El escenario
tenebroso de paro y subempleo que afecta a todas las sociedades del mundo
gravita en el cuerpo de profesores precarios y también en los estudiantes que
quieren formar parte de los vencedores de esa guerra sin cuartel que traza el
ajuste neoliberal. Los partidos de izquierda, integrados en el sistema, han
quedado alejados de las movilizaciones que quieren pensar con otra lógica y en
otra organización social.
Los líderes políticos alternativos son prácticamente
imposibles en una cartelización mediática que sólo deja espacio para lo que es
funcional a su propia lógica, lo que explica el llamado “famoseo” de los
medios, donde hay toda una fauna de gente que son famosos exclusivamente porque
son muy conocidos.
Incluso los
jóvenes pobres universitarios renuncian a la protesta entendiendo que la Universidad es su último pasaporte para salir del agujero de la marginalidad.
El consumo se convierte en el paisaje (hasta los apuntes de los estudiantes se
convirtieron en una mercancía particular no compartida) y el miedo se convierte
en el marco.
Esto explica, cómo es posible que los estudiantes en los sesenta,
setenta y ochenta protestaran contra la manipulación de los medios de
comunicación, mientras que los estudiantes del siglo XXI hacen de la televisión
–junto a un Internet reducido- su fuente de conocimiento.
Esto demuestra
también, cómo es posible que los estudiantes hace treinta años protestaran
contra Milton Friedman y su economía del terror, mientras que otros
estudiantes, ahora en Venezuela, celebraran a Friedman, incluso, recibieran un
premio en su nombre por defender que no hay otra alternativa fuera de su credo.
Si la Universidad, en respuestas a las exigencias de valorización del capital, es
colonizada por el mundo del dinero y convertida en una mercancía más, estaremos
ante otro bien público privatizado y sometido al régimen particularizador de
las mercancías.
La propuesta ofrecida por la globalización neoliberal a la Universidad ha sido claramente establecida por el Banco Mundial y está pensada
y organizada para mayor gloria de los esquemas económicos e ideológicos del
neoliberalismo. Su interés inmediato es la conversión de la Universidad en un
elemento de valoración del capital.
Medidas recomendadas por el Banco Mundial para la reforma
universitaria:
a)
La
introducción de incrementos sustanciales en las matrículas;
b)
El
cobro de deudas completas por servicios de habitación y comida;
c)
La
introducción de mecanismos para averiguar los recursos económicos de los
solicitantes de subvenciones y préstamos;
d)
La oferta de préstamos para estudiantes en
base a intereses de mercado;
e)
Más
garantías en el pago de préstamos mediante la subcontratación de empresas
privadas;
f)
La
implantación de un impuesto general para la obtención del grado;
g)
El
fomento de la filantropía para la constitución de fundaciones, para operaciones
directas de las universidades o para otorgar becas a los estudiantes;
h)
La
mejora de calidad de la educación a través de un entrenamiento empresarial;
i)
La
venta de investigaciones, cursos de formación y de todos los servicios mediante
contratos de concesión (contratos de servicios múltiples) o subvenciones;
j)
El
incremento del número de instituciones privadas en detrimento de las públicas.
Las carreras experimentales raramente
son ofrecidas por sectores privados (requieren altas inversiones en laboratorios,
hospitales, etc.). La investigación no es nunca su fuerte y su inversión en
bibliotecas es mínima.
Las tareas de extensión universitaria se convierten en
formas indirectas de recaudación extra de fondos y no en una continuación de la
labor social que le corresponde con su entorno.
POSDATA. – El presente escrito es un resumen
de los razonamientos del señor Juan Carlos Monedero.
La canción de hoy el maestro Serrat
la tituló en 1998 “Princesa" dentro del disco “Sombras de la China”. Regresa en
ella a la atmósfera costumbrista del barrio para dibujarnos esta historia
estremecedora de una madre y su hija enmarcada en un difícil contexto social.
El catalán cuenta de esta canción:
“Es una historia bastante común en el sentido de que todos los humanos tienen
sus lógicas y naturales aspiraciones a progresar. Mi madre, sin ir más lejos,
trabajó muy duramente para que yo pudiera llegar a la universidad, para que yo
también me convirtiera en un príncipe, en este sentido.
La diferencia tal vez
entre la protagonista de la canción y mi madre, sea que mi madre aspiraba a que
yo progresase socialmente a partir del conocimiento, del estudio y de la
universidad. Y la madre de esta princesa aspira a que su hija progrese a partir
de convertirse en un átomo, pasando por la anorexia”.
Tú no, princesa, tú no.
Tú eres distinta.
No eres como las demás
chicas del barrio.
Así los hombres te miran
como te miran.
Así murmura envidioso
el vecindario.
Tú no, princesa. Tú no.
Tú eres la rosa
que fue a nacer entre cardos
como revancha
a un arrabal despiadado
en donde el día
se ocupa de echar por tierra
toda esperanza.
Tú no has de ver consumida,
cómo la vida
pasó de largo,
maltratada y mal querida,
sin ver cumplida
ni una promesa,
le dice mientras
cepilla el pelo
de su princesa.
Tú no, princesa, tú no.
Tú no has nacido
para pasar las fatigas
que yo pasé
sacándole el dobladillo
a un miserable
salario que no alcanza
a fin de mes.
Tú no, princesa, tú no.
Por Dios lo juro:
tú no andarás de rodillas
fregando pisos,
no acabarás hecha un zarrio
como tu madre,
cansada de quitar mierda
y de parir hijos.
Tú saldrás de esta cochambre
de muertos de hambre.
Ya me imagino
la cara de las vecinas
cuando aparezcas
en limusina
a por esta vieja
le dice mientras
cepilla el pelo
de su princesa.
Tú no, princesa, tú no:
Vuelve temprano...
Y la sigue un paso atrás
hasta la calle,
planchándole con la palma
de la mano
una arruga que el vestido
le hace en el talle.
Y, como quien ve a la Virgen
subir al cielo,
la ve alejarse
camino a su primer casting
para un anuncio
en televisión.
La nena vale,
la nena estudia
danza moderna
y declamación.
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