Nos hicimos mayores con tirachinas, estornijas, esparto y visque para coger pájaros, jugando al fútbol.... Ahora ¡qué!

              

      El mundo  de la comunicación ha cambiado de forma espectacular en tan solo un par de décadas. Nosotros crecímos con papel y lápiz,  pantalon corto, televisión en blanco y negro, la leche en polvo, la olla de pito, el cara al sol, coger cardón los veranos, pan con vino y azucar... El significado de la palabra  electrodoméstico la supimos años más tarde. 

         Lo de ahora, ¡ahí lo de ahora!.....nada tiene que ver con aquello. Una  descontrolada, pero sabiamente programada adicción al móvil  por los amos del Castillo, han cambiado las costumbres de la gente joven.... y de los no tan jóvenes.

 Lo que hacen los dos muchachos de la imagen es lo habitual en todo el planeta tierra. Han realizado una parada técnica en la Plaza del Carmen para  atender a los colegas a trasvés del guassapp. Más de media hora seguida, sin toquetear la pantalla ....puede ser peligroso para la salud.

     La vida sin redactar, enviar o recibir mensajes....¡no la conciben! Hasta el señor que aparece detrás lleva el móvil en la oreja. Vivimos en la era de la comunicación. Si mañana  colapsara el wiffi e internet durante un mes, la debacle social que se nos vendría encima sería de órdago. Mucho más grave que la actual pandemia.  

Con la edad de estos chicos, los de mi generación jugábamos con tirachinas, el palo y la estornija, con visque y esparto para embiscar pájaros que obteniamos calentándo suelas de zapatos de crepé.... 

 

Fuimos una generación de gente activa y desenvuelta con tan pocos medios a nuestro alcance que no llegamos a sufrir ni depresión ni adicciones de ningún tipo porque ....¡todo estaba por hacer!. ¿Nuestro error?...habérselo dado todo "mascado y resuelto" a nuestros hijos. Y así nos va.

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