Ni los analistas sociales más espabilados hubieran podido imaginar en sus sueños que los antiglobalización que corrían por las calles perseguidos, porra en mano, por los antidisturbios, han desaparecido. Ahora se han instalado en la Casa Blanca de Washington y están abanderados por el impresentable de Donald Trump. Y para culminar, ganó las Elecciones a la Presidencia defendiendo a ultranza el proteccionismo cerval.
Trump es un amante fanático del siglo XX. Lo que no ha llegado a percibir es que ese siglo finalizó hace 21 años. Lo que nunca debió prometer a su grey es: “traer de nuevo los empleos a América”. Esos empleos desaparecieron a causa de la automatización y digitalización. Si Trump regresa y obliga a los empresarios, en uno de sus salvajes arrebatos, a construir nuevas fábricas, lo único que lograría es que las empresas invirtieran aún más en tecnología (robots chinos).
Lo que ha dejado sin trabajo a los obreros no cualificados de las grandes
ciudades en EE. UU. no fueron ni los latinos, ni los asiáticos; los causantes
han sido: primero, la automatización de este tipo de trabajos; y segundo, la
falta de inversión en recursos públicos para reciclar a todos esos desempleados
no cualificados en la actualidad.
Entendamos
bien que las empresas no se han vuelto malvadas porque sí y de repente, y
quisieran destruir empleo; buscan eficiencia técnica para seguir sobreviviendo.
De hecho, a las grandes empresas mundiales cada vez les interesa menos
deslocalizar sus fábricas, con los empleos robotizados emplearían a menos
gente, pero mucho más cualificada, que creo que, precisamente no es el perfil
generalizado de los votantes de Trump. Lo más lamentable de este caso es que
sus fieles no se dan cuenta de que los trabajos que promete devolver Trump, ya
no existen.
Otro caso,
también paradójico, de vuelta de tortilla de la antiglobalización es el de
Reino Unido con su brexit. Impensable
de un país que cofundó la Unión Europea, terminaron con la idea de que el libre
mercado es cosa de derechas. Benditos lectores, parece que están regresando los
nacionalismos que culminaron en la Segunda Guerra Mundial.
En otro orden de cosas y lugares. Los países donde habían deslocalizados sus fábricas las grandes empresas, ahora están encantados de la vida, se han creado unas clases medias mucho más consumistas que hace veinte años.
Aquí en España, si como es de esperar, las empresas de los países de la UE van a verse obligadas por la competitividad (maldita palabra) a invertir mucho en nuevas tecnologías laborales, a nosotros nos sucederá también lo mismo, se despedirán a multitud de obreros poco tecnificados.
En lamentable resumen: si no se prepara a la gente no cualificada que van a perder sus empleos por el asunto tecnológico, la fractura social entre ricos y pobres puede ser trágica. Creo que no exagero.
“Rabia”, título del poema contenido en el libro “Testigo de
uno mismo” (2008., Escrito por Mario Benedetti.)
Los signos de
puntuación los ha puesto un servidor para una mejor comprensión del poema. Don
Mario casi nunca se servía de ellos.
La rabia es una vieja maldición
que a veces se nos fija en una grieta
o nos persigue hasta los escondites
donde guardamos las evocaciones.
La rabia tiende a desacomodarnos,
nos tapa el corazón con una cáscara
y termina centímetro a centímetro
con la serenidad de otros ayeres.
Son malditas las animadversiones,
nos dejan sus ponzoñas en la sangre.
Después, es más difícil de estar limpios
de fobias y de imbéciles inquinas.
Variante de los odios puede ser,
de esos odios que ignoran lo mejor
de nosotros, de otros y del tiempo.
Y su huella es tan sólo el infortunio.
Me da rabia la rabia, pero sé
que sólo hay una forma de curarla,
y es invadirla con el buen amor
y volcarla en el pozo del olvido.
El Oscar de Caso este.... Existe???. Es que lo he buscado en Google y no me a perece. Chimo este señor existe... Es un alter ego tuyo.
ResponderEliminarEsto de que va?
Que van a despedir a gente no cualificada??
A informáticos que no saben de informática?
A pintores que no saben pintar?
Lo de este señor es de traca.
Existir existirá pero si crea su propio blog no lo lee ni él. Aquí lo ojeamos por la profesionalidad de Chimo, pero aburre con el monotema contra la derecha. Se le ve a leguas!
ResponderEliminarEn este artículo parece que el inefable siniestro, pero espiritual poeta, está unos años atrasado, víctima posible de la nefasta influencia de Trump.
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