Partamos de la premisa y de la realidad de la poca
receptividad actual hacia los planteamientos más engorrosos de la izquierda. La
otra realidad es el acogimiento de los criterios de la derecha, más directos y
sencillos.
La izquierda
defiende políticas más redistributivas: igualdad, reparto, etc. La derecha
quiere una sociedad más próspera basándose en el crecimiento de la economía; si
se le otorga absoluta libertad al mercado, la prosperidad llegará a todas las
familias; el mensaje es más sencillo y entendible.
La izquierda
sostiene que al derogar el impuesto de sucesiones aumentaría la desigualdad de
oportunidades. Por el contrario, la derecha apuesta por el derecho a transmitir
a su prole lo que le apetezca, que para eso se lo ha “currado”. No quieren
impuestos ni para los vivos ni para los muertos. Planteamiento simple y directo
donde los haya.
La izquierda no es partidaria de establecer listas públicas de colegios donde se signifiquen las supuestas calidades educativas de los mismos, con ello los “supuestos” malos colegios estarían vacíos, quedándose tan sólo con los malos alumnos.
Además
de esto, la carrera entre los Directores por obtener los puestos más elevados
en la lista, iría en detrimento de la calidad de la enseñanza. A la contra de
este ideario, la derecha replica con el deseo y la libertad de poder elegir de
forma razonada el mejor lugar para la enseñanza de sus hijos ¿Cuál de estas dos
tesis tiene más potencia?
En el
siguiente punto encontraremos más crispación entre ambos bandos: la
inmigración. El socialismo trata de apostar por ella argumentando que aporta
diversidad, fusión de culturas y una mayor natalidad a la hora de recibir
pensiones por jubilación. ¡No cabemos todos!, gritan los conservadores, incluso
¡nos quitan el poco trabajo precario que queda!
La izquierda
cuando intenta poner en práctica programas novedosos choca con la realidad: la
gente siempre es proclive (por naturaleza humana) a sospechar o recelar de algo
inédito o innovador. La derecha apela a la realidad, a lo tangible, a mantener
el status quo.
La izquierda,
según opinan algunos filósofos, se identifica con la injusticia, la debilidad,
la feminidad, la pobreza, la torpeza, la oscuridad y la muerte. La derecha
viene a representar el bien, la moral, el poder, la fuerza, la masculinidad, la
riqueza, la sabiduría, la fortuna, la destreza.
La utopía de
la izquierda siempre ha visto una sociedad reflejada en el trabajo. En el lado
opuesto, los conservadores reflejan esa misma sociedad en el consumo; conecta
con las mayorías, ese afán casi desmedido de necesitar cosas, ofreciéndoles
sueños mercantilizables.
La derecha
cuando roba o corrompe, en muchas ocasiones, alega en su defensa que la
izquierda también lo hace, pero menos.
En
situaciones extremas, el izquierdista se pasará por el forro cualquier impedimento, ley o personal disidente. La
derecha, en cambio, no quiere cambiar el orden social ni económico; lo
confirman exponiendo los resultados fallidos de los procesos revolucionarios.
Si alguien
pobre y sin haber tenido recursos tiene que aceptar un trabajo precario y muy
mal pagado la derecha lo considerará libre de hacerlo, ya que nadie le ha
obligado. La izquierda sostiene que es una víctima de la opresión de los mercados y, por tanto, la decisión no
se debe de considerar, de ningún modo como libre.
Los
progresistas tienden a defender que la diferencia de ingresos entre unos y
otros no atiende a los méritos o capacidades del individuo sino, al linaje
familiar, suerte o enchufes. El
conservador muestra menos cariños a los desfavorecidos, aunque cuando la
desgracia que les afecta es exterior a la persona, se muestra compasivo.
En cada uno los partidos que forman la izquierda se tiene la absoluta convicción de poseer el espíritu más puro de su doctrina; unas diferencias que para las personas corrientes resultan muy difícil de explicar, observadas desde fuera pueden parecer infantiles e incluso algo divertidas, siempre que no rayen en la tiranía, purgas o asesinatos.
La derecha la forman partidos más compactados,
con diferencias muy leves entre ellos. El ideario conservador es muy
corporativista. Los grupos que la componen tienen el mismo fin.
Al derechista
no le ocupa demasiado interés la justicia social, está convencido de que va
unido a la esencia del ser. El izquierdista está empeñado en criticar las
injusticias de nuestro tiempo, pero no sabe aplicar soluciones prácticas para
resolverlo.
Finalizaré el
escrito de hoy, benditos lectores, con un párrafo de un relato histórico del
estadounidense Martin Luther King cuando se encontraba recluido en prisión
escribió una carta a los moderados (demócratas) blancos estadounidenses, en la
que les recriminaba: “El moderado blanco da mayor importancia al orden que a
la justicia; prefiere una paz negativa, es decir, la ausencia de tensión, a una
paz positiva que surja de la realización de la justicia.”
Recapitulando: las propuestas de la derecha son propias del sentido común de nuestra época. Lo verdaderamente dañino de ese tipo de “sentido común” es el carácter neoliberal del mismo.
En “La
abuelita de Kundera”, Serrat refleja la indudable desinformación que la
globalización y el impacto enorme de los medios de comunicación impone en la
sociedad. La canción tiene 29 años, del disco “Nadie es perfecto”.
La abuelita de Kundera y también la mía
conocían cada yerba y sus aplicaciones
sabían lo que tenían dentro los colchones,
sabían leer el cielo y cocer el pan.
La abuelita de Kundera en su pueblo checo
y la mía en su Belchite y las dos sabían
que el cura era el confidente de la policía.
Nada tenía secretos a su alrededor.
El vecino de Kundera se parece al mío.
Si algo tiene destacable nadie lo diría.
Es un tipo muy correcto que se pasa al día
ocho horas tecleando un ordenador.
Mi vecino vuelve a casa y enciende la tele
y brinda con la familia con sidra "El Gaitero"
cuando el locutor afirma que en el mundo entero
no hay un lugar más seguro que nuestra ciudad.
Mi vecino nunca supo que esa misma noche
violaron en su calle a una adolescente,
que asaltaron a dos viejas y que un indigente
apareció degollado en el callejón.
Mi vecino, aquella noche, se metió en la cama
convencido de tener el mundo controlado
seguro de ser un hombre muy bien informado
respecto a lo que ocurría a su alrededor.
La izquierda sostiene que derogar el derecho de sucesiones????? Cuándo??? dónde??? 26 años gobernando y no lo ha hecho.
ResponderEliminarMenuda tontería de artículo.
Cuanto más tonto es tu artículo más te leen. Hoy no has triunfado, pero no me lo explico. Será porque los benditos lectores estan entretenidos con la campaña
ResponderEliminarSobre cada alternativa que nos presenta tan simplistamente se podría debatir mucho Sobre todo porque la mayoría de las descripciones no son veraces. Y , por supuesto, incompletas. Hay medio ideas que no se pueden dejan colgando a no ser que al autor le guste el interruptus brusco sin aviso. ¿Las desarrollará para satisfacer a los benditos, que lo son?
ResponderEliminarPero lo que mas me asombra es que presenta cada alternativa como mutua y totalmente excluyente. La cultura de la división en marcha, a toda marcha y sin descanso.
Ya saben, nos adoctrinan de que no puede bajar el paro sin aumentar la desigualdad.
Ni siquiera ante elecciones nos anuncia ningún bestia de los que nos rodean que van a establecer un plan estratégico, y transversal, que da gustito, para crear empleo. Y que lo van a publicar . Y a cumplir.
Resulta que aún no lo han hecho ni nadie lo ha planteado.
Pero nos montaremos en el AVE a Extremadura para leerlo, cuando lo hagan, y entenderlo
Si no opinas como los de izquierda eres un facha...por ejemplo.
EliminarLos extremos no van a ninguna parte.
Hay que proteger tanto al que crea riqueza, el empresario; como al que la hace posible, el trabajador.
La virtud está en el medio, no en los extremos.
Explíqueme la diferencia entre "crear" y "hacer posible". Por muchas máquinas que se tengan, por muchos medios de producción que se posean, sin los trabajadores no se crea ni se genera nada. Basta ya de decir que el empresario crea riqueza. La clase trabajadora es la única creadora, con su sudor y su esfuerzo, con su formación y levantarse todos los días a trabajar. Y los autónomos, por mucho que no quieran verlo, la mayoría son trabajadores igual que los asalariados, y más en este pueblo. Que no se crean que pertenecen al mismo grupo que los Amancios Ortega y cía, porque conozco a muchos que curran igual o más que los empleados, porque se implican para que el negocio vaya bien (hay excepciones). El día que la clase trabajadora tome conciencia de su potencial, los grandes poseedores temblarán.
EliminarTanto el trabajador a pié de máquina como el empresario crean riqueza. Lo que pasa es que sus funciones, y responsabilidades y conocimientos requeridos, son distintas. Normalmente el trabajador ocupa un puesto de trabajo que ha propiciado el empresario. Por eso se dice que el empresario crea riqueza. Conceda que es el eslabón necesario para que la sociedad trabajadora cree riqueza.
EliminarPor lo demás no es lo mismo empresario que poseedor aunque puedan coincidir en la misma persona. Lo importante del empresario es el tipo de empresa que dirige y del poseedor en qué invierte su dinero. No olvide que en el poseedor hay que diferenciar su riqueza del uso, poder, que hace con ella.
EliminarEl empresario se la juega y el trabajador aporta el nada desdeñable esfuerzo para que la empresa funcione.
ResponderEliminarNo tienen sentido el primero sin el segundo y viceversa
826 trabajadores muertos (yo diría asesinados) en 2022 en accidentes laborales. Definitivamente, el empresario se la juega... Miau. Las fábricas, las oficinas, las infraestructuras, la maquinaria, las construyen trabajadores, los trabajadores pueden llevar cualquier empresa, con su jerarquía y su orden. Sólo hay que ser consciente de ello y unirnos entre todos para controlar los medios de producción. La mayoría de empresarios lo son por herencias, algunas de varias generaciones. Los ricos se hacen ricos robando al trabajador, dándole lo mínimo a este para que pueda vivir y levantarse un día más para ir a trabajar y seguir la rueda de la explotación. No se acabó con el esclavismo, se le puso un salario. Socialismo o barbarie. Seguimos en la barbarie, y hasta que no nos demos cuenta de que la mayoría pertenecemos a la misma clase y tenemos los mismos objetivos, los ricos seguirán ganando la lucha de clases.
EliminarPues no sé por qué no se reunen unos cuantos y construyen un robot de mecanización de piezas guiado por ordenador. O montan solitos la fábrica de Volvo. No digamos construir un portaaviones.
EliminarLas cooperativas hace tiempo que se crearon. Algunas funcionan bastante bien pero da la casualidad de que tienen todas una organización del trabajo muy parecida a las empresas de su sector.
Las empresas a las que ud. se refiere normalmente se desarrollaron por un trabajador con conocimientos e iniciativa. Y con ansias de dejar a su prole un medio de vida. Por cierto estudie el período medio de vida de una empresa. La gran mayoría tres generaciones.
Los sueldos no los establece el empresario sino el mercado de trabajo. Oferta de trabajadores y demanda de empresarios. Tema que deben de dominar los que hablan y deciden sobre estas cosas.
Sería muy interesante que nos ilustrase sobre países socialistas que no esclavicen a sus trabajadores y los esclavistas que cita sin nombrar.
Compare cómo vivían sus abuelos y como vive ud. ahí en Caudete.
Los ingenieros también son trabajadores asalariados en la mayoría de los casos. Trabajador no es solo el campesino o el que trabaja en una fabrica. Con carrera universitaria o sin ella. Lo que define a la clase obrera es que tienen que trabajar para vivir, trabajar por un salario. Para su información los países socialistas fueron los que trataron al trabajador con la mayor dignidad, con salarios dignos, con vacaciones pagadas, con educación(incluida la universidad) y sanidad gratuita, donde los trabajos más duros tenían jornadas reducidas de 6 horas, con jubilaciones a los 55 años, con seguridad en el aborto, con impulsar la cultura a todos los estratos de la sociedad. Y por no hablar de la macroeconomía, donde un país feudal como Rusia, pasó en pocos años y gracias a la economía planificada, a competir con EEUU por ser la primera potencia mundial y superando la en ciertos aspectos macroeconómicos. Los datos y la historia están ahí. Entiendo que en esta España, perteneciente a la OTAN (somos colonia) y tras 40 años de dictadura machacando contra el "contubernio judeomasonico comunista", cuesta desprenderse de esa idea y de esa educación. Pero si la URSS cayó, fue precisamente por abandonar los preceptos del marxismo-leninismo y entrar en la vía revisionista y de tonteo con el capitalismo.
EliminarDése una vuelta por Rusia. Por toda Rusia.
ResponderEliminarDése una vuelta por Somalia o Haití. O incluso por EEUU, y ver las colas del hambre (aquí en España también las hay), millones de personas viviendo en la calle o los yonkis del fentanilo vagando cual zombis por las calles.
EliminarEnsalzar la economía centralmente planificada y alabar que el estado sea el amo es una bonita opción. No sé por qué nadie se va a esos paraísos.
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