sábado, 18 de marzo de 2023

" Son los mismos", por Óscar de Caso. "Ignoran los escépticos, como el vulgo en general, que las Leyes no siempre se hacen pensando en el pueblo soberano,."

 

          El español tiene una tara de diseño adquirida durante su evolución, que, dicho sea de paso, no ha sido mucha, pues tiende más bien a lo contrario, a la involución (producto de la cual surgen creaciones intelectuales exclusivas como el “vivan las cadenas", el “muera la inteligencia” o el “viva la muerte”, de las que se siente muy orgulloso.

         Recientes estudios genéticos de mi propia cosecha demuestran que una de esas taras adquiridas le viene de siglos de sometimiento al amo, que deriva en una atávica “veneración al señorito” que no se quita de encima. 

     Esta opresión que ha sufrido durante siglos, en lugar de convertirse en germen de rebelión, torna en admiración cuando el lacayo, siervo o aparcero asume su impotencia y entiende que nunca llegará a pegarse esa vida y que, mientras el amo lleva la bipedestación iniciada con el Australopitecus con rigor y entusiasmo durante su vigilia, él, por misterios insoldables, cada vez hinca más el lomo.

 Ante la continua exposición al señorito y sus caprichos, acaba mitificando tan privilegiada figura y en sus fantasías oníricas le representa con su rostro. Al detectar una aptitud exclusiva del señorito, que por otra parte se desea, incurre el español en una contradicción profunda que se resuelve optando por una de estas dos soluciones: odio o admiración. 

Así es como la figura del tirano puede convertirse en modelo. Podemos ver corruptos convictos dando clases de ética en televisión, e incluso proponiéndose para administrar la cosa “pública”, es decir, pidiendo la llave de la “caja grande”, ante la complacencia de los perjudicados de sus fechorías, que en el fondo solo demuestran ser tan miserables como esos embaucadores sin escrúpulos que en ningún caso se plantean devolver lo robado, revelando un absoluto desprecio por “el propósito de la enmienda” que, paradójicamente, les proporciona beneficios penitenciarios. 

Recientemente se ha derogado una Ley que impedía a las personas condenadas “por trincar bajo cuerda” ocupar altos puestos en la Administración de la Banca. Alguien ha debido de pensar que, visto lo visto, esta marginación carecía de sentido y que en los Consejos de Administración de los Bancos los chorizos convictos se encontrarían entre sus iguales. 

Los escépticos se preguntarán que beneficio puede obtener el que confía sus ahorros a esas entidades con esta medida. Ignoran los escépticos, como el vulgo en general, que las Leyes no siempre se hacen pensando en el pueblo soberano, sino más bien en aquel que lo administra, que no suele querer líos ni intromisiones de los funcionarios de Justicia en sus planes de exaltación al amor patrio, traducidos, normalmente, en incautaciones puntuales de lo público. Roban, pero, a diferencia de rufianes y malandrines, por derecho.

          Sorprende, no obstante, que aquellos señores de los que venimos, que no conocían límites para el abuso, fueran al mismo tiempo muy quisquillosos. Por poner un ejemplo relacionado con lo carnal, que siempre gusta, recordemos que mientras “los señoritos” gozaban de un supuesto “derecho de pernada”, que permitía el disfrute de la primera noche de la doncella que se casara con uno de sus vasallos, al mismo tiempo protegían el honor propio de forma histérica, haciendo pagar con su vida a cualquiera que osara mancillarlo, aunque fueran sus propios retoños.

POSDATA.- El escrito de hoy viene firmado por El Gran Wyoming, incluido en el libro “No estamos locos”.

          Joaquín Sabina, Javier krahe y Alberto Pérez se unieron para parir hace solo 42 años el disco “La Mandrágora”. En él está incluida la canción “Adivina, adivinanza”. No puedo explicar nada más, ya que es una adivinanza. Ustedes mismos, benditos lectores…

Mil años tardó en morirse,

pero por fin la palmó.

Los muertos del cementerio

están de Fiesta Mayor.

Seguro que está en el Cielo

a la derecha de Dios.

Adivina, adivinanza,

escuchen con atención.

A su entierro de paisano

asistió Napoleón, Torquemada,

y el caballo del Cid Campeador;

Millán Astray, Viriato,

Tejero y Milans del Bosch,

el coño de la Bernarda,

y un dentista de León;

y Celia Gámez, Manolete,

San Isidro Labrador,

y el soldado desconocido

a quien nadie conoció;

Santa Teresa iba dando

su brazo incorrupto a Don

Pelayo que no podía

resistir el mal olor.

El Marqués de Villaverde

iba muy elegantón,

con uniforme de gala

de la Santa Inquisición.

Don Juan March enciende puros

con billetes de millón,

y el niño Jesús de Praga

de primera comunión.

Mil quinientas doce monjas

pidiendo con devoción

al Papa Santo de Roma

pronta canonización.

Y un pantano inaugurado

de los del plan Badajoz.

Y el Ku-Klux-Klan que no vino

pero mandó una adhesión.

Y Rita la cantaora,

y don Cristóbal Colón,

y una teta disecada

de Agustina de Aragón.

La tuna compostelana

cerraba la procesión

cantando a diez voces clavelitos

de mi corazón.

San José María Pemán

unos versos recitó,

servía Perico Chicote

copas de vino español.

Para asistir al entierro

Carrero resucitó

y, otra vez, tras los responsos,

al cielo en coche ascendió.

Ese día en el infierno

hubo gran agitación,

muertos de asco y fusilados

bailaban de sol a sol.

Siete días con siete noches

duró la celebración,

en leguas a la redonda

el champán se terminó.

Combatientes de Brunete,

braceros de Castellón,

los del exilio de fuera

y los del exilio interior

celebraban la victoria

que la historia les robó.

Más que alegría, la suya

era desesperación.

Como ya habrá adivinado,

la señora y el señor,

los apellidos del muerto

a quien me refiero yo,

pues colorín colorado,

igualito que empezó,

adivina, adivinanza,

se termina mi canción.

5 comentarios:

  1. Junta a políticos y a banqueros. Debe de referirse a Jordi Pujol.

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  2. Y de un señor que está en la Moncloa que presentó una moción de censura contra el anterior gobierno por los gravísimos delitos de malversación cometidos por dicho gobierno.
    Y resulta que ahora rebaja las penas por delito de malversación, está sentenciado su partido por el mayor caso en la historia de la democracia por malversación (Eres Andaluces), Y NO DIMITE!!!!!!!
    Se podrá ser más cínico???.

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    1. Se ha perdido la honestidad. Única meta: seguir en la poltrona a costa de lo que sea

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    2. Hay corrupción que tenemos más cerca y no la vemos e incluso hay quien la niega. Podemos darnos una vueltecita por la residencia, por la piscina y por la planta baja del edificio del ayuntamiento en la plaza del Carmen. Meter a familiares o a una misma en servicios del ayuntamiento no es corrupción, es hacer una obra de caridad.
      Algunos ven solo la corrupción que se produce a unos 350 km de Caudete.

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  3. Cómo usted??? Que critica a los que opinamos, de lo que ocurre como usted dice a 300 km.......y así la disculpa???

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