jueves, 28 de mayo de 2020

"Diario de un Estado de Alarma. Día 75", por Claudia Conejero. “Nissan cerrará su histórica fábrica de Barcelona en diciembre y dejará a 3.000 personas sin empleo”.

Durante todo el día, de ayer, tuve la sensación de que las pilas de mi mente estaban parpadeando y sentí un agotamiento mental enorme, fruto en parte, de contemplar cómo cuando más humanitarios y dadivosos debemos ser con nuestras acciones, somos todo lo contrario, unos egoístas de cuidado que solo miran por su interés individual y no por el interés colectivo de la sociedad.
Y a esa batería baja de mente se le sumo el sentimiento de tristeza en el alma y hasta una ciertas dosis de ansiedad en el corazón que me provocó el reportaje de Antena 3 “En primera línea”, al ver, a través de él, una pequeñísima ventana del papel que están jugando Bomberos, Policía Nacional y Local, Guardia Civil, Ejército, Sanitarios y a todo lo que se están enfrentando desde sus puestos de trabajo.
Las palabras rotas del jefe de equipos de Bomberos de la Comunidad de Madrid, Juan Francisco Ibarra, todavía resuenan en mi cabeza, mientras su imagen emocionado y desolado mientras hablaba todavía da vueltas en mi mente: “había momentos que llegabas y te decían en la habitación 203 está Luciano… Mi visión ha sido diferente a la gente que estaba confinada en sus casas que solo ve la televisión, no se ven víctimas, no se ven fallecidos, solo se ve cifras. Yo no veo cifras, yo veo fallecidos. Me ha costado relativizar eso, pero no ha sido fácil”.
Me fui a la cama bastante hecha polvo, aunque orgullosa de ver la gente buena y profesional que tenemos en nuestro país, que se han dejado y siguen dejándose, la piel en la primera línea, mientras nosotros hemos sido los grandes privilegiados de la crisis sanitaria, teniendo únicamente que quedarnos en casa, y teniendo, ahora que podemos salir a la calle, solamente que cumplir las medidas que se nos han marcado.
Por eso, perdonarme que siga sin entender, setenta y cinco días después, que seamos capaces de errar tanto con nuestras acciones, como la imagen que he visto hoy en el telediario del multitudinario entierro de un señor en Tenerife (“La Sexta”) o las tres jóvenes que iban paseando y charrando por el camino la Virgen sin las mascarillas, una la llevaba en la mano, la otras quizás en una parte no visible para mi vista, mientras el equipo de tres de mi casa, que convivimos juntos desde el minuto uno de la pandemia, la llevábamos puesta, uno porque sabemos que son obligatorias y dos porque somos plenamente conscientes que con ellas ni le damos alas al bicho, ni como dice Julen “nos pica, ni pica a nadie de los que estén a nuestro alrededor”.
En estos días ando como el pueblo francés de “Le Perthus”, “con una acera francesa y otra española en el que se confunden las normas de la desescalada” (“El País”). En una de las aceras estaría la alegría por volver a disfrutar de los paseos en familias, donde la paz y la tranquilidad han vuelto a las mañanas del Camino de la Virgen, y donde a pesar de que apenas nos cruzamos gente, Julen sigue agarrándonos la mano muy fuerte a papá y a mamá. En la otra la incertidumbre, la indignación, el agotamiento mental… de ver que si lo intentamos hacer aposta no nos sale tan mal como lo estamos haciendo.
Y si no teníamos bastante con la crisis sanitaria, a la que acompaña una situación económica complicada en muchos hogares españoles, hoy nos hemos enterado que “Nissan cerrará su histórica fábrica de Barcelona en diciembre y dejará a 3.000 personas sin empleo” (“El País”).
Cierto es que en el ámbito de lo público se puede opinar y actuar, pero en el ámbito privado solo se puede opinar, pues el empresario está en todo su derecho de tomar la decisión que considere oportuna para su negocio, aunque dicha decisión lleve dolor, sufrimiento y sea injusta para todas esas personas que ahora son solamente números, pero hasta hace no mucho tiempo eran las personas que les hacían obtener en sus cuentas números bonitos con su esfuerzo y su mano de obra.
Leía en prensa que “el cierre tendrá un coste aproximado de 300.000 euros por trabajador” (“El Confidencia”) y me ha surgido la duda de ¿les puede ser rentable cerrar la factoría teniendo en cuenta el desembolso tan elevado que le va a suponer económicamente el despedir a sus trabajadores? Yo no soy una “renacida experta” en el tema de la Administración y Dirección de Empresas, y tampoco quiero serlo, por lo que dejaré mi duda en suspense hasta que consiga que alguien experto en la materia me lo explique, aunque imagino que cuando lo pretenden hacer es porque los números a la larga les salen.
¡Qué triste e injusto que al final, siempre la clase trabajadora, acabemos siendo simples números, buenos cuando le va bien al bolsillo del empresario, números malos y que estorban cuando ese bolsillo ya no anda tan abultado! Confiemos que al final, al igual que en 2019, Nissan recapacité, y en el caso de que no sea así, que se encuentre una salida para que todas esas personas que hasta el momento formaban parte de familia de “Nissan”, puedan continuar llevando el pan a sus casas ganado con el sudor de sus frentes.
Algo nos dice que hasta que no demos con la vacuna y la misma se pueda comercializar, la evolución de la pandemia va a ser de pasos hacia adelante y pasos hacia atrás en base a la situación de cada momento, y eso es lo que ha ocurrido en Corea del Sur donde “se reimponen medidas de distanciamiento social ante un nuevo brote de contagios” (“El País”), por lo visto se trata del peor repunte de infecciones desde comienzo de abril y tiene su origen en un centro de logística a las afueras de Seúl.
Quienes ya pueden respirar un poco más aliviado son los vecinos de Totana, el único municipio murciano que se había quedado en fase 1 por un rebrote de casos. Según ha informado el consejero de Salud de la Región de Murcia, Manuel Villegas, “dos de las seis personas contagiadas han sido ya dadas de alta con pruebas PCR negativas, mientras que todos sus contactos estrechos, que estaban siendo vigilados, han dado también negativo en las pruebas”. Así como también han dado por controlado otro brote en el municipio de Archena, donde cinco miembros de una misma familia están contagiados y otras nueve personas en cuarentena por ser contactos estrechos de ellos. (“El País”).
Al leer la noticia me ha llamado la atención las palabras “contactos estrechos” y es que creo que esa una de las claves para poder frenar y controlar con gran celeridad los rebrotes que se puedan dar. El otro día esa misma conversación surgió en casa en relación al tema de reunirse 10 personas, y alguien, no recuerdo bien quién fue, apuntó que “la clave es que esas 10 personas intenten ser siempre las mismas”, es decir, no podemos quedar hoy con 10 personas, mañana con otras 10 personas distintas, el sábado con otros 10 amigos que aún no habíamos visto y así sucesivamente, porque entonces los contactos estrechos acaban siendo demasiado anchos y por consecuente si uno de nosotros da positivo tendrían que poner en cuarentena a medio pueblo, porque en nuestras ansias de relacionarnos nos hemos juntado con todo el mundo. Así que por favor prudencia a la hora de abusar de las libertades que nos han otorgado en la fase 1, y que se ampliarán con la llegada de la fase 2.
Hoy, hablando con una de esas personas que les ha tocado vivir el confinamiento en la capital madrileña me contaba que estaba siendo muy duro, que incluso el hecho de ir a la Farmacia de al lado de casa te aportaba una sensación de angustia, porque no sabías si al salir a la calle, y a pesar de tomar todas las precauciones, podías haber acabado volviendo a casa con huésped, y que todavía quedaba mucho camino por andar, que allí la situación seguía siendo complicada.
Al oírlo hablar, me ha sido inevitable pensar en lo afortunado que somos los que vivimos en un pueblo, en el que bien es cierto, que según las últimas informaciones del primer edil, de hace dos días, tenemos “70 caudetanos positivos” y por lo tanto el bicho también nos hace compañía al salir a la calle, pero a pesar de ello tenemos muchas más libertades que provocan que, por un tiempo, la gente de ciudad desearía estar viviendo en los pueblos y zonas rurales de España.
Hoy me despido con la tristeza por los “27.118 fallecidos”, la alegría de los “150.376 valientes vencedores del virus”, la preocupación por los “236.769 positivos por PCR que siguen batallando con la COVID-19” y con una gran impotencia y dolor de corazón porque hoy me enterado que otra mujer más ha sido “presuntamente asesinada a manos de su pareja sentimental en L´Escala (Girona) (“Delegación de Gobierno contra la Violencia de Género”). Se trata del tercer asesinato por violencia de género desde la declaración del Estado de Alarma, la víctima 19 desde que comenzó el 2020 y la 1.052 desde 2003.
Maldita enfermedad la de machismo, malditos cobardes que se piensan dueños de todo los que le rodean, sin enterarse que el único dueño de nuestra existencia somos nosotras mismas. Malditos ignorantes que no se han enterado que hay espacio en este mundo para el género masculino y el femenino y que las mujeres pueden ser lo que piensen, sueñen, crean y quieran ser. Malditos varones que pretenden con sus golpes, sus palabras malsonantes y sus gritos tapar sus debilidades, ocultar sus defectos y callar nuestras virtudes y fortalezas.
A todas esas mujeres que viven con un “maldito personaje” en sus casas no estáis solas. Somos muchas las que estamos a vuestro lado, vecinas, amigas, familias, simples conocidas, la dependienta de la farmacia a la que solamente tendréis que pedirle una “mascarilla 19” para saber que le estáis pidiendo auxilio.
Tenéis todo un mecanismo público dispuesto ayudaros a través del teléfono 016, así que aunque penséis que las malditas sois vosotras y no ellos, no es así, los cobardes y malditos seres despreciables son ellos, y vosotras tenéis todo el derecho del mundo a seguir viviendo, pero a vivir en libertad y con la misma felicidad y alegría que vivo yo en mi hogar.
Ojalá las madres del hoy seamos capaces de enseñarles a nuestros hijos e hijas que nadie es dueño de nadie y que como decía la actriz Emma Watson “dejemos de distinguir entre sexos y empecemos a hablar de personas”, porque como dijo en las Cortes, el 1 de octubre de 1931, la política Clara Campoamor “todos somos hijos de hombres y mujeres y recibimos por igual las dos partes de nuestro ser”.
Caudete, 28/05/2020 17:26 horas del septuagésimo quinto día de “Estado de Alarma”

5 comentarios:

  1. Con el tema del cierre de la factoría de Nissan, hace poco la segunda teniente de alcalde, manifestó a favor de que las fábricas de vehículos echará el cierre. En Davos tu presidente del gobierno aseguró que la citada industria, los puestos de trabajo estaban asegurados. Por aquí he leído en finidad de ocasiones a disfrutar lo votado.

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  2. Esta segunda teniente de alcalde, es de Barcelona me he precipitado al mandato.

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  3. Y como este gobierno agote la legislatura más empresas cerrarán. Las imágenes que hace tiempo vimos en Venezuela no tardarán en verse aquí. Nos han engañado pero bien los de Unidas Podemos, como no espabilemos en las siguientes elecciones veremos...

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  4. Victimas este año respecto al pasado:
    Registro civil: 43000
    Covid19(según Gobierno):27000
    16000???????????

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  5. Tenemos un nivelazo de clase política i m p r e s i o n a n t e.

    El presidente de nuestro país, primero comenta que no dormiría tranquilo si pacta con Pablo Iglesias, segundo que no pastaría con H.Bildu y si no existe dos sin tres, "El mantenimiento del empleo en la planta de Nissan en Barcelona está garantizado". Esta persona se piensa que se dirigen a tonto/as o no está bien de la cabeza.
    Sobre la otra política, de podemos que se puede esperar de esta gente. Comentaba Forrest Gump en la película, tonto es que hace tonterías, esta mujer la podemos meter en este paquete.

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