lunes, 12 de octubre de 2020

Artículo de Francisco J, Domenech Mira: "La Demarcación, Deslinde y Amojonamiento entre Caudete y Almansa.... una cuestión Histórica pendiente".

LA DEMARCACIÓN, DESLINDE Y AMOJONAMIENTO ENTRE LOS MUNICIPIOS DE ALMANSA Y CAUDETE, UNA CUESTIÓN HISTÓRICA PENDIENTE

(Por Francisco J. Doménech Mira

Boletín Informativo del M.I. Ayuntamiento N.º 14 – Julio 1997 Págs. 5-8)

    En el pasado Pleno quedó constituida la "Comisión antideslinde" conformada por el Alcalde, tres concejales (Marian, Julen y Mª José Serrano), la Secretaria y el Técnico en Catastro. Están emplazados para el próximo 26 de octubre en el Ayuntamiento de Almansa  a un Acto Administrativo formal, a propuesta de la Junta, para conocer el Acta que recoge las líneas geográficas y la mejora de los lindes entre las dos poblaciones realizado por el "Instituto Geográfico Nacional". 

En dicho acto deberemos manifestar "que no estamos de acuerdo con la situación de los mojones del 12 al 20". El emplazamiento de estos mojones han originado, desde hace dos siglos y medio, el motivo de la disputa que nos llevó a plantearle a Almansa un Contencioso, todavia no resuelto, reclamando unos terrenos que son nuestros. ¡Y que habrá que continuar!

    Si desde la Edad Media la relación entre Almansa y Caudete era buena, es a partir de 1872 cuando se enquistan los problemas por el desplazamiento hacia Caudete de estos nueve mojones. Domenech Mira Alvaro Ponce estudiaron con profundidad y mucha profesionalidad el asunto.... hace casi 25 años. 

Los dos participaron en la primera Comision antideslinde que se constituyó a partir de 1996 siendo alcaldesa de Caudete Elisa Pagan y José Serrano Amurrio uno de sus promotores.Observen de que forma tan bien documentada y clara resume el asunto D. Francisco José Domenech Mira en un artículo que publicó en la Revista "La Villa":

   "El pasado día once de febrero de 1997, en el antiguo Palacio de los Condes de Cirat o “Casa Grande” –edificio recientemente adquirido y restaurado como sede por la Corporación almanseña –  se reunieron las Comisiones de ambos Ayuntamientos, al objeto de abordar la demarcación, el deslinde y amojonamiento de los respectivos términos municipales. 

 Este acto administrativo – que había sido auspiciado por el Instituto Geográfico y Catastral de España, en su calidad de Administración pública de carácter territorial, y dentro del ámbito de sus competencias –, trataba de saldar definitivamente el contencioso que las Corporaciones de la ciudad de Almansa y la villa de Caudete mantenían por espacio de ciento veinticinco años en relación al trazado de la línea divisoria que demarca sus límites territoriales.

 En este primer encuentro la Comisión de la villa de Caudete, que estaba formada por la Sra. Alcaldesa, tres Concejales designados por el Pleno del Ayuntamiento en su sesión ordinaria de 20 de diciembre de 1996, así como por tres personas más que hacían las veces de asesores, se había señalado los objetivos siguientes:

a) Trazar de manera conjunta y por mutuo acuerdo, si fuera posible, con el Ayuntamiento de la ciudad de Almansa una línea de segregación estable y definitiva que protegiera los interés comunes de ambos Municipios, así como de sus respectivos vecinos; 

b) Establecer a lo largo de la línea segregada la correcta ubicación de los hitos o mojones respectivos, al objeto de que, en alas subsiguientes tareas de apeo, se pudieran prevenir nuevos desplazamientos hacia un lado u otro de la mojonera en los predios que se demarcaran;

 c) Reivindicar de oficio, en caso necesario, por medios legítimos aquellos predios que, por una deficiente señalización o por otras causas, hubieran sido irregular e indebidamente ocupados o apropiados por cualesquiera personas, instituciones o entidades, para lo cual se debería atender a la verdad de los argumentos históricos y/o legales, y no sólo a la fuerza de los hechos consumados.

En sentido transversal, de noreste a suroeste, el deslinde de los predios afectados tiene una longitud aproximada de 13.347 metros. A este respecto las operaciones se producen en una zona anticlinal, accidentada, de la vertiente septentrional de la Sierra de Santa Bárbara o la Oliva (1.150 metros s. n. m.). 

Como se sabe, es una estructura de relieve que se ubica en el borde septentrional del Sistema Prebético Externo, como prolongación de las montañas Béticas del Sur peninsular, que constituyen en nuestra comarca un arco de montañas o sierras que rodean a una extensa vega unidas a dos cañadas, una al NE del término de Caudete y la otra al NW.

 

Su orografía se encuentra definida por la existencia de numerosas cotas montañosas, todas ellas de elevación media: “Cerro de las Almas o de las Ánimas”, situado frente al “Polillán”; el Alto del Puntal de “Los Chotos”; el cerro que se sitúa en el cruce del reguero de la “Fuente de la Tinajica”; otro cerro que se ubica en la Umbría de la Sierra de Santa Bárbara; el Alto del “Puntal de la Mosca”; el puntal que se sitúa entes de llegar a la unión con las ramblas procedentes de la Umbría Alta; el puntal de la “Atalaya de la Perdiz”; o, en fin, otro alto que está dando vista a la “Fuente del Pinar” y a la mencionada “Atalaya de la Perdiz”. 

Asiminsmo, se trata de una zona surcada por varios barrancos o despeñaderos (“Agua Verde”, “Casigrán”, “Reguero de la Fuente de la Tinajica”, “Catín”, “Umbría Alta”, “Cañejar”, “Rambla de Caudete”, “Rambla de Yecla” o “Castella”), que constituyen en su mayor parte ramblas de desagüe procedentes de las vertientes septentrionales de Sierra Oliva (o Santa Bárbara). Su superficie está formada por terrenos de pastizales y, a tramos irregulares, tachonada de densas masas boscosas de pino o monte bajo.

 Por último, la zona cuenta en la actualidad con una baja densidad de población humana, destacando una serie de partidas forestales –entre otras, “Olula”, “Agua Verde” o “Catín”–, y otro grupo de partidas agrícolas ubicadas en la vertiente septentrional de la Sierra Oliva –“Casa de la Diabla”, “Casa de Olula”, “Casa de la Corza”, “Casa de Cirote”, “El Paraíso” o “Casa de Jaime”, por solo citar algunas de las más conocidas– que ponen de relieve la intensa explotación agropecuaria que tuvo la zona hasta mediada la década de los años sesenta de este siglo.

Toda la unidad estructural pertenece al denominado “Arco Prebético Externo” que, en la provincia de Albacete, se adentra hasta las tierras de Chinchilla, y que abarca el sur de la provincia de Valencia, el norte de la de Alicante y el noroeste de la de Murcia.

Desde el punto de vista histórico, sabemos que en 16 de abril de 1341 la zona fue objeto de un acuerdo de composición y hermanamiento entre los Concejos de Almansa y Caudete, mediante el cual ambos municipios se comprometían a repartirse los aprovechamientos agrícolas, pecuarios, forestales y cinegéticos de sus respectivos términos.

 En la Edad Moderna las primeras noticias de que disponemos sobre tareas de deslinde y amojonamiento, sin embargo, se remontan a la primera mitad del siglo XVIII. A tal efecto, el Alcalde mayor de la villa de Almansa, el Licenciado D. Joseph Baldo Noguerol y Orea, propuso efectuar en Cabildo de 27 de octubre de 1748 tales trabajos con los confinantes de Villena, Ayora, Enguera, Fuente la Higuera, Yecla, Caudete, Montealegre y Chinchilla, en razón a que “no se ha practicado con algunos pueblos y con los que se ha hecho, se necesita la reedificación de dichas mojoneras”. 

Por un Acta de 4 de febrero de 1749, sabemos que ese mismo día el Pleno del Ayuntamiento de la villa de Caudete había recibido notificación del Alcalde Mayor de Almansa instándole a “hacer visita y reconocimiento de mojones que dividen lo términos de ambas Villas”. Al mismo tiempo, en su carta-despacho rogaba que fueran nombrados comisarios que acudieran en representación de nuestro municipio a las diez de la mañana del día 5 de febrero al “mojón que se halla inmediato al Camino que va de dicha villa de Almansa a la ciudad de Villena, con los instrumentos correspondientes para la práctica de dicha diligencia”.

 Fueron nombrados para sendos empleos D. Juan Herrero Tortosa, regidor decano de la villa de Caudete, y D. Luis Sánchez Vinader, asesor fiscal de la Villa y abogado de los Reales Consejos, además del alcalde ordinario D. Miguel Richarte Sánchez asistido por los peritos prácticos Gil Martínez y Miguel Bañón, “que saben por dónde van los dichos mojones que dividen los expresados términos”

     Que la reunión tuvo lugar en el expresado término y que la diligencia se realizó atendiendo a unos criterios de mutuo acuerdo, lo demuestra el hecho de que en el Acta de 3 de marzo siguiente el Concejo de la villa de Caudete  reseña cómo “se han hecho las visitas y reconocimientos de los mojones” que se extienden entre Almansa y Villena, de modo que también se facultaba a sus oficiales a que efectuaran idénticas tareas con los mojones que separaban nuestros términos con los de la villa de Yecla. 

Desgraciadamente, la documentación conservada –aunque menciona la preexistencia de una línea de deslinde entre ambos municipios, sin duda resultado de anteriores acuerdos que, acaso, remonten a la Baja Edad Media– no aporta mayores precisiones sobre los hitos concretos por donde se trazó la mojonera. 

  Asimismo, debe resaltarse la circunstancia de que todas las informaciones apuntan en el sentido de que la zona estaba sometida a un intenso aprovechamiento agropecuario por parte de los vecinos de una y otra población; tampoco puede descartarse la posibilidad de que la propiedad de los predios fuera de titularidad pública municipal (así, por ejemplo, la llamada “Dehesa Boyal”, paraje lindante con al “Dehesa de Catín”).

No volvemos a encontrar nuevas referencias hasta la década de los años 70 del siglo XIX. Al amparo del denominado “Plan de Operaciones del Instituto Geográfico para la triangulación topográfica y levantamiento de planos que requiere la publicación del Mapa de España”, que es aprobado por S.A. el Regente en Orden de 30 de septiembre de 1870, numerosas poblaciones de nuestra comarca reciben la visita de los técnicos de las Brigadas Topográficas

Así, el 12 de mayo de 1872, en sesión ordinaria del Ayuntamiento de Almansa, se lee una comunicación de 8 de mayo remitida por el Jefe de la 22ª Brigada de Trabajos Topográficos en la que insta a las autoridades del municipio al nombramiento de una comisión para que acuda, en representación de sus intereses, al deslinde que se efectuará con las poblaciones del Alpera y Bonete. Más tarde, en 19 de mayo, recibirá nueva citación, al objeto de que se atienda al deslinde y amojonamiento con la villa de Ayora.

 Estos trabajos no se concluirán al menos hasta el 16 de junio de ese año, fecha en que el Alcalde de Almansa comunica a los regidores la conclusión de los trabajos de deslinde y amojonamiento efectuados con los municipios de Alpera y Ayora. Por cuanto se refiere a las operaciones de deslinde y amojonamiento entre la ciudad de Almansa y la villa de Caudete, se conserva una primera Acta de los trabajos practicados para reconocer la línea de término y señalamiento de mojones comunes. 

     La reunión de las Comisiones que se habían nombrado por ambos municipios para el efecto, verificó los días 4 y 5 de junio de 1872, previa citación escrita del Oficial segundo del Cuerpo de Topógrafos D. Ciríaco de Béjar. Actúan, sin embargo, como técnicos comisionados por el Instituto Geográfico el topógrafo D. Miguel Díaz y el Oficial de primera del Cuerpo de Topógrafos D. Cipriano Hernández. 

 La Comisión nombrada por la villa de Caudete para verificar el deslinde de Almansa estaba integrada por D. Cayetano Plá, farmacéutico y propietario; D. Francisco Algarra, D. José Cebrián y D. Juan Díaz, regidores; también asistió el Secretario de Ayuntamiento D. Miguel Alberto y Ángel.

En el texto de esta primera Acta, que se firma en el denominado ‘mojón de la carretera de Alicante’, situado al margen izquierdo de la vía de comunicación y en la esquina Oeste de la fachada que mira al Este de la casa del “Tío Manuel”, en el paraje llamado de los ‘Llanos de la Encina”, se reconocen hasta veinte hitos o mojones que están delimitando en ese momento los respectivos términos municipales.

El interés de este documento estriba en que por vez primera señala, para la línea del término que se pretendía trazar, una topografía exacta de la zona, una nivación puntual para los mojones y, sobre todo, medidas reales y elevaciones de cotas trazadas mediante la deriva de la brújula

  En los trabajos topográficos de apeo y deslinde sobre la zona efectuados el día 4 de junio, ambas Comisiones se mostraron conformes con la línea trazada hasta el mojón número 11 –situado en el llamado “Pocico del Paraíso”, que declaran de aprovechamiento común, como antes habían reconocido con el mojón número 4, un abrevadero ubicado en el Barranco del “Agua Verde”.

 Pero “no existiendo conformidad en los mojones siguientes, por declarar los peritos de Almansa que no tenían certeza de reconocer los restantes, y siendo hora demasiado avanzada de la tarde, se suspendió la operación”. Asimismo, “ambas Comisiones acuerdan que el día siguiente, a las 6 de la mañana, se volverían a reunir en el Pocico del Paraíso, así como que traerían otros prácticos conocedores del terreno”. 

Sin embargo, la Comisión de Almansa no compareció al amanecer del día siguiente, por lo que se procedió sin su presencia al apeo de los mojones restantes, tal y como facultaba la Orden reguladora del deslinde de 30 de septiembre de 1870

El Pleno del Ayuntamiento de Caudete recibe la notificación de que se han concluidos los trabajos en sesión ordinaria de 7 de julio de 1872, acordándose sufragar de su presupuesto los gastos de alimentación de los concurrentes y los jornales investidos por los peones y prácticos.

    Por su parte, conforme a un Acta de la sesión ordinaria de 1 de septiembre de 1872, se sabe que el Alcalde de Almansa recurrió en primera instancia ante el Jefe de la 24. ª Brigada de Topógrafos D. Cipriano Béjar, el cual le había manifestado “se iba a proceder a la rectificación del deslinde de los términos de Caudete y Almansa, para cuyo efecto había fijado el día cinco del corriente”; asimismo, se instaba al nombramiento de una nueva Comisión, encabezada por el tercer alcalde de Almansa, D. Pedro José Rodríguez, y el concejal D. Juan Antonio Navalón. 

Como sea, parece ser que la precitada rectificación no se llegó a producir en ningún momento, pues la documentación que se conserva en ambos municipios mantiene un significativo silencio a este respecto. Con todo, los técnicos topógrafos que asistieron a las tareas de deslinde los días 4 y 5 de julio de 1872 dejaron anotado en las incidencias el siguiente apunte: ‘En esta Acta aparece una protesta del Ayuntamiento de Almansa no reconociendo desde el mojón 11 línea alguna de posesión de hecho ni de derecho, como tampoco la parte reconocida el primer día. Los datos de rumbos y distancias que comprende esta Acta, están de acuerdo con la construcción de la línea provisional trazada en las zonas nº 9 y 11’.

     Una segunda Acta de la operación practicada para reconocer la línea de término y señalar los mojones comunes a los términos de Almansa y Caudete, se verifica en 11 de octubre de 1874. En sesión extraordinaria de 7 de octubre de este año el Pleno del Ayuntamiento de Caudete lee una notificación de D. Cipriano Hernández, oficial primero del Cuerpo de Topógrafos fechada en Almansa el 3 de octubre, por la cual convoca a una nueva reunión para el siguiente 8 del mismo mes y que tendrá lugar en el denominado paraje del “mojón Blanco”.

     Informado nuestro municipio, acuerda nombrar una Comisión –integrada por los Sres. D. Cayetano Plá, D. José Cebrián, D. Juan Díaz y D. Francisco Algarra, junto con el práctico Juan Albertos Amorós, además de una pareja de Guardias de Campo–, para que acuda a las operaciones de apeo y deslinde

    Dos días más tarde, el 9 de octubre, el Pleno del Ayuntamiento de Caudete se vuelve a reunir en sesión extraordinaria para tratar de nuevo la cuestión. Según informa el alcalde D. Andrés García Torres, se ha recibido otro oficio del Jefe de la 24ª Brigada Topográfica D. Cipriano Hernández, fechado en Almansa ese mismo día, por el cual le notifica que la reunión prevista se traslada al 11 del corriente.

 El motivo de este aplazamiento está causado por la inasistencia a la cita de la Comisión de Almansa, así como también del oficial topógrafo encargado de las tareas de apeo y deslinde. No obstante, de esta incomparecencia ya había sido avisado por telégrafo por el Sr. Alcalde de Almansa en la noche del día 7 de octubre, protestando a continuación de este acto.

     Enterado, el Pleno acuerda que la Comisión nombrada al efecto se traslade en la fecha prevista al lugar de la entrevista, al objeto de “dar término a la cuestión de límites, que tan pesada y enojosa se ha hecho, con encargo especial de que no deje de efectuarse la operación, aunque no concurra la Comisión de Almansa”. 

Dicha operación, en efecto, se verificó el día 11 de octubre de 1874 sin la comparecencia en los trabajos de los delegados almanseños, de conformidad con el Acta extendida por el topógrafo D. Cipriano Hernández. Este documento reitera punto por punto, mojón por mojón, el Acta de las operaciones verificadas dos años antes.

Por su parte, el Ayuntamiento de Caudete en su sesión ordinaria de 28 de octubre manifiesta cómo han sido finalizados, de acuerdo con la certificación del Acta de 11 de ese mismo mes, los trabajos de apeo para el reconocimiento y deslinde de la línea de término comunes con Almansa. 

Al propio tiempo, comisiona al alcalde D. Andrés García Torres para que se entreviste con su homólogo almanseño, a fin de tratar lo más rápidamente posible la colocación de los hitos o mojones acordados en la línea y los gastos que fueren precisos realizar

  Por sesión ordinaria de 19 de noviembre de 1874, conocemos cuál fue la reacción que la propuesta anterior motiva en el Ayuntamiento de Almansa, por voz de su alcalde D. Manuel Martínez: “Que no se acceda al amojonamiento de la expresada línea, por no haberse verificado el deslinde con la intervención de este Municipio, protestando desde luego de aquel y de la visita y reconocimiento a que se refiere la precitada comunicación”. 

El argumento esgrimido es sorprendente: se alega en la respuesta que se está disconforme con el trazado de la mojonera o con las distancias reconocidas en las Actas de 1872-1874, sino que el deslinde se hubiera practicado en ausencia de sus delegados. 

    Dado que la Real Orden de 30 de septiembre de 1870 por la que se regulaban las operaciones de deslinde y amojonamiento, facultaba a los técnicos topógrafos a concluir sus trabajos de demarcación, incluso en el caso de la no comparecencia de una de las parteslo que aquí sucedió– con el consiguiente decaimiento del derecho para impugnar la línea que se fijara, esta línea, provisional hasta entonces, se entendió como definitiva tanto por el Instituto Geográfico como por el Ayuntamiento de Caudete, el cual procedió de acuerdo con la legislación vigente.

El acuerdo del plenario de Almansa, que había sido comunicado en 24 de noviembre de 1874, denegando la petición de amojonamiento. Fue tratado en nueva sesión el día 26 de noviembre por el Cabildo caudetano. El alcalde D. Andrés García Torres manifiesta que las razones expuestas por los ediles de Almansa no se ajustan a derecho pues, al igual que los de la villa e Caudete, fueron avisados por medio de dos citaciones y en ninguna de ellas la Comisión nombrada al efecto compareció en el lugar del encuentro, violentando así el espíritu y la letra de la Orden de 30 de septiembre de 1870.

   En consecuencia, el Pleno del Ayuntamiento de Caudete dará traslado del contencioso a la Excma. Comisión Provincial de Albacete para que autorice la colocación de los mojones en la línea de deslinde de términos, de conformidad con el Acta que se rubricó el 11 de octubre de 1874.

No sabemos si, por fin, se llevó a cabo el proyecto anunciado. Mas lo cierto es que en sesión ordinaria celebrada el 8 de agosto de 1875, el alcalde de Caudete D. Luis Pascual y Peris dio cuenta de una comunicación dirigida el día 6 del mismo mes por el Jefe de la 24.ª Brigada de Cuerpo de Topógrafos en la que manifiesta que, según resolución del Sr. Gobernador Civil de la provincia, el 12 del corriente habría de practicarse a la rectificación de la mojonera de los términos de la ciudad de Almansa y nuestra población.

Por su parte, el 9 de agosto el Ayuntamiento de Almansa acuerda nombrar una Comisión –integrada esta vez por los concejales D. Pedro González Romero y D. Francisco López Pascual, el Secretario de la corporación D. Vicente Jesús Medina, los prácticos José Valiente Tomás y Antonio Cuenca, así como los guardas de monte Pascual Martínez Collado y Alfonso López–, para que asistan al acto, a la que se proveerá de los documentos y credenciales necesarios, al objeto de que pueda ilustrar las operaciones de apeo con antecedentes. 

     A través de la sesión ordinaria mantenida por el Ayuntamiento de Almansa el 16 de agosto de 1875, se sabe también que esta nueva reunión de las partes se pospuso sine die a petición del Sr. Jefe de la 24. ª Brigada del Cuerpo de Topógrafos

Finalmente, en comunicación de 23 de agosto de 1875 el topógrafo D. Cipriano Hernández convoca a las Comisiones nombradas para el día 30 de ese mes, a las ocho de la mañana, en el paraje “Vereda de los Carriles" para el efecto de “dar principio al señalamiento de mojones de los términos de Caudete y Almansa, cuya aprobación se suspendió el día 12”. En sesión extraordinaria de 1 de septiembre de 1875 el alcalde de Caudete informa al Pleno cómo tuvo lugar esta reunión de las Comisiones con el topógrafo D. Cipriano Hernández en 30 de agosto. 

Asimismo, manifiesta cómo la operación de señalamiento de mojones de ambos términos no pudo tener efecto por “las pretensiones de la Comisión del Ayuntamiento de Almansa, que se obstinó en contrariar la opinión constante común que hay del mojón llamado de “Las tres cruces”, divisorio de los términos de Almansa, Yecla y Caudete, habiendo por otra parte rechazado aquella Comisión cuantas proposiciones razonables se hicieron por nuestra parte”, por lo que se disolvió la reunión de las Comisiones sin llegar a una mutua avenencia.

   Por tanto, el acuerdo de Pleno resuelve recurrir el hecho ante el Sr. Gobernador Civil de la provincia de Albacete para que se ponga en ejecución el escrito remitido el día 3 de agosto de 1875 referente al deslinde efectuado el 11 de octubre de 1874, instándole a que se le confiera a Caudete la previa posesión del mismo y se ordene al Ayuntamiento de Almansa lo respete hasta tanto que otra cosa se disponga.

El 18 de julio de 1876 el Ayuntamiento de Caudete recibe una notificación del Sr. Gobernador Civil de la provincia por la que comunica a los ediles que ha autorizado a un Ingeniero de Montes la realización de un nuevo deslinde de los términos municipales

   En la misma sesión ordinaria de 20 de julio se da cuenta también de otro oficio remitido el día anterior por el técnico citado, mediante el cual anuncia cómo el 26 de julio la Comisión que deberá nombrar el Pleno del Ayuntamiento tendrá que encontrarse con su homóloga de Almansa “para la práctica de dicho deslinde”.

 En su respuesta al Gobernador Civil, el Ayuntamiento de Caudete pone de relieve su disposición a acatar, obedecer y respetar las órdenes emanadas de la autoridad del Estado en la provincia; pero no puede menos que protestar formalmente por la violencia que se pretende realizar del espíritu de la Orden de 30 de septiembre de 1870, por cuanto considera que “cualquiera de ambos deslindes tiene, en concepto de este Ayuntamiento, la fuerza y valor legal necesarios” y los “reconoce como asunto terminado porque, de otro modo, estaba por demás el aviso y encargo de que se llevaría la operación con la parte que concurriese”. 

    Y así, “juzga este Ayuntamiento que la cuestión de límites entre esta Villa y la ciudad de Almansa está de hecho terminada legalmente y aún de derecho, por lo menos en la parte que se refiere a los primeros once mojones, por haber sido reconocida por ambos Ayuntamientos ante el expresado oficial del Cuerpo de Topógrafos, D. Cipriano Béjar, y por lo tanto, no cree ser del caso volver de nuevo a empezar este enojoso asunto, que puede muy bien renovar las dificultades y disgustos que vienen surgiendo hace muchos años”.

 Por su parte, el Ayuntamiento de Almansa, en sesión extraordinaria de 23 de julio de 1876 estima por voz de su alcalde D. José Rodríguez Paterna acudir al acto de deslinde y levantamiento de planos previsto para el día 26, por lo que nombra una Comisión integrada por el segundo Teniente de Alcalde D. Pedro González Romero, el concejal D. Francisco López Pascual, los prácticos Pascual Martínez Collado, José Valiente Tomás y Antonio Cuenca, el secretario D. Vicente Jesús Medina, el guarda mayor Alfonso López García y dos guardias

Asimismo, acuerda que el Secretario del Ayuntamiento lleve consigo el Libro General de Deslindes, en especial un Acta de 10 de junio de 1776 firmada ante el notario D. Antonio Romero Navarro, que obra en el Archivo Municipal de Almansa, según la cual en esa fecha se había practicado el deslinde de la zona. 

En todo caso, se argumenta que el trazado de la línea de amojonamiento deberá atenerse a la antigua división existente entre los Reinos de Castilla y Aragón, “por haber pertenecido en lo antiguo ambas poblaciones a distintos Reinos, como también a los diferentes Episcopados de Cartagena y Orihuela”, acudiéndose si fuera menester al Archivo de Simancas donde podrá encontrarse supuestamente la información requerida.

La operación de deslinde parece ser que se llevaron a término entre los días 26 a 30 de julio de 1876, pues en su sesión de 27 de agosto el Ayuntamiento de Almansa acuerda el pago de las dietas de la Comisión nombrada en 23 de julio. Se ignora el resultado del encuentro y, sobre todo, si el arbitraje del Excmo. Sr. Gobernador Civil llegó a cuajar en algún tipo de acuerdo. 

Por sesión de 20 de febrero de 1890, sabemos que el día 25 de ese mes se efectuó el deslinde entre los municipios de Yecla y Caudete, y que el punto de encuentro de ambas Comisiones se verificó “en el mojón denominado de ‘Las Tres Cruces’, común a los Ayuntamientos de Almansa, Caudete y Yecla”, por lo que es de suponer que el recurso presentado por la Comisión almanseña en 1876 no prosperó.

La cuestión se mantuvo en silencio administrativo hasta la década de los años 20 de este siglo. Así, en la sesión de 13 de agosto de 1921 el Alcalde de Caudete D. José Ruiz Ruiz informa que la “Sociedad de Cazadores de Almansa” había colocado mojones en los montes lindantes con la línea de término trazada entre ambos municipios, “sin duda por los efectos de la Ley de Caza, algunas de cuyas señales últimas que han sido emplazadas en terreno del término municipal de esta Villa”. 

Investigado el caso, en la sesión de 20 de agosto confirma la verdad de cuanto se expuso en el Pleno anterior, manifestando que había él mismo recorrido los montes lindantes con el término de Almansa y que había encontrado los mojones levantados por la mencionada “Sociedad de Cazadores”, algunos de ellos emplazados dentro de nuestro término municipal. 

Según su criterio, debía notificarse la irregularidad a la Jefatura de Montes de Albacete, protestándose asimismo de la intromisión ante la referida asociación. Al parecer, no hubo ninguna respuesta oficial por parte de la “Sociedad de Cazadores” ni del Ayuntamiento de Almansa, que se mantenía en un discreto segundo plano. 

    También el 15 de noviembre de 1925, en sesión extraordinaria, el Pleno del Ayuntamiento de Caudete daba cuenta de los trabajos que se están realizando en el monte “Sierra de Santa Bárbara” o “Dehesa Boyal”, que no había sido incluido en el Catálogo de Montes declarados de Utilidad Pública, de conformidad con el Real Decreto de 17 de octubre de 1925.

 A efectos fiscales, el monte referido, que era perteneciente a los propios del municipio, pasaba a ser de la libre disposición del Ayuntamiento por no reunir condiciones ni haberse realizado en él trabajos hidrológicos o forestales. Esa propiedad –que en 1925 tenía 1041 hectáreas de cabida (hoy está registrada con sólo 750 ha., 71 áreas y 44 centiáreas)– figura inscrita en el Libro 232, folio 142, finca n.º 13.361, inscripción 1.ª del Registro de la Propiedad de Almansa, mediante certificación de dominio de 13 noviembre de 1952. 

 Fue integrada por consorcio con el Patrimonio Forestal del Estado para su repoblación en sesión del Ayuntamiento de Caudete de 31 de marzo de 1962.

Por otra parte, en 20 de abril de 1927 se acuerda por el Pleno del Ayuntamiento designar una Comisión para que concurra al deslinde y apelo del monte número 70 –“Sierra de Santa Bárbara”– del Catálogo de la pertenencia de los propios de Almansa, que limita con el de la villa de Caudete y que se realizó el 21 de junio de ese año.

 Esa Comisión estaba integrada por el Alcalde D. Federico García Ferrer y los concejales D. Miguel Bañón Díaz, D. Francisco Sánchez Díaz, D. Miguel Molina Olivares y D. Miguel Conejero Sánchez. Según manifiesta el acuerdo de la sesión, los delegados debían concurrir a las operaciones de deslinde del monte y defender los intereses del municipio en sentido comunal, particular de cada vecino interesado y muy especialmente en lo que respecta a las líneas delimitantes de términos municipales de Ayuntamientos.

Ignoramos el resultado de la Comisión en el mencionado deslinde del monte pinar n.º 70, pero lo cierto es que el día 1 de abril de 1933 el concejal D. Andrés Amorós Pérez ruega al Pleno que sin demoras se realicen cuantas gestiones sean necesarias para el rectificado de los linderos del municipio, ya que considera que los anteriores Equipos de Gobierno no han sabido atajar los abusos cometidos por los Ayuntamientos de las poblaciones colindantes, que han hecho “cuanto les ha venido en gana”, al propio tiempo que esta dejadez “ha causado sensibles perjuicios al vecindario y al Municipio”. 

Propone, en consecuencia, que se nombre una Comisión que estudie el tema y soluciones estos problemas, advirtiendo que, si fuera necesario, debería acudirse a Madrid “para que se realice las gestiones más conducentes al fin propuesto”. 

En todo caso, aunque la documentación oficial no manifiesta ninguna otra alteración, se sabe que en 1934 el Contencioso todavía tendría nuevas derivaciones, desfavorables todas ellas para los intereses de Caudete. Ese año una Comisión del Distrito Forestal de Albacete, que dependía del Ministerio de Agricultura, procede de nuevo a las tareas de apeo y amojonamiento de los montes colindantes entre Almansa y Caudete.

 El resultado de las operaciones, que se habían realizado sin el previo conocimiento de la Corporación caudetana, se resuelve con el trazado de la actual línea de deslinde. Los desastres de la Guerra Civil de 1936-1939, la violenta represión política de los vencedores, la traumática posguerra, unido a la continuada degradación del medio natural de la Sierra de Oliva (apertura indiscriminada de “ronchas” con la apropiación ilegítima de suelo público por parte de particulares, sobreexplotación de las aguas concejiles, deforestación de las zonas de arbolado, brutal erosión de los suelos, entre otros elementos), así como el olvido en el desencuentro de la Administración pública, fueron factores que incidieron poderosamente en la prolongación de un Contencioso silenciado hasta nuestros días". 

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¡Magistral la conclusión y extraordinario el resumen! de las Actas Capitulares que hace unos días nos entregó, a mí y a Antonio Conejero, Alvaro Ponce. Quiero terminar recordando instituciones y nombres de quienes lo despidieron "elogiándolo  por su entrega al estudio y análisis de la Historia": el Ayuntamiento de su pueblosus alumnos de la Universidad Popular, sus profesores de la Complutense de Madrid, sus amigos José Joaquin Caerols, Miguel Requena Marco, Alvaro Ponce, Francisco Gaspar Marco Sastre, Joaquin Mollá Francés...¡y tantos otros!









1 comentario:

  1. Espero que después de la lucha que se lleva con este tema, nuestros representantes políticos no cedan... . Daría más que pensar.....

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