Reconozco que es una semana rara por eso de que es la última semana del Estado de Alarma y, por tanto, comienzan a bailar en mi mente las que serán las últimas letras de mi “Diario de un Estado de Alarma”, que verá su punto y final el próximo domingo, 21 de junio, después de noventa y nueve días de vida.
Es una semana de incertidumbre por no saber, al 100%, qué nos espera a partir de lunes, cómo viviremos esa nueva normalidad que llegará a nuestras vidas en menos de siete días. Es una semana de esas que no tienes claro si quieres que avance o vaya despacio, porque el sábado, por la noche, cerraremos los ojos en fase 3 y al abrirlos ya no tendremos en marcha ese mecanismo que tanto ha salvado vidas, el Estado de Alarma, y por lo tanto, las carreteras, tan vacías en estos momentos, se volverán a llenar de vehículos.
Los días del calendario van pasando y con su marcha el nerviosismo y el cosquilleo en el estómago va aumentado al ver como se acerca esa nueva normalidad, la libre circulación, la plena libertad pero con un virus que aunque mermado, en estos momentos, sigue haciendo de las suyas, y con algunas medidas que se quedarán con nosotros hasta que aparezca la vacuna que lo haga “desaparecer” de nuestras vidas.
Conforme caminamos a esa nueva etapa de nuestra vida, vuelve a surgir, seguramente fruto de esa incertidumbre porque no somos adivinos del futuro, la idea de hacer test masivos a la población. Al hilo de ello, me ha llegado una noticia de la Agencia EFE que decía que “los médicos, en contra de los test masivos porque no aportan valor sanitario” (“EFE”).
La noticia se basaba en un llamamiento que han realizado desde el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos a las Comunidades Autónomas para que “hagan prevalecer la ciencia frente a las demandas de Ayuntamientos y vecinos, que, aunque comprensibles, no son racionales ni apropiadas, y no añaden valor desde la perspectiva de la salud pública”.
Según apunta el Colegio, basándose en un documento de la Comisión Asesora COVID-19-OMC, no es recomendable la realización masiva de test desde el punto de vista científico y profesional, porque la información epidemiológica que logran pueden conseguirse con una muestra de población y además pueden generar “falsas expectativas en la población y tienden a sustituir la responsabilidad personal por una clasificación de riesgos basadas en un resultado analítico que puede tener un valor discutible e, incluso, equívoco” (“EFE”).
A veces tengo la sensación de que los besos y abrazos nunca volverán con lo besucones y sobones que somos la gran mayoría de españoles y españolas, que nuestra vida seguirá reinventándose cada día y que nada volverá a ser como antes y esa idea viene alimentada, en gran parte, por las informaciones que nos llegan de China donde se ha dado un “rebrote en Pekín: China cierra parte de su capital y suspende más de mil vuelos, mientras los contagios siguen subiendo” (“20 minutos”).
En otros momentos, cierro los ojos y mi mente proyecta la vida como siempre ha sido pero no son imágenes del pasado, sino de nuestro futuro, donde la COVID-19 formaría parte de la historia del Mundo, y es solamente eso un pasado oscuro que se quedó atrás.
Reconozco que me tiemblan las piernas al pensar en la posibilidad de un rebrote en nuestro país, en la idea de tener que volver a confinarnos en casa, en la posibilidad de tener que cerrar de nuevo el país porque se ha dado un nuevo foco de Coronavirus, y ese temblor tiene una lucha interna con la esperanza y la confianza de que no tiene porqué ser así y que con nuestro esfuerzo ciudadano y el de las autoridades competentes mantendremos el virus a raya, pero eso sí no bajemos la guardia que según ha informado el Ministerio de Sanidad, “se han registrado 141 contagios diagnosticados con una prueba PCR en las últimas 24 horas, por lo que 244.683 personas se han infectado en España desde el inicio de la pandemia” (“El País”).
Hoy nos hemos enterado que el homenaje a las víctimas de la COVID-19 en nuestro país ya tiene fecha para su celebración, el 16 de julio. Ese día podremos honrar con honores a todas esas personas, que en estos momentos desconocemos cuántas son porque el Ministerio de Sanidad ha dejado de actualizar, a la espera de poder recontar todos los datos y dar una visión más real de la situación del virus en nuestro país. Sean finalmente las que sean, habrán sido demasiadas víctimas mortales injustamente pérdidas, demasiados adiós, demasiadas lágrimas derramadas y demasiadas familias rotas por culpa de la COVID-19.
Me despido en esta tarde en la que ha vuelto la lluvia a mojar nuestras calles y campos, con una muy buena noticia, con la apertura, después de 96 días de una de nuestras joyas culturales, “La Alhambra” de Granada, que ha abierto, de nuevo, sus puertas a visitantes con un aforo de 4.250 personas por jornada, siendo obligatoria el uso de mascarilla para pasear por su interior.
Caudete, 17/06/2020 17:56 horas del nonagésimo quinto día de
“Estado de Alarma”
Voy a echar de menos tu diario Claudia. Por favor, sigue de vez en cuando escribiendo. Me ha resultado muy ameno el seguir tus pensamientos dia a dia.
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