno de España, hoy hemos vuelto a ver en televisión al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quién ha avanzado que “pedirá el “último” estado de alarma, hasta finales de junio” (“Canarias 7”). Según apuntado Pedro Sánchez, “pretende ser el último estado de alarma y abarcará hasta final de la desescalada”.

Hoy no esperaba su intervención. Estaba preparando la comida, cuando he encendido la televisión, y he visto el cuadrado en el ala derecha de la televisión que te informa que en breve hay comparecencia oficial desde Moncloa. No sabía quién iba a comparecer hasta que lo he visto aparecer en antena. Nada más oírlo hablar, en ese defecto o virtud que tengo de buscar los mensajes ocultos, he tenido la sensación de que volvía a salir para anunciar, lo que enseguida ha dicho que iba a pedir, una nueva prórroga del Estado de Alarma, aunque con la puntualización de que “pretende ser la última”.

Tiene su lógica, si tenemos en cuenta el papel que está jugando dicho mecanismo, que el mismo se mantenga hasta el final de la desescalada. Yo soy partidaria de su vigencia, más si tenemos en cuenta, que si con él acabamos haciendo, a veces, lo que nos parece, ¿qué sería de nosotros si no estuviera vigente?

Si finalmente, las formaciones políticas se vuelven a poner de acuerdo, el día 21 de junio nuestro país abandonara el Estado de Alarma, sumergido, esperemos, en esa llamada “nueva normalidad”, disfrutando, aunque con las medidas que queden vigentes, de la llegada del verano. En lo que a mí respecta, ese día, el 21 de junio, pondré punto y final a mi “Diario de un Estado de Alarma”, que comenzó para quince días y ya lleva sesenta y tres días de vida. Todavía quedan muchas letras por escribir, pero estoy convencida que su cierre hará olvidar todo el sabor agridulce de sus primeros días, los días oscuros y tristes que habremos vivido, y dejará paso a una nueva vida tras la tormenta del COVID-19. Pero mientras esperamos ese nuevo tiempo, disfrutemos del último sábado de fase 0 en nuestro municipio, con prudencia, cautela y mucha dosis de responsabilidad.

Caudete, 16/05/2020 17:39 horas del sexagésimo tercer día de “Estado de Alarma”