Del guateque de antes al botellón de ahora. ¿Cabría la posibilidad de celebrar botellones rebajando los decibelios y recogiendo al final plásticos y vidrios en un contenedor?

    

Desde que en junio del pasado año, el Alcalde y la Concejala de Fiestas acordaron restringir el uso de guaridas por molestias al vecindario que amenazaron con denuncias, han tenido tiempo más que suficiente para haber acordado una alternativa al ocio nocturno para los jóvenes de Caudete. 

    Hace un par de meses la concejala de Fiestas manifestaba en Pleno que "cómo no tienen guaridas a algún lado tendrán que ir los jóvenes a divertirse". De momento, el lugar elegido para continuar la fiesta nocturna (que se ha dado en llamar botellón) a partir del cierre de bares es el Barrio de "Santa Ana" donde tienen contentos a los vecinos.

   Ya sé que es un tópico decir "que nosotros hemos sido jóvenes y que también nos divertíamos". Con la entrada de la democracia, las formas de divertirse cambiaron sobre todo con el horario, la edad, el consumo del alchohol, ensuciar y degradar el entorno y, sobre todo, molestando a los vecinos. 

    Ha aumentado considerablemente el "derecho a divertirse" y se han ido reduciendo las "obligaciones de respetar" al que tiene que descansar por las noches. Desde los guateques que celebrábamos nosotros, picú y cuba-libre incluido, a los botellones de ahora .....el cambio es abismal.

Me hago la siguiente pregunta: ¿cabría la posibilidad, queridos amigos, de celebrar fiestas nocturnas o si lo prefieren botellones rebajando los decibelios para no molestar al vecindario y recogiendo al final de la fiesta  plásticos y vidrios en un contenedor?

     Esta pregunta no tenía sentido formularla hace cuatro décadas. A las dos de la madrugada, la mayoría nos retirábamos a dormir. El problema es que ahora es a partir de las dos cuando empieza la fiesta a todo trapo terminando con el sol de fuera. Si levantaran la cabeza nuestros abuelos ...¡no darían crédito a esta forma de divertirse!.

   No estoy en contra de ese horario ni que el personal se lleve en bolsas de plástico sus botellas de alcohol para ahorrarse una pasta (si tuviera un bar y pagara impuestos tal vez no me expresaría así) y organize su fiesta nocturna en un parque público si al finalizar  lo deja como se lo encontró. Aquí ....no se discute el "derecho a divertirse".

   El problema es que el Ayuntamiento hace tiempo que debía haberse adelantado a las nuevas costumbres de diversión de la juventud.... La Ordenanza que pretende regular este asunto, que dicen que están redactándo, si es que llega, lo hace con mucho retraso.

    Si hay alcohol y droga....hay ruido y si hay ruido hay molestias y quejas de los vecinos. Ni el parque de Santa Ana, ni ningún otro espacio público, se diseñó para botellones ni para aminorar las molestias por ruido que producen a las cuatro de la madrugada un centenar de personas con ganas de divertirse y de comerse el mundo. 

    Hace cinco décadas no había coches. Ahora sí y las Normas obligan a que cada edificio que se construya pueda albergar en los sótanos o plantas bajas tantos coches  como viviendas.

    Igual que con el coche, ante el nuevo modelo de diversión hace falta rediseñar el espacio urbano a las nuevas necesidades. ¿Que es lo que hay que hacer para atender y satisfacer las nuevas necesidades de ocio de nuestros jóvenes?

     Teniendo en cuenta que ninguna de las siete Leyes de Educación de la etapa democrática, tanto las de la derecha como las de la izquierda, han conseguido que el personal fuera aprendiendo a divertirse "respetando el derecho de otros al descanso"... ¡tiene dificil solución la cosa!. 

   Porque, el problema es la falta de educación. Y de sentido común.Y en estas materias, queridos amigos, vamos muy, muy justos. 

   En la transición de la "cultura" del respeto, comedimiento y sacrificio a la cultura del ocio, cachondeo y desmadre tanto los padres como los poderes públicos se han despistado ante la que se venía encima. Nos ha sobrepasado. Y ahora.... ¿qué?

Por lo tanto, a la pregunta de si cabría la posibilidad de celebrar fiestas nocturnas o botellones  rebajando los decibelios para no molestar al vecindario recogiendo al final  plásticos y vidrios en un contenedor la respuesta es ....que es bastante improbable. 

    Si a esto sumamos la falta de interés en darle solución  al problema por parte de los que cobran por ello..... ¡el futuro es cada vez más  preocupante!. 

    Nosotros tambien nos divertiamos. La diferencia es que teníamos un sentido del respeto ¡que fue esfumandose conforme se iba consolidando la democracia!. ¡Que curiosa forma de evolucionar en el nuevo sistema político!Y sin respeto ....ya me dirán ustedes cómo se resuelve el problema.

Se me ocurre uno muy sencillo: celebrar botellones "rotativos". Es decir: unas cuantas semanas que se celebre cerca de donde vive el Alcalde  y otras por donde vive la concejala de Interior y, a final del mes, otro cerca de donde vive Pagán.... ¡Vamos a ver que pasa!.

                                             https://www.youtube.com/watch?v=Bm8i8SkFUBU