domingo, 12 de febrero de 2023

El palo enjabonado en la Fiesta de San Blas: una tradición que nace en Nápoles en el siglo XVI y que se celebra en muchos paises de Sudamérica. Todo un espectáculo.

La tradicional festividad de San Blas continúa viva y acaparando la atención de muchos caudetanos. Además de la gachamiga en la Ermita y la hoguera en La Villa con el ya tradicional asado de sardinas, la atracción que a más gente joven reúne alrededor de los festejos son las llamadas cucañas: carreras de saco, hoyas locas y, sobre todo, el espectáculo más esperado por los espectadores: el palo enjabonado.

          El origen del palo enjabonado parece estar recogido en un pasatiempo practicado en Nápoles en el siglo XVI. No es el napolitano el único origen. Hay quien sitúa el comienzo de esta tradición en el árbol de Mayo proveniente de España. Esa fiesta consistía en adornar un árbol con cintas y fruta durante el mes que da nombre a donde acudían jóvenes a bailar y divertirse. Otros lo sitúan en la India

    El juego del palo enjabonado, o cucaña, se celebra en muchos países sudamericanos y en Filipinas, países donde España tuvo  presencia durante muchos siglos. El juego puede variar dependiendo de la zona donde se practique pero siempre con unas reglas muy parecidas. En nuestro caso, el palo en cuestión tiene unos siete metros de altura y 20 cms de diámetro que se ancla en el suelo para evitar que se tambalee. 

     Después se cubre con jabón o grasa con el fin de que resbale y dificulte la subida. En la parte superior colocan los premios. Hace unos cuarenta años se colgaba un pollo muy hermoso. Debido a la presión de los defensores de los animales, el pollo se sustituyó por un jamón. El objetivo es subir a lo alto del palo para conseguir el jamón.

     Una vez la estructura esta lista, los participantes se ponen en fila de forma individual o bien en equipos, como es nuestro caso. En algunos sitios se sortea el orden ya que los primeros en acceder lo tienen más complicado.

    Si bien no existe una técnica estándar que asegure el éxito, la mayoría trepan de la misma forma que se sube a una palmera aprovechando su ropa y utilizando harina  para intentar eliminar el material resbaladizo.

"La cucaña", de Francisco de Goya.

De chiquillo recuerdo que me llamaba la atención  la habilidad de los participantes para llevarse a su casa el pollo colgado de la parte superior del palo. Y es que comer, hace sesenta años, era tan complicado, o más, que subir por el palo enjabonado. Conseguir un pollo de corral, en aquellos tiempos, era un premio gordo. 

    Recuerdo que actuaban de forma individual. Pugnaban entre ellos por hacerse con el pollo. Ahora se hace en equipo.Cuatro rodean el palo y tres van subiendo encima hasta que el tercero empieza a trepar en solitario. El otro día, uno de ellos, con buena técnica y preparación, llegó a lo alto del palo ante el aplauso del público que valoró el esfuerzo.

     Existe una variante: la cucaña horizontal. En este caso el palo se coloca en horizontal con la mayoría de su longitud sobre un río o el mar. Esta modalidad es propia de las Fiestas de Santa Ana en Sevilla en la que el poste se coloca de tal manera que los participantes caigan al río Guadalquivir.

   Otro ejemplo lo tenemos en Marseillan, el pueblo  francés con el que estamos hermanados. En este caso, no concursan para hacerse con un jamón sino por un gorro (capelet) y recibir como trofeo de manos del Alcalde,una copa. 

   En la imagen inferior, con mucho tiento, vemos avanzando por el palo enjabonado, en el 2013, a Pascal Martí, el primo de los Tomates y Presidente de la "Asociación del hermanamiento Marseillan-Caudete". Todo un personaje.

 Marseillan y Caudete temos en común  el palo enjabonadoVertical aquí y horizontal en Marseillan. Tanto para conseguir alzarse con el capelet o con el jamón, hace falta destreza, audacia y entrenamiento. Decirles que el palo de Marseillan tiene muchos más adeptos que el de Caudete.











                                                


2 comentarios:

  1. Gracias Chimo por estos reportajes de nuestras fiestas menores.

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  2. Lo hicieron muy bien . Cuando tenía 15 años hicimos una torre de cuatro . Bajo Claudio, luego yo , arriba de mi Jordi en lo alto Manuel Sivó. Es decir un total de 4 en el castillo humano , lo mismo que ahora . ¡Claudio ,con 16 años, podía él sólo con tres encima, ya no he vuelto a ver . El récord veremos quién lo bate . Éramos sólo cuatro y los cuatro en vertical nos pusimos . Nos comimos un pollo que nos dieron vivo ...
    Luego , recuerdo haber roto ollas a 10 duros , no estaban mal pagadas en el año 1973.Recuerdo a Franco el Manco dar palos al aire y qué peligro generaba ...
    Un año salimos a correr desde la Cruz iba el primero , con el Lángara ,y se me cruzó uno y caí , por llegar segundo me dieron un conejo vivo que nos lo comimos , cómo no ,eran otros tiempos , hay que trasladarse a la época y se entiende a la perfección.
    Con mis hijas Eva y Mar siempre acudíamos y con Darío . Este año ha debutado Gabriel y cogía el huevo con la mano para que no cayera, con 4 años le veo futuro en seguridad...

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